Primer día de semáforo verde en Oaxaca: cautela y reactivación económica
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Primer día de semáforo verde en Oaxaca: cautela y reactivación económica

El primer día bajo el nuevo indicador de riesgo epidemiológico pareció uno más de las últimas semanas; hasta ahora, a pesar de advertir de un análisis para fijar su postura, el ayuntamiento no ha emitido tal


Primer día de semáforo verde en Oaxaca: cautela y reactivación económica | El Imparcial de Oaxaca

Es lunes y en el centro de la ciudad de Oaxaca todo parece transcurrir como en las últimas semanas, así lo recuerda Pedro Antonio, vendedor en un puesto de revistas y periódicos, quien remarca que la afluencia aumentó bastante en Semana Santa. Hay una patrulla sobre la avenida, en los bancos siguen las filas y es constante el paso de gente local y de turistas por la Catedral Metropolitana.

Oficialmente –reconoce– estamos en semáforo verde. Pero la afluencia “es la mismas que desde hace un mes o dos” y el comportamiento de las personas es igual al de hace tiempo, cuando la entidad aún seguía en indicador naranja o regreso, tras varios meses, al color amarillo. Es decir, de riesgo alto a riesgo moderado de contagio de Covid-19, según las autoridades de Salud.

Pedro, que ha visto cómo se han ido y retirado los filtros sanitarios sobre la avenida de la Independencia, dice que en la capital han sido los turistas los principales en omitir el uso de cubrebocas. “Y ese es el gran problema, quienes vivimos acá, la mayoría lo portamos”, explica al tiempo de señalar que aun con la incomodidad es mejor usar esta prenda “para no tener problemas de salud”.

A varios metros del puesto de revistas, Geraldine Méndez va ofreciendo cubrebocas desechables a 3 por 10 pesos. Es su fuente de ingresos y la gente los compra. Pero ella, aunque porta uno, se muestra escéptica de la enfermedad, de la existencia de un mal que tan solo en la ciudad ha cobrado la vida de más de 700 personas, entre las cerca de 13 mil contagiadas, según los reportes oficiales. 

Usar cubrebocas es –a su parecer– una manera en que el gobierno coarta la libertad de expresión, aunque necesario para que a ella se le permita vender en las calles. “Yo pienso que esta enfermedad no es como dicen, si lo fuera, ya hubiera un muerto aquí, uno allá y otro por acá”, cuenta al tiempo de creer lo que otras personas: que a veces se entra al hospital por un mal y “ya tienes Covid”. 

¿No ha sabido de contagios entre sus cercanos, amigos o familia? Geraldine lo niega, aunque rectifica: “he tenido amigos que sí les da, pero la verdad no sé cómo sea ni si sea cierto”.

En su primer día con semáforo verde, en las calles de la ciudad solo se ha visto el paso de la cuadrilla de desinfección, como cuenta Pedro Antonio. Coincide en que al mediodía no ha pasado la unidad de Protección Civil municipal, la misma que hasta el fin de semana alertaba de los riesgos y pedía seguir las medidas sanitarias, pues la “pandemia aún no ha terminado”.

Aunque el edil Oswaldo García Jarquín había dicho que se analizará en cabildo la postura ante el cambio en el semáforo epidemiológico, tal seguía sin externarse hasta ayer. 

En tanto, por las calles seguía transitando la gente, aquella que el vendedor de periódicos invitaba a no relajar medidas sino seguir usando el cubrebocas. ¿Considera que las personas se pueden confiar? Él responde que sí: “desgraciadamente, el ser humano es así. Estamos en semáforo verde y creen que va acabando la enfermedad, pero no es así, sigue y va quedarse por siempre”.


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