“La guerra del hombre será por el agua”: vecina de Oaxaca
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

La Capital

“La guerra del hombre será por el agua”: vecina de Oaxaca

En el estado de Oaxaca, la escasez de agua para uso doméstico se enmarca en una explotación del recurso que se concentra en 10 empresas


“La guerra del hombre será por el agua”: vecina de Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

Vacíos, con “agua dura” pegada en ellos, las tinas y botes de plástico no tienen ni una gota de agua en la casa donde crecieron y vivieron Martha y su hermana Josefina. Aunque ahora cada una tiene otro hogar lejos de aquí, la casa de sus padres sigue siendo el punto de reunión familiar y en donde observan cómo la escasez de agua se ha agudizado en el centro de la ciudad. 

Martha, de 50 años de edad, recuerda que en su niñez el líquido “era abundante” y lo tenían casi a diario, pero donde “ahorita es demasiado escasa”.

En este domicilio de la Panorámica del Fortín, a unos metros de las oficinas de Servicios de Agua y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO), el agua es abastecida cada 20 días o incluso más, cuando en otros años se suministraba cada tres, ocho o 15. O incluso se les permitía a los vecinos entrar a tomar parte del líquido en las instalaciones. “Ahora eso está prohibido”, cuenta Josefina.

Sin cisterna u otro depósito, solo con algunas tinas o botes pequeños, en este domicilio de cinco habitantes se ha tenido que comprar pipas de agua cada quincena y pagar 700 u 800 pesos por cada una, de casi 5 mil litros. 

Calles abajo, en El Punto y Matamoros, la situación es similar. Aunque algunos vecinos tienen cisterna, en sus hogares el ahorro y reutilización del agua son una práctica necesaria, al igual que la compra de pipas. Varios coinciden en que lavan la ropa y trastes con poca agua, la misma que recolectan para el sanitario o para regar sus plantas. Al bañarse, hacen lo mismo. “Si no, no nos alcanza”, subraya Martha.

María Luisa tiene su casa y una miscelánea en la calle Matamoros, en el barrio del Peñasco. Es el centro, apunta la vecina cuya familia también ha vivido varias décadas en esta zona y a la que el 2021 es el “año más feo” en cuestión de escasez de agua. 

“Tenemos casi 28 días sin agua, tenemos que comprar una pipa para poder tener porque de la que manda Adosapaco (SAPAO), nada más no”, relata la usuaria, quien ha pagado 700 pesos por una pipa de 5 mil litros que raciona por hasta dos meses. Hasta 2020, dice, había cierta garantía para tener agua.

En la casa de Carlos Pérez, donde han habitado varias generaciones, la crisis es similar. “La escasez del agua ha sido año con año, en fechas de calor, cuando por casi cinco meses SAPAO nos manda el agua cada que quiere”, cuenta el vecino, quien como varios ha esperado el suministro del líquido cuando escucha sonar las tuberías y llaves. “Pero no llega, no cae ni una sola gota”.

En el estado de Oaxaca, la escasez de agua para uso doméstico se enmarca en una explotación del  recurso que se concentra en 10 empresas, como señala la investigación “Los explotadores del agua”, de mexicanos contra la Corrupción.

“Antes no se vivía esto (la escasez)”, dice Martha, la mujer de 50 años que advierte “que la última guerra del hombre va a ser por el agua, por un vasito de agua, si no la cuidamos desde ahorita”. Mientras, su hermana añade que serán las nuevas generaciones las que sufrirán más por la escasez, el miedo la invade: “no quiero vivir esos tiempos”.