Andrés 'N' de bondadoso a personaje de terror; como el 'payaso asesino' Pogo
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Nacional

Andrés ‘N’ de bondadoso a personaje de terror; como el ‘payaso asesino’ Pogo

Son ‘asesinos seriales que montan toda una fachada de aparente normalidad para poder seguir cometiendo sus crímenes’, dice Mónica Ramírez Cano, psicóloga y criminóloga


Andrés ‘N’ de bondadoso a personaje de terror; como el ‘payaso asesino’ Pogo | El Imparcial de Oaxaca

A sus 74 años, Andrés Filomeno se mostraba como un hombre tranquilo y preocupado por el bienestar de sus vecinos y niños de la calle en Margaritas, colonia Lomas de San Miguel, Atizapán de Zaragoza. Detrás de esa careta de tipo bondadoso se oculta un presunto asesino serial y feminicida.

“Son dos caras de la moneda que coexisten en la misma persona”, señala a Excélsior Digital, Mónica Ramírez Cano, psicóloga y criminóloga.

“El Chino”, como le conocen, encaja con el perfil de aquellos “asesinos seriales que montan toda una fachada de aparente ‘normalidad’ para poder seguir cometiendo sus crímenes; pero de alguna manera, al aparentar que son personas normales y no levantar ninguna sospecha, lo hacen a manera de estrategia”.

Vecinos acudían a Andrés Filomeno cuando requerían de apoyo para alumbrado, bacheo, seguridad. Algunos llegaron a ingresar al patio del inmueble de 68 metros cuadrados. El mismo lugar en que se realizan excavaciones para encontrar restos de víctimas. Hasta el momento se tienen indicios de una mujer.

Una especie de doctor Jekyll y Mr. Hyde

Nadie sospechaba que en “El Chino”, ex integrante del Consejo de Participación Ciudadana y actual integrante de la campaña del candidato a la presidencia municipal de Atizapán, Pedro Villegas, habitaba una especie de doctor Jekyll y Mr. Hyde. Un asesino despiadado, capaz de cercenar, desollar y aparentemente “filetear y comerse” partes de sus víctimas.

A la perfiladora criminal, Filomeno Andrés le recuerda al asesino serial norteamericano, John Wayne Gacy, el payaso “Pogo”, quien abusó sexualmente y asesinó a 33 jovencitos en los años 70.

A la mayoría los enterró en el sótano y garaje de su casa. Cráneos, fémures, costillas… fueron encontrados en estos sitios. A otras víctimas las arrojó a un río. Hasta antes de esto John gozaba de gran simpatía y mostraba cercanía con el Partido Demócrata.

“De hecho lo calificaron como el ciudadano del año. Hasta una foto tiene con (Eleanor Rosalynn Smith) la esposa del entonces presidente”(de EU) Jimmy Carter, recuerda Ramírez Cano.

“Son cooperativos y muy proactivos vecinales. Se involucran como lo hace este feminicida de Atizapán en todo este embrollo de los candidatos y colonos. Este tipo de asesinos lo hace de manera auténtica más allá de montarse una fachada y seguir matando”.

Del paraíso al infierno

Mónica Ramírez Cano ha profundizado en el análisis de asesinos seriales y líderes de cárteles del narcotráfico como Dámaso López y Joaquín “El Chapo” Guzmán. Precisamente del perfil psicológico del líder del Cártel de Sinaloa detalla.

Hay asesinos que lo hacen de manera auténtica. Y a la gente le cuesta entenderlo, como lo que me pasó con lo del perfil del “Chapo “Guzmán cuando lo llevé a cabo.

“Decían: ‘¿cómo puede ser un padre amoroso y andar matando a tanta gente?’. Es que coexisten esas dos caras de la moneda y coexisten en una sola persona. Definitivamente eso les permite ir a un campo de acción para seguir cometiendo sus crímenes”.

Margaritas 22, la casa del “infierno”

Una aparente tranquilidad se vive sobre la calle Margaritas. Ya no se observa la excavadora ni salir y ver entrar a especialistas antropólogos, arqueólogos forenses, genetistas, peritos en criminalística, bomberos…

La puerta azul marcada con el número 22 tiene tres cartulinas improvisadas, dos casi por caer, que son sostenidas con cinta canela. “Inmueble asegurado”, se lee en ellas. Una cadena unida por un candado evita el ingreso al inmueble. Patrullas de la Policía Municipal de Atizapán resguardan la zona, que fue acordonada.

Al interior de la “casa del infierno” encontraron el cuerpo mutilado de una mujer, que podría corresponder al de Reyna “N”; pies; cuero cabelludo; piel colgada; una libreta con 29 nombres; 12 teléfonos celulares; 12 chips; 28 casetes de video; un video VHS; credenciales de elector; prendas de vestir, zapatos, bolsos, maquillaje, collares, aretes, anillos, pulseras y cadenas. Y tras las primeras excavaciones 1,137 restos óseos.

¿Acaso trofeos?

Los asesinos seriales guardan lo que en el argot criminológico llamamos: trofeos de los crímenes que van cometiendo. Incluso, vi que tenía videocassettes grabados, etiquetados con nombres de mujeres. Eso quedó en desuso a principios de los 90 y finales de los 80, ese tipo de formatos VHS o Beta. ¿Imagínate cuánto tiempo lleva matando este sujeto?

“Definitivamente lo encontrado; sean zapatos, credenciales de elector, esmaltes para las uñas… son trofeos que ellos guardan, que les permite revivir los crímenes que han cometido”.

Reaviva el caso de los monstruos de Ecatepec

El caso de Andrés Filomeno nos remonta al de Juan Carlos y Patricia, los llamados monstruos de Ecatepec, que fueron detenidos en 2019 y se les relaciona con la muerte de 20 personas.

Si vemos en la historia que manejaba Juan Carlos, de ella se desprendió que vivió una infancia muy complicada; pero no cualquier persona que viva una infancia complicada se convierte en un asesino serial –aclara la psicóloga y criminóloga Mónica Ramírez Cano–. La mayor parte de los asesinos seriales han vivido experiencias traumáticas en su infancia”.

En el caso del monstruo de Ecatepec, el pasado lo remonta a que “su mamá se dedicaba a la prostitución y metía hombres a su casa. Y Juan Carlos le reclamaba el amor que a él le debía. Por eso, hay que ver y revisar la historia de este feminicida de Atizapán para ver qué hay en su historia, en su infancia”.

¿Qué tipo de conductas serían un foco rojo?

Focos rojos que podemos encontrar en la infancia son desde maltrato animal; agresiones a otros pequeños más vulnerables; cambios de humor abrupto; aislamiento social; sentimientos de desesperanza; autolesiones; signos que puede manifestar el mismo adolescente o el joven cómo se comportó o como se puede comportar de manera violenta”.

Mónica Ramírez Cano que algunos feminicidas pueden “venir de embarazos no deseados; algunos han sido objeto de bullying y tienen baja autoestima.

Esto se refiere a los focos rojos en la infancia que yo he podido acumular en las historias de los asesinos seriales a quienes yo he entrevistado y experiencias de sumo estrés, fuerte sobre todo. Si revisas las historias de vida del feminicida de Ecatepec, vas a encontrar gran parte de esto que te estoy contando”.


aa

 

Relacionadas: