Niño artesano, la herencia y el orgullo de Cristóbal
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Niño artesano, la herencia y el orgullo de Cristóbal

El oficio ha pasado de generación en generación; lo ejerce desde los 8 años, y tiene a Xochimilco como su barrio


Niño artesano, la herencia y el orgullo de Cristóbal | El Imparcial de Oaxaca
Fotos: Adrián Gaytán / Cristóbal Antonio Hernández Agüero conserva el oficio de artesanía de hoja de lata en una sexta generación de artesanos

Su tiempo lo destina principalmente a la escuela, pero también emplea parte de este en el aprendizaje y mejoramiento de su técnica con la hoja de lata. En la casa de su abuelo Miguel Ángel Agüero Pacheco, esta herencia familiar data de más de un siglo, pero Cristóbal tiene la intención de mantenerla y delegarla a las siguientes generaciones.

A sus 13 años de edad y de entre los 20 nietos de la familia Agüero, Cristóbal Antonio Hernández Agüero es considerado el único que, desde sus 8 años, conserva el oficio de artesanía de hoja de lata en una sexta generación de artesanos.

Él es de los pocos niños y jóvenes que mantiene una de las artes populares que han caracterizado al tradicional y fundacional barrio de Xochimilco, en la ciudad de Oaxaca.

Es muy padre que esta herencia se haya hecho más grande y espero transmitir este oficio, si tengo una familia, a ella”, dice Cristóbal, quien recuerda sus inicios en el arte popular viendo e imitando lo que hacían su abuelo, padres y tíos.

 

Esta herencia familiar data de más de un siglo

 

Veía cómo trabajaban, lo que hacían y cómo lo hacían, y agarré mi primera pieza de hoja de lata, empecé a hacer una flor, fue la primera pieza que hice”, cuenta. La dificultad en el manejo de materiales y herramientas ha sido parte en el aprendizaje del ahora estudiante de secundaria.

Sin embargo, considera que es un oficio que le gusta mucho y en el que pretende mejorar. Sus piezas las ha expuesto y vendido en el taller familiar, con formas que van desde lo más tradicional hasta las figuras novedosas inspiradas en personajes de ficción.

A las y los niños de Oaxaca, Cristóbal los invita a disfrutar y conocer de los talleres o artesanías de su estado, e incluso animarse a aprender un oficio.

 

Sus piezas las ha expuesto y vendido en el taller familiar

 

En el barrio de Xochimilco, las paredes, talleres y otros establecimientos aún muestran lo que solía trabajarse con mayor impulso hasta hace unas décadas: la hoja de lata y los textiles en telar de pedales.

Pero en el hogar de los Agüero, su fachada, acceso e interiores están repletos del arte que primero heredó Miguel Ángel, cuya madre trabajaba la hoja de lata y su padre, los textiles.

Antes, según explica, aprender un oficio era obligatorio entre las familias. “Salía uno de la escuela y tenía uno que llegar a los talleres de los padres, no daban tanto permiso para andar jugando”. Pero en el caso de Cristóbal fue por voluntad propia, pues como señala don Miguel, no ha sido intención suya o de sus hijos que las nuevas generaciones pasen por algo similar.

Para mí es un orgullo que él (Cristóbal), de 20 nietos, se aplique en esto y le guste”, ahonda el abuelo de 76 años. Aunque reconoce que mantener oficios como estos es una manera de seguir con la tradición popular, pero también como una manera de impulsarse económicamente en una ciudad que considera turística.


aa

 

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