Mariano Rajoy es destituido; Pedro Sánchez es el nuevo presidente del Gobierno
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Mariano Rajoy es destituido; Pedro Sánchez es el nuevo presidente del Gobierno

Mariano Rajoy perdió hoy una moción de censura en su contra


Mariano Rajoy es destituido; Pedro Sánchez es el nuevo presidente del Gobierno | El Imparcial de Oaxaca

El español Mariano Rajoy perdió hoy una moción de censura en su contra y se convirtió así en uno de los líderes europeos de mayor trayectoria en el cargo en ser expulsado por un escándalo de corrupción en su partido.

Pedro Sánchez, el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que dio inicio al proceso de destitución de Rajoy, es quien lo remplaza en la presidencia del Gobierno español. Pero al controlar los socialistas solo 84 de los 350 escaños en el Congreso, es posible que su mandato dure poco y que eso abra el camino a otras elecciones generales.

Este abrupto cambio de mando en España profundiza la incertidumbre en el sur de Europa, que coincide con la lucha de poder en Italia. Los problemas para formar un gobierno en ese país sacudieron los mercados financieros hasta que el jueves fue avalado un primer ministro de una coalición de dos partidos que tienen una historia antieuropeísta y ahora se aprestan a tomar el poder.

La situación en España difiere del levantamiento populista de Italia, pues ninguno de los principales partidos españoles pone en duda la presencia de ese país en la Unión Europea ni promete restricción inmigratoria alguna. En cambio, la caída de Rajoy fue provocada por un escándalo de corrupción que manchó al conservador Partido Popular. También llega en medio de una crisis territorial y constitucional en Cataluña.

Rajoy felicitó a Sánchez en su discurso de despedida a los diputados el viernes, justo antes del voto de la moción de censura, que se preveía que iba a perder. “Ha sido un honor”, mencionó Rajoy, “dejar una España mejor que la que encontré”.

“Ojalá mi sustituto pueda decir lo mismo en su día”, añadió.

Rajoy, quien inició su carrera como ministro en 1996, sobrevivió a dos derrotas electorales antes de ganar la elección de 2011, cuando España enfrentaba la crisis por la deuda europea. Lideró al país a través del rescate bancario europeo y encaró manifestaciones masivas en contra de la austeridad que impuso su gobierno con la intención de encaminar a España hacia el crecimiento económico de nuevo.

Pero durante los últimos dos años Rajoy ha estado al frente de un gobierno de minoría, que depende del apoyo del cuarto partido político más grande, Ciudadanos, mientras ha intentado defenderse del impulso independentista en Cataluña.

Al final, la corrupción en el partido de Rajoy, más que su incapacidad para resolver el conflicto catalán, fue su perdición.

Tanto el momento como la forma en que fue destituido —en el Congreso en vez de en elecciones— fueron inesperados. Sánchez se apoyó en la decisión de la Audiencia Nacional, que la semana pasada sentenció a prisión a varios empresarios vinculados al Partido Popular (PP) y a políticos del seno de esta organización.

El fallo hizo que esa fuerza se convirtiera en la primera agrupación política del país en ser condenada por operar un fondo ilícito. Se le ordenó pagar una multa de 245.000 euros (unos 286.000 dólares), mientras que el extesorero Luis Bárcenas fue sentenciado a 33 años de cárcel y a pagar una multa de 44 millones de euros. La Audiencia Nacional también condenó a otros 28 empresarios y políticos, que recibieron trescientos años de prisión en conjunto por beneficiarse de un esquema de sobornos por contratos.

Antes de la votación, Sánchez pidió el apoyo a la moción de censura y consiguió sortear la oposición de Ciudadanos.

Para permanecer en el gobierno, Sánchez tendrá que mantener el apoyo de Podemos, la otra gran fuerza de izquierda, así como de los diputados nacionalistas catalanes y vascos.

Rajoy fue expulsado con 180 votos de los 350 legisladores. Cuando estrechó la mano de Sánchez, los seguidores del socialista gritaron: “¡Sí se puede!”. La bolsa de valores española tuvo un alza este viernes, al igual que sucedió en otros mercados europeos.

Íñigo Errejón, uno de los líderes de Podemos, les dijo a los reporteros que era muy pronto para predecir qué conseguiría Sánchez con sus nuevos aliados, pero acotó que la oposición había dado una lección a Rajoy en tácticas parlamentarias y en pragmatismo.

“Nos hemos quitado la inmensa piedra que suponía Rajoy”, dijo Errejón. “Estaba aquí como si fuese una característica geológica de nuestro país”.

La nominación de Sánchez como presidente representa un retorno destacado: el año pasado fue reelegido inesperadamente para encabezar el partido socialista, siete meses después de haber sido destituido en una sublevación de su partido y de haber abandonado su escaño en el Congreso.

Durante el debate, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, expresó en repetidas ocasiones su frustración con que Rajoy no hubiera dimitido y llamado a elecciones anticipadas, y con que en cambio hubiera pasado el jueves encerrado más de siete horas en un restaurante en Madrid tras quedar claro en el primer día del debate parlamentario que no sobreviviría la moción de censura la jornada siguiente.

Rivera también acusó a Sánchez de hacerse del poder por la puerta trasera, sin obtener primero el voto de los electores, y de formar lo que calificó de un “gobierno Frankenstein”, dependiente de políticos de izquierda y de partidos regionales que quieren separarse de España.

“No puedo entender, señor Sánchez, que el PSOE se dé la mano con partidos de esta naturaleza”, dijo Rivera en el Congreso. “Ninguna carrera política es más importante que España”.


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