De casta a sensual: Paola narra su vida en el mundo de la prostitución en Oaxaca
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De casta a sensual: Paola narra su vida en el mundo de la prostitución en Oaxaca

En Oaxaca se estima que son alrededor de 350 mujeres registradas como trabajadoras sexuales de las cuales el 40 % de las 350 son personas de la tercera edad.


Según estudios relacionados con la prostitución en México, específicamente en Oaxaca se estima que son alrededor de 350 mujeres registradas como trabajadoras sexuales de las cuales el 40% de las 350 son personas de la tercera edad.

El servicio de salud en el municipio de Oaxaca de Juárez expide un libreto para poder ejercer el servicio, el costo de este carnet médico ronda los 40 pesos, pero solo sexoservidoras del estado pueden tener acceso a dicho carnet, quienes llegan de otros estados trabajan en la informalidad ya que no tienen derecho a conseguir dicho permiso.

Las revisiones medicas son cada semana y la multa por no acudir a las revisiones es de 410 pesos aproximadamente.

En Oaxaca no existe una zona de especifica para ejercer dichos servicios, solo se conoce como zonas de tolerancia a las calles de Zaragoza, Prolongación de Galeana, Periférico a la altura de la central y el barrio conocido como el Pueblito.

En estas zonas se han realizado operativos por parte del gobierno municipal para levantar a las sexoservidoras que trabajan de manera clandestina, pero en la vía de los hechos estos operativos violentan los derechos humanos, se han convertido en un negocio para el municipio y no se esclarecen a dónde van a parar las cuotas que pagan las “chavas” para salir de prisión; cifra que aproximadamente llega a los 50, 000 pesos por operativo, según el testimonio de Ana  Paola, quien llegó a Oaxaca a trabajar y por miedo tuvo que regresar a la CDMX.

La Historia

Ana Paola es originaria del Estado de México tiene 27 años y narra cómo dejó todo por amor, sin saber que terminaría vendiendo caricias.

“Conocí a mi pareja (padrote) hace aproximadamente nueve años en un baile, yo salí de vacaciones estaba estudiando en un convento; casi no salía, en esas vacaciones fui con una amiga a un baile, él se me acercó, platicamos por mucho tiempo e intercambiamos números, lo seguí viendo (cada que podía, aunque sí fueron varias veces), durante todo ese tiempo hablábamos de tantas cosas, sobre libros, películas, lugares, hasta que me enamoró.

“Un día me dijo que lo acompañara a ver a su mamá, según él regresaríamos en la tarde, acepté, pero cuando estuvimos con su familia ya no me dejó regresar a mi casa, al principio me sentí mal pero con el paso de los días él se seguía portando padre conmigo; total que me hice a la idea de ya quedarme a vivir con él, pasaron los días hasta que una ocasión regresó de su trabajo, yo estaba con su familia y me dijo que habían cometido un fraude donde trabajaba que él era señalado como responsable y tenía que pagar o lo meterían a la cárcel, casualmente tenía una tía que trabajaba como prostituta, se me acercó y me dijo que si lo amaba tenía que ayudarlo, que sólo yo tenía el poder de ayudarlo y así sin más acepte meterme en este mundo, ella me llevó a donde trabajaba en la CDMX.

“Hasta ese momento no sabía que acababa de caer en una red de prostitución, que es normal en las familias de Tenancingo, Puebla y Tlaxcala (de donde es la tía de mi marido), dedicarse a padrear mujeres.

“Cuando comencé a trabajar al principio me sentía incómoda, me daba cosa estar con uno y otro, en este negocio no se discrimina a nadie, mientras te pague aguantas de todo, en los lugares done me paraba a esperar al cliente a nadie se le tenía que pagar, solamente se pagaba el costo por utilizar el hotel, la tarifa por servicio es de 200 pesos (dependiendo como se vea el cliente le puedes sacar más), 80 pesos son para pagar el hotel y 120 para mi, llevo trabajando ocho años, en todo este tiempo al final del día llego a casa con el dinero que aproximadamente saco entre 3 mil o 4 mil pesos, depende de los días, a veces está tranquilo el trabajo (pocas veces)”.

El servicio consta del normal: sólo incluye el hotel y relación normal o sea una posición .

