Covid-19 deja estragos en el sector artesanal de Oaxaca
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

La Capital

Covid-19 deja estragos en el sector artesanal de Oaxaca

Las autoridades no han volteado a ver a este sector, que reporta importantes pérdidas debido a la pandemia


Covid-19 deja estragos en el sector artesanal de Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

Hasta febrero y marzo de este año, la artesana Gloria Olivera Juárez vendía aproximadamente 300 piezas de barro en cada semana. Ella, sus hermanas y su padre, conocedores de un oficio ancestral de Santa María Atzompa, podían obtener algunos ingresos por su labor. Si bien, no para una vida con comodidades, sí para pasar el día y no preocuparse tanto por las carencias en sus hogares. Pero el Covid-19 ha hecho que el vender una salsera, un jarro, cazuelas, ceniceros u otro objeto del característico barro verde sea cada vez más complicado.

Lograr vender 100 o 150 piezas a la semana es un gran logro, aunque si se piensa en el pago por ellas, no tanto, pues este es menor al que obtenían hace tiempo. Lo que ofertaban en 10 pesos a revendedores, terminan dándolo en siete pesos o menos. 

VENDER EN LA CENTRAL

El Mercado de Abasto Margarita Maza de Juárez, en la ciudad de Oaxaca, era uno de los sitios en donde su familia y otros artesanos vendían sus productos, y en donde siguen tratando, aunque no con tan buenos resultados. “Hubo esta pandemia y bajaron las ventas, ahorita andamos con nuestra loza ofreciéndola con las señoras del mercado y cambiando. Luego cerraron el mercado y sufrimos bastante. Los turistas que venían a Atzompa dejaron de venir”. 

Ahora, aunque ya reabrieron los mercados, la lucha por las ventas se mantiene en medio de regateos. Y es en medio de ello, incluida la emergencia sanitaria, como esta mujer de 40 años de edad intenta mantenerse en el oficio que heredó de sus padres y abuelos, y estos a su vez de otras tantas generaciones que les antecedieron. Uno caracterizado por la loza o barro verde, pero también por otros tantos colores que van desde el natural hasta los que la creatividad e innovación den.

SE APROVECHAN REVENDEDORES

Pero en el intento por seguir siendo artesana, Gloria ha tenido que aceptar la oferta del revendedor sobre un menor precio o cambiar una pieza por algo de mucho menor precio. Y a eso se suma el dejar la mercancía con solo la mitad del pago por ellas para pasar después por el resto. 

“Aunque lo demos más barato, por lo menos ya tenemos para hacer la salsa”, dice Gloria sobre las veces en que cambia su barro por algunos jitomates, chiles u otra verdura para alimentar a los suyos.

Desde que inició la emergencia sanitaria, el sector artesanal o de creadores del arte popular se ha visto muy afectado. Las expoferias a las que incluso no podían asistir muchos dejaron de hacerse. Los concursos estatales en torno a la artesanía también se suspendieron. Y aunque ella no ha estado muy ligada a este ámbito, pues como productora pasa la mayor parte de la semana trabajando en casa, reconoce que los apoyos gubernamentales para ella y todas las personas dedicadas a la artesanía han faltado.

“La verdad no nos han apoyado”, apunta la artesana, quien frente a la crisis por la que atraviesa pide a las autoridades voltear a ver a este sector. “Yo pienso que nuestras autoridades deben buscar recursos para nosotros, para los que trabajamos la loza porque a veces vienen recursos, pero se los dan a los que revenden las artesanías”.

 


aa

 

Relacionadas: