Guelaguetza disputa lustre a festividad de virgen del Carmen
Borrosos nexos entre celebración prehispánica, católica y los Lunes del Cerro

La fiesta tradicional de uno de los barrios de Oaxaca, la de la Virgen del Carmen, parecía opacada por el Lunes del Cerro, espectáculo que las autoridades han tratado de vincular con la celebración de esta advocación mariana al explicar los supuestos orígenes de una fiesta.
Este domingo, el arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, criticó la distancia que en los últimos años ha visto en la feligresía respecto a esta festividad y la advocación. Además de cuestionar la saturación con promocionales de la fiesta oficial, la Guelaguetza, y dijo que esta tenía sus orígenes en la celebración a la virgen del Carmen.
Sin embargo, en su libro “La Guelaguetza de los Lunes del Cerro”, el escritor e investigador Jesús Lizama Quijano ha aclarado que esta fiesta folclórica y turística creada por las autoridades y un grupo de empresarios hace unas décadas no tiene su origen en la festividad religiosa instaurada en la época de la colonia. Tampoco lo tiene en tiempos prehispánicos, como lo han señalado otras versiones.

Lo que actualmente se conoce como fiestas de Guelaguetza o que el investigador define más como la Guelaguetza de los Lunes del Cerro surgió como tal en 1951, promovida por el Comité Pro Festejos Tradicionales de Oaxaca. Y que en los años posteriores se fue consolidando. A la fecha y desde hace unas décadas, las fiesta de Guelguetza abarcan no solamente los espectáculos del Lunes del Cerro y su octava sino otras actividades previas, durante e incluso después de estos.
En el caso de la celebración de la Virgen del Carmen, que se realiza los días 16 de julio, la festividad aún se mantiene en una parte de la ciudad de Oaxaca, aunque probablemente con menor fervor, como refiere el arzobispo.
Por esta festividad, en los alrededores del templo del Carmen Alto es habitual que se instalen año con año y durante algunos días diversos puestos de venta de antojitos y dulces tradicionales, así como otros alimentos, algunas atracciones y juegos mecánicos, como los que permitió el ayuntamiento.