El Papa Francisco condena la pena de muerte
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El Papa Francisco condena la pena de muerte

Francisco ha calificado de ‘humillante’ y ha cambiado la postura de la iglesia, recogida en un catecismo promulgado en 1992


El Papa Francisco condena la pena de muerte | El Imparcial de Oaxaca

El papa Francisco ha aprobado una modificación del Catecismo en la que se declara “inaceptable” la pena de muerte y que plasma el compromiso de su Iglesia con la abolición de esta práctica en todo el mundo, anunció la Santa Sede. En respuesta a las declaraciones del papa Francisco, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, afirmó que promoverá la anulación de la pena de muerte a nivel estatal en Estados Unidos ‘en solidaridad con el papa Francisco.’

El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis Ladaria Ferrer, ha sido el encargado de presentar este cambio en el artículo 2.267 del Catecismo, el libro doctrinal del catolicismo.

En el nuevo texto se subraya que “la iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”.

El cambio llega después de que ‘durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común”, se lee.

Sin embargo el ‘reescriptum’ reconoce que ‘hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves’ y ‘se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado’.

Y por otro lado ‘se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente’.

De este modo Francisco, que siempre se ha mostrado contrario a esta práctica, que ha calificado de ‘humillante’, ha cambiado la postura de la iglesia, recogida en un catecismo promulgado en 1992, durante el pontificado del santo Juan Pablo II.

En aquella versión se subrayaba que ‘la enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte si ésta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas’.

En el texto, también en el Compendio de Benedicto XVI de 2005, se reconocía que ‘si los medios incruentos bastan para proteger y defender del agresor la seguridad de las personas, la autoridad se limitará’ a los mismos.

Pero indicaba al mismo tiempo que ‘los casos en los que sea absolutamente necesario suprimir al reo suceden muy rara vez, si es que ya en realidad se dan algunos’.

Una pequeña puerta abierta a la tolerancia ante la pena de muerte cerrada ahora por la versión del pontífice argentino.

Para presentar la modificación el cambio doctrinal, Ladaria envió una carta a los obispos de todo el mundo en la que subraya que el nuevo desarrollo ‘descansa principalmente en la conciencia cada vez más clara en la Iglesia del respeto que se debe a toda vida humana’

Por otro lado defendió que la nueva formulación ‘quiere ser un impulso para un compromiso firme, incluso a través de un diálogo respetuoso con las autoridades políticas, para que se favorezca una mentalidad que reconozca la dignidad de cada vida humana’.

Y se creen las condiciones que permitan eliminar en la actualidad la institución jurídica de la pena de muerte ‘ahí donde todavía está en vigor’.

Amnistía Internacional recoge en su informe de 2017 sobre la pena de muerte en el mundo que, al término del año, 106 países ya habían abolido esta práctica en la ley para todos los delitos y 142 habían acabado con ella en sus legislaciones o en la práctica.

Por otro lado se constataba que las ejecuciones habían disminuido hasta las 993 en un total de 23 países: un 4 % menos respecto a 2016 y una reducción del 39 % en comparación con 2015, un año que con sus mil 634 ejecuciones registró la cifra más cuantiosa desde 1989.

La mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar, por este orden, en China, Irán, Arabia Saudí, Irak y Pakistán, y los métodos más frecuentes fueron la decapitación, el ahorcamiento. la inyección letal o la muerte por arma de fuego.

La organización también constató menos condenas a muerte, un total de 2.591 en 53 países, ‘un descenso considerable‘  frente a las tres mil 117 sentencias de 2016.

Una tendencia a la baja en un mundo en el que el pasado año, y pese a la abolición normativa y la reducción de las ejecuciones, aún había al menos 21.919 personas condenadas a la pena capital.

En el mundo se utilizaron durante 2017 los siguientes métodos de ejecución: decapitación, ahorcamiento, inyección letal y muerte por arma de fuego, y en Irán se llevaron a cabo ejecuciones públicas.

NUEVA YORK IMPULSARÁ EL FIN DE LA PENA DE MUERTE TRAS DECLARACIONES DEL PAPA FRANCISCO               

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, afirmó que promoverá la anulación de la pena de muerte a nivel estatal en Estados Unidos,  “en solidaridad con el papa Francisco”, que ha declarado la condena “inaceptable” y anunció el compromiso de la iglesia con su abolición.

“Al declarar la pena de muerte inadmisible en todos los casos y al trabajar para poner fin a esta práctica a nivel global, el papa Francisco está dando lugar a un mundo más justo para todos”, aseguró Cuomo en un comunicado remitido a la prensa. “La pena de muerte es moralmente indefendible y no tiene lugar en el siglo XXI”, agregó.

Nueva York no ejecuta a un reo desde 1963, un estado que ha abolido y vuelto a instaurar la pena de muerte varias veces a lo largo de su historia.

La última vez que se reinstauró fue en 1995 cuando el gobernador George Pataki cumplió con una de sus promesas electorales, pero en 2004 el decreto fue declarado inconstitucional por el Tribunal Estatal de Apelaciones, la más alta magistratura neoyorquina, y en 2007 la última pena capital fue reducida a cadena perpetua.

Andrew Cuomo es el hijo del antiguo gobernador de Nueva York Mario Cuomo, que durante años luchó por la anulación de la pena capital en Estados Unidos.

“La decisión del papa valida la posición ética de mi padre contra La pena de muerte”, subrayó el actual gobernador, que describió la condena como una “fea mancha en la historia” de Estados Unidos.

Un total de 31 estados de los 50 del país siguen utilizando la pena de muerte, así como el gobierno a nivel federal y el Ejército estadounidense.


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