Soñaba con ser maestra en Japón: La muerte la esperaba en migración
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Soñaba con ser maestra en Japón: La muerte la esperaba en migración

En un vídeo se veía a la joven cayendo de la cama ante las risas de los guardias mientras leche salía de su nariz y fue ignorada cuando pedía ayuda


Soñaba con ser maestra en Japón: La muerte la esperaba en migración | El Imparcial de Oaxaca

Con la idea de perseguir su sueño de ser maestra de inglés en Japón, Wishma Rathnayake afrontó la muerte de su padre y, con el apoyo de su madre, rehipotecó su casa en 2017 y se puso en marcha a Narita, a las afueras de Tokio, Japón usando un visado de estudiante.

Wishma murió tres años después de su llegada a Japón, ahora su fallecimiento ha revolucionado al país en torno a la política migratoria y los tratos dados a los extranjeros en Proveniente de Sri Lanka, India, Wishma comenzó su educación en clases de idiomas y se comunicaba a menudo con su familia, a quienes contaba sobre su vida nueva en Japón, mientras sus redes sociales se llenaban de fotografías de sus nuevos amigos y lugares turísticos, ella tenía 29 años de edad en ese momento.

Wishma dejó de asistir a clases en 2018 y comenzó a trabajar en una fábrica antes de solicitar asilo en el país, sin embargo esta solicitud le fue rechazada en 2019 y pasó al estado de inmigrante ilegal ante las autoridades.

En 2020, la mujer india se acercó a una comisaría de la policía en Shizuoka buscando ayuda para dejar a su pareja, ahí explicó que su visado había caducado y quería ir a la Oficina Regional de Inmigración de Nagoya, pero no contaba con el dinero, explicó Yasunori Matsui, el director de START, una organización que ayuda a extranjeros detenidos en Japón.

Ante el temor de Wishma de ser asesinada por su pareja, decidió mantenerse en Japón luego de recibir cartas que amenazaban con localizarla y castigarla si regresaba a la India, lo que terminó por causarle problemas con las autoridades.

Las hermanas de la mujer, Poornima y Wayomi, supieron de ella hasta marzo de 2021 cuando la embajada de Sri Lanka en Tokio les notificó que había muerto. Fue hasta mayo cuando la familia de Rathnayake pudo viajar a Nagoya donde vieron a Wishma en un ataúd, había perdido 20 kilos durante su detención en inmigración de siete
meses.

Las hermanas de Wishma comenzaron la exigencia de justicia para ella y un cambio en las políticas migratorias de Japón a favor de las personas que en ese momento se encuentran detenidas en las oficinas de inmigración japonesas, las cuales tienen total control sobre los extranjeros y visados, no existe una tercera dependencia que rinda atención a esas situaciones.

El caso de Wishma Rathnayake fue noticia en Japón y mostró la falta de transparencia de un sistema en el que las personas pueden morir sin recibir atención ni expectativas de liberación. Tras tres meses de trabajo, las hermanas vieron un vídeo editado de las cámaras de vigilancia de la oficina de inmigración en donde se veía a Wishma cayendo de la cama ante las risas de los guardias mientras leche salía de su nariz y fue ignorada en su pedido de
auxilio.

Pudieron ver el vídeo completo meses después, donde se veía que Rathnayake no podía retener la comida; la ambulancia nunca fue llamada, incluso un día previo a su muerte