Ola de migrantes satura albergue en Ciudad Ixtepec; hay crisis alimentaria
Tampoco hay espacio donde dormir; no hay camas, colchonetas ni tiendas de campaña

El albergue “Hermanos en el Camino” que se ubica en esta ciudad istmeña se encuentra al máximo de su capacidad a grado tal que no hay camas y tampoco alimentos, reconoció su titular, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra.
“Se está dando una situación que no habíamos visto nunca antes. Tenemos en el albergue gente de prácticamente todo el mundo, de 24 países africanos, Sudáfrica y del Medio Oriente, China, pero también Centro y Sudamérica, como Brasil”, expresó.
Dijo que la semana pasada “Hermanos en el Camino” alojó a más de 600 migrantes lo que provocó que por el momento no haya camas, colchonetas ni tiendas de campaña; también se agotaron los alimentos a grado tal que se redujo a tan sólo dos comidas al día y hay escasez de agua.
Solalinde Guerra atribuyó al fenómeno a la crisis económica y alimentaria que se vive en el mundo entero, así como la inseguridad que priva en la mayoría de países.
Comentó que el albergue ya no puede recibir más migrantes porque se encuentra saturado y apeló a la gente de buen corazón para que los ayude con materia prima para preparar los alimentos, pues el albergue padece de una crisis a causa de la escasez.
Solalinde Guerra dijo que muchos migrantes que se alojan en ese lugar, se van caminando hacia Oaxaca, para proseguir su viaje hacia la frontera norte, lo cual consideró grave pues esa es una de las carreteras más peligrosas de la entidad.
Lamentó que el Instituto Nacional de Migración no se haya humanizado y que esté convertida en un ente policiaco del Estado.
Controvertido, el padre Alejandro Solalinde es director del refugio “Hermanos en el Camino” que se encuentra aquí, en Ciudad Ixtepec, el cual fue creado el 26 de febrero de 2007 para ofrecer asistencia humanitaria a migrantes que necesitan un lugar donde descansar, comer y recuperarse del viaje.
Esta muestra de solidaridad con las personas migrantes ha provocado ataques y hostigamiento por parte de miembros xenófobos de comunidades locales, alentados a menudo por bandas de delincuentes y autoridades locales.
Un ejemplo de las intimidaciones que sufre el sacerdote Solalinde, ocurrió el 24 de junio de 2008, cuando un grupo de pobladores de Ciudad Ixtepec, irrumpieron en el albergue y amenazaron con prenderle fuego.
A pesar de ello, prosigue con su trabajo de defensa de los migrantes con quienes ha ido hasta la cárcel.