Salen los “Hueelus” a despedir el año
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Salen los “Hueelus” a despedir el año

La tradición se mantiene viva y año con año se puede ver bailando a estos personajes


Salen los “Hueelus” a despedir el año | El Imparcial de Oaxaca
Pareja de “Viejos” que desea un Feliz Año Nuevo

Después de la navidad, en la región del Istmo de Tehuantepec y especialmente en Juchitán de Zaragoza, se pueden observar a los “Viejos” o “Hueelus”, que como ya es costumbre, salen a las calles a bailar para despedir el año.

Se trata de una actividad ancestral que fue adoptada por los istmeños, en especial por los juchitecos, quienes recorren las calles acompañados de un grupo musical y piden aguinaldos.

 

 

Alegran a las personas

 

Tal es el caso de Néstor Pablo Villegas Esteva, un joven artista de Juchitán que durante muchos años se ha caracterizado para participar de esta hermosa tradición.

En entrevista, Néstor mencionó que desde que tiene uso de razón, los “Viejos” o “Hueelus”, recorren las calles de la ciudad los últimos días del año, con el fin de despedirlo de manera alegre.

Esta tradición viene de fuera, no es netamente juchiteca, pero nuestra gente la adoptó, la retomó y la hizo suya; en mi caso llevo aproximadamente 17 años participando, me pongo de acuerdo con amigos músicos, con diferentes compañeros que tenemos esa inquietud de alegrar a las personas. La tradición marca que nosotros vamos ofreciendo que ya llegó el “Hueelu” y la gente se acerca, nos pide una pieza, los músicos tocan, los viejos bailan y nos ofrecen una moneda”, destacó.

 

 

La costumbre no muere pese a la tragedia

 

Pablito Villegas como se le conoce de manera artística, fue uno de los primeros que salió a las calles después del terrible terremoto de 8.2 grados que sacudió al Istmo en el 2017, además de ayudar a las familias con despensas; en diciembre de ese año decidió representar a los viejos y participó en un tianguis artesanal para dar alegría a los presentes, sin nada a cambio.

Lo hicimos de corazón, no con la idea que nos dieran dinero, simplemente para darle cariño y alegría a la gente, para despedir el año como se acostumbra y demostrar que, a pesar de la desgracia, nuestras tradiciones y costumbres siguen vivas. Durante la pandemia tampoco dejamos de salir a las calles”, apuntó.

Y es que, pese a las adversidades, los “Viejos” o “Hueelus”, no han dejado de salir calles a bailar y convivir para despedir el año, por lo que después de la navidad se les puede encontrar en la zona del centro, mercados y otros lugares donde con singular alegría ante propios y extraños no permiten que la hermosa tradición muera.

De acuerdo con el Prof. Tomás Chiñas Santiago de la Organización Social Tona Taati’, a partir de la segunda mitad del siglo veinte, además de adultos, los niños y jóvenes empezaron a formar sus parejas para disfrazarse de “Viejos” y llegaban a las casas a pedir permiso para bailar a cambio de unas monedas como aguinaldo.

Agregó que “¿ZUYAA HUEELU LAA?”, es una expresión coloquial que se usa al solicitar permiso para ejecutar el baile del “Viejo” o “Hueelu”; personaje tradicional que inicialmente recorría por las noches, casa por casa.

Sin embargo, reconoce que con el tiempo la costumbre ha cambiado y actualmente se puede ver bailando a las parejas de “Viejos” a cualquier hora del día y en cualquier lugar.

 

Brindan momentos de alegría a cambio de una moneda / Niños, jóvenes y adultos portan la vestimenta istmeña y salen a bailar

 

 

Surge como protesta

 

Chiñas Santiago indicó que la tradición de “El Viejo” surgió como protesta de una modesta cuadrilla de cargadores del muelle del puerto de Veracruz, en 1875, para pedir aguinaldo a sus patrones, ya que no recibían los beneficios que otros trabajadores percibían y que consistían en pequeñas cantidades en efectivo o ropa vieja que los patrones desechaban

Según versión de cronistas jarochos, el líder de este grupo fue detenido por el gran escándalo que provocaron con latas, cencerros y tapaderas metálicas. Sin embargo, la manifestación se repitió el año siguiente y ante el bullicio que provocaban lograron recibir de sus patrones algunas botellas de licor y alimentos, aumentando año con año el número de jornaleros, cubanos, jarochos y mulatos que se reunían para conseguir aguinaldos por cuenta de los patrones. Así, el pedir aguinaldos se volvió una tradición, aunque ya sin violencia, sino de manera alegre y graciosa, cantando algunas coplas”, comentó.

 

 

Una segunda versión

 

El adulto mayor expresó que otra versión jarocha establece que esta tradición nace a partir de la llegada de unos almanaques japoneses a Veracruz.

Se dice que habitaba por el rumbo de la playa un aguador coreano, quien tenía un gran parecido con un personaje de uno de los calendarios mencionados y que representaba al año viejo, seguido por un niño que simbolizaba al año nuevo; de ahí que a sus vecinos se les ocurrió vestirlo como al viejo del almanaque y lo llevaron a pasear por todo el barrio. Fue tanta la aceptación del recorrido, que en la última noche del año se organizó un grupo con guitarras y güiros para recorrer el barrio cantando coplas”.

Después se volvió costumbre llevar el viejo en todo el puerto para pedir aguinaldo durante la última noche del año.

Los niños cargaban a un muñeco en una silla y cantaban al ritmo de rumba, recibiendo dinero y golosinas de los vecinos, convirtiéndose en una tradición propia del Puerto de Veracruz”, dijo.

Finalmente, Tomás Chiñas reiteró que la tradición surgió en el puerto de Veracruz, pero fue adoptada en el Istmo de Tehuantepec donde se transforma e imprime un sello singular, al vestir a los “Hueelus”, con el traje propio de esta bella región zapoteca.

 

Recorren las principales calles juchitecas / Un grupo de músicos acompañan a “Hueelus”

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