Oaxaca, cuna de la radio comunitaria... pero ilegal
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Oaxaca, cuna de la radio comunitaria… pero ilegal

De las 50 radios comunitarias que reconoce la organización Ojo de Agua, 40 no tienen concesión; al menos 200 radios ilegales comerciales están al aire en la entidad.


Oaxaca, cuna de la radio comunitaria… pero ilegal | El Imparcial de Oaxaca

En un pequeño cuarto de dos metros por tres, José cumple su sueño: es locutor. Vive en uno de los 23 municipios conurbados a la ciudad de Oaxaca, desde donde gracias a una pequeña consola, un transmisor y una antena en el techo de su casa, es dueño de una radio.

Con un alcance de 25 kilómetros a la redonda, no afecta a ninguna cadena de radio comercial, por lo que la falta de una concesión para transmitir no es un impedimento para él; transmite al igual que otras tres estaciones en su comunidad, de manera ilegal.

“Cualquiera puede tener una radio, el transmisor no te cuesta más de siete mil pesos, la antena cinco mil y con que tengas una computadora y un micrófono, estás listo”, dice José, mientras revisa su antena en la azotea de su vivienda.

Con dos años y cuatro meses al aire, la radio de José no ha tenido ningún contratiempo con las autoridades, aunque sí con la competencia, quienes le han bloqueado la señal, de esta manera al menos 200 pequeñas radios están al aire en Oaxaca, la mayoría de ellas con carácter de comercial.

18 mil pesos la inversión total
Para entrar al aire José gastó 18 mil pesos. Un amigo le recomendó a un técnico quien repara y ensambla transmisores. El transmisor de José tiene un alcance de 150 watts, pero el utiliza 50, por cuestiones de orografía y calidad.

“En Mercado Libre hay transmisores de hasta tres mil 500 pesos con todo y antena, son de 10 o 15 watts. El técnico me dijo sólo en Tehuantepec hay como 80 radios que no tienen concesión”, destaca.

El locutor es claro y señala que mientras no entres en temáticas políticas en la población o no alborotes a los ciudadanos nadie se fija en estas pequeñas radios. José aclara que él sólo se mete con la cultura, la historia y religión.

“Nosotros no tenemos la denominación de radio comunitaria, con la concesión puede que nos la den al 100 por ciento comercial, pero no comunitaria”, aunque no cobra en los servicios que presta, “aquí en la radio no cobramos, prácticamente se hace como un servicio social a la población y ellos dan aportaciones netamente voluntarias, desde 100, 200 hasta 300 pesos”.

Aunque por no cobrar sus amigos lo presionan y lo tachan de loco, José afirma que el mundo necesita gente loca para que estos puedan aportar y cambiar a la sociedad, ya que si todos pensaran individualmente el mundo estaría peor.

“Hay muchas radios que no tienen permiso en Valles Centrales, las autoridades ni siquiera saben que están”, dice el locutor, pues señala que las frecuencias son pequeñas y pasan desapercibidas para las autoridades.

La diferencia entre comercial y comunitaria
Guillermo Monteforte, coordinador de Ojo de Agua Comunicación, organización que se encarga de apoyar a las radios comunitarias para que logren su concesión, señala que para él no existen las radios pirata, sino ilegales y eso a medias, “al menos son 200 radios ilegales, las que existen en Oaxaca”.

Monteforte, primero destaca la importancia de los medios de comunicación en el ámbito político, lo que ha dificultado colocar dentro de la norma a las radios que son comunitarias.

“Hay radios comunitarias que tienen concesiones y hay radios comunitarias que no las tienen”, dice el coordinador de Ojo de Agua recalcando que aunque una radio no tiene permiso, puede ser comunitaria porque está legalizada por la misma comunidad.

“Una radio comunitaria es una radio que es de la comunidad, porque es la que decide sus contenidos, es la que participa en ella y todos sus miembros pueden entrar al estudio y hablar, entonces es una radio participativa y que responde a necesidades comunitarias, cosa que los medios privados no es su objetivo”.

El alcance de este tipo de radios suele ser limitado, inclusive de dos a tres watts aclara el Monteforte, el alcance en kilómetros a la redonda de este tipo de transmisores apenas alcanza los dos, aunque para los pueblos indígenas esto no es un problema, “este es mi pueblo, quiero que llegue a mi pueblo y no me interesa más”, muchas veces es el argumento de las comunidades.

En su experiencia, el coordinador de Ojo de Agua relata que estas radios inician con personas de una misma comunidad, sobre todo jóvenes, quienes se unen porque detectan una problemática, compran un transmisor o inclusive ellos lo construyen, consiguen una antena y una computadora y ya tienen su radio, pero el problema real es mantenerla.

“Si la radio, en nuestro criterio, hace proselitismo político, religioso o busca que su fin sea comercializar, vender, lucrar, ya decimos que esa radio no tiene un fin comunitario, puede ser gente muy buena onda, pero su rollo va por otro lado de lo que nosotros pensamos, que es fortalecer un proceso cultural, comunitario y de esas hay más que las comunitarias”, destaca.

¿Quién es el dueño del espectro?
El coordinador de Ojo de Agua Comunicación no está de acuerdo con que se les dominen piratas a las radios que no se encuentran dentro del marco normativo.

“La palabra pirata es de por sí negativa, que roba. Como nosotros lo manejamos es quién le roba a quien, que es Televisa para suponer que son los dueños del espectro, quien en su juicio puede decir que esta empresa no tiene un monopolio”.

El espacio radioeléctrico es donde viajan las ondas electromagnéticas, explica Monteforte, y el dueño México, cuando una comunidad reconoce a una radio, pero el gobierno no, técnicamente es ilegal, pero es legítima, refuerza.
“Oaxaca es el estado donde existen más radios comunitarias, Ojo de Agua reconoce al menos 50, 10 de ellas con concesión autorizada”, destaca Monteforte.

Dos tipos de quejas para las radios comunitarias
Cuando las radios comunitarias son atacadas o se quejan de ellas, son dos los intereses los que se encuentran detrás, el primero son de tipo político y el otro económico.

“Las radios comerciales no concesionadas nos preocupan porque son los que más daños les causan a los que si son comunitarias, porque finalmente su fin es de lucro”, dice Monteforte, “en algunas ocasiones las radios ilegales tiene dueños que son diputados, senadores que las tienen para cuando hay campañas”.

Los intereses políticos llegan a las amenazas e inclusive la muerte para las personas de las que depende la organización de las radios comunitarias y en las económicas son las radios comerciales las que se quejan y es porque les ganan al público.

“Hemos hecho encuestas y nos han asombrado los resultados para medir público, una en Zanatepec y la otra en Jicaltepec. En los dos casos a la pregunta ¿Cuál es tu radio favorita? si 30 personas decían que les gustaba la radio comunitaria, sólo a 10 les gustaba la radio comercial”, resalta.

PADECEN AMENAZAS

A las agresiones por parte del Estado se han sumado otros atracos: los del crimen organizado y grupos paramilitares, señala una investigación de la revista Derecho la Comunicación DERECOM. Los medios comunitarios empezaron a surgir en contextos de violencia, en lugares donde grupos del crimen organizado han estado disputando las plazas o donde ha habido confrontación en defensa de la tierra.

En 2008, Teresa Bautista Merino, de 24, y Felicitas Martínez Sánchez, de 20 años, locutoras y activistas indígenas de la radio comunitaria La Voz que Rompe el Silencio, del municipio autónomo Triqui de San Juan Copala, Oaxaca, fueron asesinadas por un comando armado con rifles de asalto que balaceó el automóvil donde se transportaban.

De igual manera, en 2010, la organización paramilitar priista La Unión de Bienestar Social de la Región Triqui (UBISORT) asesinó a Beatriz Cariño Trujillo, fundadora de la radio comunitaria La Rabiosa –decomisada por la policía federal- en la región mixteca de Oaxaca. Además había colaborado activamente con la radio La Voz que Rompe el Silencio y promovido la formación de la Red de Radios Indígenas Comunitarias del Sureste Mexicano.

52 RADIOS ILEGALES SÓLO EN EL ISTMO

El coordinador de Ojo de Agua puso como ejemplo el Istmo de Tehuantepec, específicamente Juchitán, en donde hasta antes del sismo había 52 radios ilegales, “cómo cabían en el cuadrante, es un misterio. Me contaban que había un ingeniero muy bueno que lograba que el espacio radioeléctrico entre cada uno funcionara, pero en el sismo falleció”.

De estas 52 radios, a criterio de Ojo de Agua, sólo una realmente tenía una vocación comunitaria, las demás eran comerciales y varias eran cristianas e incluso de partidos políticos y de organizaciones sociales.

“Ojo de Agua trabaja con cuatro radios en todo el Istmo, que pensamos que tienen esa vocación comunitaria, todas las demás que están por ahí, están en otras cosas y en todo el Istmo no hay ninguna comunitaria que esté concesionada”, reconoció Monteforte.

AMIGOS DE LA RADIO

La principal debilidad de la radio comunitaria es que no tiene una fuente de financiamiento más que la buena voluntad de sus creadores y sus radioescuchas, lo que muchas veces no es suficiente y no logran mantenerse a al aire.

“Muchas radios han generado un sistema que se llama amigos de la radio, en donde la gente de la comunidad aporta de 10 a 15 pesos al mes para sostener a la radio y lo aportan con gusto”, señala el coordinador de Ojo de Agua Comunicación.

Otra de las formas en la que pueden obtener recursos las radios comunitarias es mediante la creación de una Asociación Civil, con la que puede ofrecer servicios como por ejemplo de producción radiofónica, excepto publicidad.

PARA SABER

A pesar de que existen muchas radios de carácter religioso, de acuerdo a Guillermo Monteforte, coordinador de Ojo de Agua Comunicación, no hay manera de que estás puedan tener una concesión, pues la legislación lo prohíbe.

Parte de la debilidad de la radio comunitaria es que no es una radio muy fortalecida, son voluntarios, van cuando pueden, de pronto se descompuso el transmisor y si no hay dinero ahí se queda”.

Muchas radios han generado un sistema que se llama amigos de la radio, en donde la gente de la comunidad aporta de 10 a 15 pesos al mes para sostener a la radio y lo aportan con gusto”

Hay radios comunitarias que tienen concesiones y hay radios comunitarias que no las tienen”, dice el coordinador de Ojo de Agua recalcando que aunque una radio no tiene permiso, puede ser comunitaria porque está legalizada por la misma comunidad”.

Guillermo Monteforte
Coordinador de Ojo de Agua Comunicación.

Cualquiera puede tener una radio, el transmisor no te cuesta más de siete mil pesos, la antena cinco mil y con que tengas una computadora y un micrófono, estás listo”.

José
Propietario de una radio comunitaria.


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