En Oaxaca, conductores de transporte urbano víctimas de la explotación laboral
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En Oaxaca, conductores de transporte urbano víctimas de la explotación laboral

Trabajar una jornada de ocho horas significaría ganar apenas 100 o 200 pesos diarios, lo cual es insuficiente para solventar las necesidades de decenas de chóferes que laboran en las unidades de transporte urbano


Dieciocho, 21, 22 o 39 años y trabajan de cinco de la mañana a 10 u 11 de la noche, 16, 17 o 18 horas, son los conductores del pulpo camionero, víctimas de la explotación laboral que fomentan los concesionarios, que permite la Secretaría de Movilidad y que aceptan los trabajadores por la necesidad de obtener ingresos suficientes para mantener a sus familias. Son víctimas de la explotación laboral voluntaria.

Para estos trabajadores un peso más en la tarifa significará mejores ganancias, pero en ningún momento mejoras laborales, carecen de seguridad social, prestaciones, vacaciones o descansos pagados. En la mesa de exigencias de los concesionarios de Sertexa, Tusug, Tucdosa o Choferes del Sur al encargado de despacho de Movilidad, Alejandro Villanueva, la explotación laboral fue nuevamente un tema ausente.

Jorge trabaja hasta 15 horas diarias

A Jorge no le gusta hablar mal de su patrón y, en comparación con otros conductores, no tiene motivos para ello. Su trabajo como conductor de un autobús de Sertexa es por comisión, cada día gana el 18% del dinero que cobra como pasaje.

“Empiezo 6:30 y termino 9:30 de la noche, depende de cómo se vaya acomodando, trabajo 15 horas diarias, más o menos, 20 días de trabajo corrido por cuatro de descanso. Lo que gano es variable”, asegura.

De rigor debe trabajar de 6:30 a 18:30, las otras horas son por elección. En los 20 días de trabajo puede obtener entre 9 mil y 12 mil pesos. Carece de prestaciones, no tiene ni vacaciones ni seguro, si descansa su ingreso es igual a cero. Lleva ya 14 años en este trabajo, en el que empezó a los 25 años. “Como en todo trabajo se va uno acostumbrando, empecé en esto desde los 25”.

El aumento de la tarifa  puede beneficiarle, pero si lo contrasta con el del diésel resulta raquítico. En enero, asegura, gastaba 650 pesos diarios de combustible, con los aumentos son 900 o 950.

 

Manuel quiere volver a estudiar

Jesús Manuel tiene 21 años y dos operando una unidad de Tusug. Trabaja seis días, descansa uno y diario debe entregar entre mil 100 y mil 300 pesos de cuenta, para él quedan 250 o 300 pesos en un mal día, si hay bloqueos o pocos pasajeros; en un buen día gana hasta 800 pesos.

Las matemáticas en este trabajo son simples, si decidiera trabajar solo ocho horas ganaría la mitad de lo que actualmente percibe.
“Sí, es agotador, estoy buscando volver a estudiar, ya no podría trabajar como conductor, buscaría otro trabajo. Me gusta este trabajo, me distrae”, asegura.

 

Ángel pierde más de lo que gana

A Ángel un anuncio de Tucdosa le llamó la atención hace siete meses, pidió el trabajo y tras una breve capacitación empezó a operar un camión del pulpo. En su caso no solo trabaja de 5 de la mañana a 9, 10 u 11 de la noche, sino que incluso esta jornada le genera pérdidas.

“Mi sueldo es de 200 pesos, cuando mejor me va de 700, pero normalmente no los tienes. A veces hay muchas credenciales de estudiantes y eso te chinga tu sueldo.

Aquí se trabaja por sensores, el patrón nada más checa los de adelante y si alguien se baja por adelante te lo cuenta como si hubiera subido. Al final del día te dice, hiciste tal cantidad, me das lo del diésel y a mí me vas a dar esto, si no lo tienes te lo dejan de pérdida, la empresa tiene un papel donde va apuntando lo que debes, hoy 100, mañana 50, cuando quieras salirte de trabajar te dicen me debes 3 mil pesos o lo que sumaste. Si quieres entrar a trabajar con otro patrón, tienen una lista, si pagas estás libre, está cabrón.

“A mí ya no me está saliendo, voy a buscar otro trabajo, el sueldo que según llego a tener no me lo dan, hay muchos riesgos, puedes atropellar a alguien”.


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