Día de Muertos en Oaxaca, entre inseguridad y Covid-19
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Día de Muertos en Oaxaca, entre inseguridad y Covid-19

Sitios como el Andador Turístico lucieron abarrotados durante la tarde y noche del sábado; por la mañana de ayer, se observaron cientos de turistas y locales


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Por la tarde y al anochecer del viernes, una unidad de la Policía Municipal de Oaxaca de Juárez recorría el Centro Histórico para pedir que se evitaran aglomeraciones. En su bocina se escuchaba el llamado a no confundir la reactivación económica con la reactivación social. La advertencia se daba a un día de las festividades por el Día de Muertos.

Sin embargo —y contrario al llamado— la multitud aumentó considerablemente en la tarde y noche del sábado. Las calles de la capital parecían desbordadas y una persona disfrazada del coronavirus intentaba advertir de los riesgos. 

Turistas y locales abarrotaban el Centro Histórico de una ciudad que concentra casi la tercera parte de casos de Covid-19 (con más de 6 mil positivos). Algunas personas, caracterizadas de catrines y catrinas, dejaban a un lado el cubrebocas, en un ambiente donde la sana distancia era prácticamente imposible.

Por la mañana del domingo, las calles del Centro Histórico tuvieron menos afluencia comparado con el sábado. No obstante, y pese a los llamados de los Servicios de Salud de Oaxaca y del gobernador Alejandro Murat (de vivir estas fiestas en los hogares y evitar actividades públicas o aglomeraciones en espacios públicos), la gente siguió saliendo.

Aun con panteones cerrados en la capital o en la zona conurbada, la mañana de ayer había cientos de turistas y locales en el zócalo capitalino, la Alameda de León, el Andador Turístico y las inmediaciones del exconvento de Santo Domingo de Guzmán.

En el andador (calle Macedonio Alcalá), incluso había un grupo de infantes caracterizados para pedir su “calaverita”. El distanciamiento social no siempre ocurría, como tampoco el seguimiento de medidas sanitarias, pues varias personas hacían caso omiso al uso obligatorio de cubrebocas que se estipula para el municipio.

Aunque se observaron elementos de la Policía Estatal o Municipal, ninguno pedía evitar las aglomeraciones. Sin tratarse de una fiesta, las calles de la ciudad daban la impresión de una. 

Pero las multitudes no fueron lo único en la ciudad donde se estiman más de 6 mil casos positivos de Covid-19, incluidas 200 personas que aún cursan la enfermedad.

La inseguridad fue otro de los males que se sumó a la epidemia por Covid. Y que se registró el asesinato de un trabajador durante la madrugada del domingo.


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