Ciudad de los niños, entre las grietas y la solidaridad
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Ciudad de los niños, entre las grietas y la solidaridad

El refugio de decenas de niños huérfanos se vio afectado con los recientes sismos que azotaron la entidad; llevan a cabo feria anual para solventar las necesidades de los infantes


Ciudad de los niños, entre las grietas y la solidaridad | El Imparcial de Oaxaca

La Ciudad de los Niños y Niñas de Oaxaca celebró su tradicional feria anual para obtener recursos que la ayuden a atender sus necesidades más apremiantes y permitan seguir atendiendo a quienes más lo necesitan.

A esta institución hoy la agobian los daños ocasionados por los sismos de septiembre. Uno de los edificios que fue construido hace 57 años enfrenta serias afectaciones debido a las grietas diagonales que se exhiben en sus muros.

Esto obligó a que 25 niños abandonaran sus dormitorios y que hoy tengan que dormir en la zona de la palapa, hasta que se realice el dictamen correspondiente por parte de un Director Responsable de Obra (DRO) para conocer la condición de este inmueble.

Así comenzó todo

Esta institución fue fundada el 6 de febrero de 1958 por el presbítero José Miguel Pérez García y ha contribuido a atender a miles de niños, niñas y jóvenes, que tras sus puertas han recibido cobijo, alimentación y, lo más importante, amor.
En ánimo de aportar tiempo, dinero y esfuerzo, pero sobre todo con el anhelo de proteger a la niñez desamparada, nació el Patronato Pro-Casa del Niño de Oaxaca A.C.

El 24 de febrero de 1958, iniciaron sus actividades. El niño Dionisio Santiago Cruz, huérfano de padre y madre originario de la Sierra Juárez, fue el primero en llegar, y poco a poco el número de niños aumento a cuatro en los primeros tres meses y fueron alojados en el anexo al templo de Nuestra Señora de la Merced, después fueron trasladados a la casa número 42 de la calle de Hidalgo.

Para octubre del mismo año ya sumaban seis menores de edad y estaban alojados en la calle Doblado número 4, el número de niños aumentó a 10 a principios de 1959 y entonces fueron atendidos en la calle de Independencia número 37 por la señora Guadalupe viuda de Arreola.

En mayo de 1958, don Alfredo del Valle y Josefina Gómez donaron cuatro hectáreas, del terreno en el casco de la Ex Hacienda de Viguera. Y a iniciativa del Arzobispo de Antequera, don Fortino Gómez León, fue cambiado el nombre a “Ciudad de los niños de Oaxaca A.C.”.

El 9 de junio de 1958 se constituyeron los subcomités regionales Pro ciudad de los Niños, con el fin de auxiliar al patronato en la edificación de la Ciudad de los Niños.

«A principios de los años 60’s los niños eran 14 y estaban en una casa en San Juan Chapultepec.

El 24 de agosto de 1960, llegan por primera vez los niños, quienes ya eran 16, al terreno donado, con cantos de esperanza entre ruinas que hoy se ha transformado en la Ciudad de los Niños y Niñas de Oaxaca», recuerdan los integrantes del Patronato.

Ocuparon el casco de la hacienda de Viguera, que en principio sería para seminario. Al recibir la propuesta el padre José Miguel la aceptó de inmediato, «recibió paredes derrumbadas y paredones, construyendo en el acceso una casa de cartón y lámina, fue la primera vivienda».

Los logros

Durante todos estos años, esta institución ha atendido a cerca de tres mil infantes, algunos lograron cursar una profesión, entre ellos, dos sacerdotes, uno de ellos, el padre Baruc.

La Ciudad de los niños es un monumento a la caridad, decía el padre Miguel, porque se manifiesta el amor de la gente, subrayó.
Los infantes reciben atención, alojamiento, alimentación, atención psicológica, médica, actividad deportiva y educación académica. También se les educa en la fe, sobre todo como gente de iglesia.

Se les inculca el principio de la vida cristiana que siempre se ha mantenido en la casa como algo básico para fortalecer la espiritualidad, no nadamás por rezar, sino para fortalecer la espiritualidad del quehacer de la misma casa, y no perdernos en este caminar.

Gladys Castellanos Hernández, integrante del Patronato, expresó su honda preocupación por los daños ocasionados al edificio, el primero que se construyó en La Ciudad de los Niños y Niñas y que ha obligado a desalojarlo hasta en tanto se hace una revisión estructural.

Recordó que el inmueble se levantó durante tres años cuando el padre José Miguel hizo la Tonelada de Plata, pues con la recaudación inició la construcción con materiales. Al año siguiente, llevó a cabo El Kilómetro de Plata, que se utilizó para edificar otra parte de la Ciudad de los Niños.

Ante las necesidades, la Ciudad de los Niños y Niñas, requiere de otros espacios, más personal, ya que las personas que trabajan en esta institución no reciben un sueldo sino una compensación que se obtiene del apoyo generoso de la sociedad.

Datos

  • 1958 año en que se fundó la Ciudad de los Niños
  • 1.5 millones pesos se requieren anualmente
  • 3 mil infantes han sido atendidos en esta institución
  • 60 niños habitan la Ciudad de los Niños, actualmente

Solidaridad cristiana

Actualmente 60 niños y niñas habitan en la Ciudad de los Niños, así como en el Hogar de la Niña, Ciudad de las Niñas, Jardín de Niños Rinconcito Alegre y ProCasa, Hogar del Niño, instituciones que son beneficiadas por la aportación de la gente que acude al colaborar y divertirse.

El padre Soriano García, actual director, indicó que la premisa de esta institución es el amor que sana, lo que no se logra con cosas materiales, de ahí que la tradicional Feria Anual tenga como finalidad de recabar fondos para el sostenimiento de los menores que viven en los diversos hogares a su cuidado.

«La presencia de las familias oaxaqueñas en este tipo de eventos ayuda a fortalecer las relaciones fraternas. La ganancia no sólo es el dinero, interesa, pero interesa más las relaciones humanas, que esta casa sirva de muchos encuentro para alcanzar el humanismo y nos lleve a la solidaridad cristiana», expresó.

Los asistentes disfrutaron de tómbolas, juegos mecánicos, caravana de payasos, grupos musicales y cantantes solistas, además la venta de mole, carnitas, memelas, chocolate, téjate, tlayudas, barbacoa, entre otras comidas y celebraciones eucarísticas, entre ellas, una misa de acción de gracias por un año más de trabajo.

Cada año la Ciudad de los Niños y Niñas tiene gastos de casi 1.5 millones de pesos y entre las principales necesidades que enfrentan se encuentran los talleres de carpintería, electrónica, y mecánica que ayudan a los niños en su desarrollo, para que más adelante puedan sostenerse y los enseñe a reconocer el valor del trabajo y el esfuerzo.

Esta institución altruista hace posible que algunos de ellos en total abandono de sus padres, tengan alimentación sana, vestido y educación, mejorando el nivel de vida que en otras circunstancias nunca hubieran tenido.


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