Cambiar el rostro de pobreza y miseria, pide arzobispo de Oaxaca
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Cambiar el rostro de pobreza y miseria, pide arzobispo de Oaxaca

Pedro Vázquez Villalobos asume como Arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera, entre el regocijo, solemnidad y amor de la grey católica oaxaqueña


Cambiar el rostro de pobreza y miseria, pide arzobispo de Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

Al iniciar su misión como Arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera, Pedro Vázquez Villalobos lanzó un fuerte mensaje a todos los niveles de gobierno “para cambiar el rostro triste de quienes sufren pobreza y miseria, por un rostro alegre, del hombre que tiene trabajo y recursos para vivir dignamente”.

A los servidores públicos, a nombre de Dios les pidió caminar con las huellas de Jesucristo y que el pueblo les recuerde las necesidades para tener presente que la honesta distribución de los bienes hace posible una vida mejor.

“Nuestras autoridades federales, estatales o municipales deben actuar con misericordia, nuestro pueblo sufre la pobreza viviendo en una tierra rica, ¿qué ha pasado?, ¿qué está pasando?, ¿porqué muchos de nuestros hermanos viven en pobreza y muchos más en la miseria? -cuestionó en la homilía desde el auditorio Guelaguetza.

A eso, añadió otras preguntas: “¿Qué hacen y cómo ejercen su autoridad?”, y respondió a sí mismo: “encontramos a buenas y malas autoridades”.

El arzobispo dijo que al mirar el sufrimiento, la pobreza y el desencanto de la gente, solo puede cuestionar a las autoridades “¿cómo han vivido?”, para ver si es reciproco con la situación de la mayoría.

El recinto del auditorio Guelaguetza se habilitó como espacio católico para la misa de inicio del periodo del arzobispado de Pedro Vázquez, a donde asistió el Nuncio Apostólico, Franco Coppola, así como el obispo emérito de Antequera, José Luis Chávez Botello.

En medio de los asistentes, el gobernador Alejandro Murat, de la mano de su esposa, Ivette Morán, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJEO), Raúl Bolaños Cacho Guzmán, participaron en la celebración litúrgica.

Ante dicha presencia, monseñor Vázquez Villalobos dirigió un mensaje al mandatario estatal: “Le saludo al gobernador, y lo saludo con respeto; Dios dará la oportunidad de pensar solo en un trabajo por el bien de Oaxaca”, le dijo.

El arzobispo también reconoció las fallas desde la iglesia Católica. “Con dolor reconocemos que hemos fallado y el rostro de la iglesia de Cristo se ha desfigurado; nuestro compromiso diario será cambiar para que nuestra iglesia sea más sana”, comentó.

Por eso, pidió a los sacerdotes aprender a ser misericordiosos entre ellos, y después, ser portavoces para que terminen los conflictos y las luchas de hermanos que viven en la misma tierra, donde tienen los mismos derechos y obligaciones,
“Quiero vivir en la humildad y sencillez de un hombre que se humilla ante Dios y que es capaz de dejar en sus manos sus limitaciones, debilidades y miserias para que transforme todo mi ser”, señaló.

A los sacerdotes les urgió seguir trabajando en la reconciliación y la paz, a que con hechos muestren el compromiso con los demás, pues de nada sirven las misas si no hay compromiso auténtico, indicó.

Se encomienda a la virgen de La Soledad

“Señora de la Soledad, patrona de nuestra Arquidiócesis, intercede por mí para que aprenda del pastor de pastores que es tu hijo Jesucristo (…) quiero ser un pastor que ilumina a Cristo (…) ayúdame madre”, suplicó monseñor Pedro Vázquez Villalobos.

Arrodillado frente a la imagen católica en la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Soledad, pidió la bendición para los pueblos donde viven los indígenas, para todas las comunidades de la arquidiócesis, a fin de que se llenen de esperanza.

“Bendíceles porque tú sabes que a veces nosotros los desilusionamos por tantos problemas, carencias y necesidades, por tanto abandono y olvido”, reconoció.

Ahí también, oró por la paz que el mundo busca sin encontrar.

Después, en la Catedral, monseñor Pedro Vázquez recibió la sede de la Arquidiócesis y ante el Nuncio Apostólico, se leyó la carta que el 10 de febrero el Papa Francisco emitió para el cambio de arzobispo.

Ya en el templo mayor de la iglesia Católica en Oaxaca, el purpurado manifestó su profesión de fe y juró fidelidad al Sumo Pontífice, el Papa, para guiar a los creyentes de Oaxaca con toda la iglesia Católica universal.

“Cumpliré santa y piadosamente el ministerio que se me ha confiado y de tal manera trabajaré para que pueda confirmar a los fieles. Fomentaré la disciplina común a toda la iglesia, así como la observancia de todas las leyes eclesiásticas.

“Quiero cuidar con celo pastoral este pueblo que se me ha encomendado, quiero hacerlo con mucha bondad y misericordia con entrega generosa cada día, estar cercano a mis fieles, pero principales a mis sacerdotes, a los grandes colaboradores, conocerlos, amarlos, motivarlos llenando esta esperanza en su entrega”, patentizó.

En tanto el Nuncio Apostólico, Franco Coppola, trajo el mensaje del Papa para que se forme una sola familia y que la grey católica esté pendiente de las necesidades de su feligresía, que vayan al auxilio de los más necesidades y protejan al desfallecido.

Redoblan las campañas, suena la banda…

Las campanas del santuario menor de Nuestra Señora de la Soledad repicaron a las 9:00 horas para anunciar la llegada de monseñor Pedro Vázquez Villalobos, nuevo arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera.

Miles de feligreses abrazaron con su presencia al ex obispo de la diócesis de Puerto Escondido. El purpurado con una túnica blanca y su solideo color rosa, entró con todos los honores al templo, mientras a un lado, visiblemente tranquilo, estaba monseñor José Luis Chávez Botello, quien durante 14 años se encargó de esta representación.

Hincado ante la representación de la Virgen María, monseñor, humildemente se encomendó a la imagen religiosa y oró por la paz.

Afuera del templo, cientos de creyentes querían acercarse al purpurado, otros más, se despidieron de Chávez Botello.

Entre la música de banda, cohetes y grupos de danzantes, los jerarcas de la iglesia Católica encabezados por el Nuncio Apostólico, Franco Coppola, descendieron de las escaleras del templo de La Soledad y caminaron a la avenida Independencia.

El baile de la Flor de Piña, la Danza de la Pluma y una calenda con monos y marmotas se distribuyeron sobre la avenida en señal de que la iglesia Católica estaba de fiesta.

Entre saludos y apapachos, monseñor Pedro Vázquez avanzó con la comitiva, todos contentos, gustosos de la alegría de los creyentes, aunque en número, no formaron un río de gente.

Ya en la Catedral, tomó posesión simbólica de los bienes de la iglesia en medio de los honores litúrgicos.

A las 12:00 horas, la misa en el auditorio Guelaguetza con la presencia del gobernador, Alejandro Murat Hinojosa y su esposa Ivette Morán.


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