Completo: incluye hotel, dos posiciones, desnudo y sexo oral .

Y por tiempo: incluye hotel, sexo oral, desnudo y todas las posiciones que quieran.

“Los riesgos de este trabajo son muchos: físicamente que el cliente se ponga agresivo, nos golpeen o quieran violar y ya en cuanto a salud, el riesgo es que se te rompa el condón y te contagies de alguna enfermedad.

“Todo el dinero que se gana en un día es para él (padrote), no sé pero es tanta la psicología que te meten en tu cabeza, que entre más dinero llega, más quieres ganar para dárselo, te acostumbran a vivir  cómodamente a andar en buenos carros (aunque sea sólo un rato porque ellos son los que usan los autos), y pues con eso te manipulan, te dicen: hay que trabajar más para que tengamos cosas mejores y así.

“Desde que comencé a trabajar he estado en la CDMX y Oaxaca, el alcohol y las drogas van de la mano con el trabajo, ya que es el mercado negro, a esos lugares va todo tipo de personas, desde licenciados hasta adictos a todo.

“A Oaxaca llegué porque en la CDMX me envolví en el mundo de las drogas y el alcohol, mi pareja se dio cuenta y para que no me perdiera me mandó a Oaxaca a  trabajar, un conocido de mi esposo le dijo que aquí había chance de trabajar y que estaba tranquilo.

“En Oaxaca en el 2016 me tocó presenciar varios operativos y en uno de tantos que hacían me llevaron a la delegación (no sé cómo se llame aquí), estuvimos cerca de nueve horas. Llegamos, nos hicieron mil preguntas, revisaron nuestras pertenencias, contaron el dinero que llevábamos (nos vacilaban con respecto al dinero que llevábamos, nos decían a tu eres fresa porque mira el tipo de lubricante que traes o seguramente cobras bien, mira cuánto dinero traes, a mí me decían que llevaba más dinero que las demás y que se me veía la cara de mamona, ya sabían por qué), la revisión la hacían prácticamente hombres, fue humillante aparte de no saber si alguien irá por ti porque yo prácticamente estaba sola (los padrotes nunca están), durante el proceso nos revisó un médico para ver nuestro estado físico y nos tomaron fotografías, se requería que llegara el juez para fijar las fianzas o multas.

“En los que esperábamos nos metieron en una celda súper pequeñita a casi todas las chicas, mientras esperábamos para poder salir, cuando pasé con el juez me preguntó por qué lo hacía, que si sabía mis derechos, me preguntó si contaba con un tipo de permiso que otorga salubridad creo, para poder ejercer la prostitución para que no me estén deteniendo.  Le contesté que no y me preguntó de dónde venía a lo que contesté que de México y respondió que sólo se lo dan a personas de Oaxaca, que lo único que podría hacer por mí es una sola llamada y pensara a quién llamaría, teníamos que hablar del teléfono que ellos tienen en la oficina porque nos quitaron los celulares (los policías nos maltrataron porque se habían molestado, ya que decían que les hablamos a los de Derechos Humanos y por haber hecho eso nos quedaríamos más  tiempo detenidas).

“Total, eran las tres de la mañana cuando escuché que un trabajador del hotel donde me paraba a trabajar fue a pagar la multa, 1, 800 por cada una de las chicas, salí junto con otras cuatro mujeres, dentro de la celda quedaron las otras detenidas, ese día nos habían agarrado como a 30 mujeres, que haciendo cuentas ese día ganaron casi 50 mil pesos de todas las chicas detenidas, ya que sino pagabas la multa te tendrías que quedar ahí.

“Después de todo lo vivido pienso retirarme de este negocio en unos tres años máximo, porque aunque yo quisiera seguir  mi cuerpo me lo impedirá, tengo algunos problemas de salud que me impedirán continuar, pero creo que en este tiempo me alcanzará para poder juntar y hacerme de algunas cosas para poder disfrutar.

“Me faltó agregar que para entrar a trabajar no se necesita ser mayor de edad y los hoteles sí dan permiso, la bronca son las chavas que no aguantan que llegue competencia, a mí varias veces me quisieron golpear, pero obvio no me dejé”.


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