El atentado al Papa Juan Pablo II en el 81 y el acto del perdón ante la agresión
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El atentado al Papa Juan Pablo II en el 81 y el acto del perdón ante la agresión

Aproximadamente 10 mil espectadores acompañaban al Papa en su recorrido vehicular por la Plaza San Pedro, por momentos, Juan Pablo se detenía a saludar a sus fieles seguidores; niños y niñas, mujeres y hombres, ancianos y jóvenes. Sin embargo, lo inimaginable estaba por suceder.


El atentado al Papa Juan Pablo II en el 81 y el acto del perdón ante la agresión | El Imparcial de Oaxaca

Es 1981, cerca de las 5:30 pm, un 13 de mayo un par de disparos rompen la paz en la Plaza San Pedro en Italia. El Papa Juan Pablo II había sido víctima de los disparos, herido gravemente por parte de un terrorista turco, identificado como Ali Agca.

Aproximadamente 10 mil espectadores acompañaban al Papa en su recorrido vehicular por la Plaza San Pedro, por momentos, Juan Pablo se detenía a saludar a sus fieles seguidores; niños y niñas, mujeres y hombres, ancianos y jóvenes. Sin embargo, lo inimaginable estaba por suceder.

Juan Pablo II saludaba con ímpetu a sus seguidores, cuando de pronto dos disparos se alcanzaron a escuchar, entonces repentinamente el Sumo Pontífice cayó dentro de su móvil. Su blanca vestimenta de pronto de coloreó de un intenso rojo sangre. La primera bala se alojó en el abdomen y la segunda en el brazo izquierdo. La alarma colectiva no se hizo esperar, y el Papa fue trasladado inmediatamente a un hospital.

Tres horas de intervención quirúrgica y miles de oraciones por todo el mundo. Se pronunció Sudamérica, Europa y todos los continentes al respecto. El pronóstico de la salud del Papa se mantuvo con pronóstico reservado, sin embargo, Juan Pablo estuvo consciente durante todo ese tiempo.

¿Pero qué pasó con Ali Agca?
La policía italiana actuó de forma rápida ante el suceso y en poco tiempo capturaron al agresor, el turco, Mehmet Ali Agca. Una vez detenido, los elementos de seguridad iniciaron una ardua investigación, datos como el calibre del arma, acciones previas y utensilios del terrorista, fueron revelados en seguida. Algo importante: Ali Agca se había declarado culpable del acto, horas antes de realizarlo; la prueba fue encontrada en el hotel donde se hospedaba, en una nota firmada por él, donde asumía su responsabilidad.

Ali Agca tenía ya una popular y prestigiosa trayectoria dentro del mundo criminal. A sus pocos 23 años, era ya un prófugo de la justicia turca. En el 79, fue responsable del asesinato del director del periódico Milliyet, uno de los más importantes de Turquía, debido a esto, fue arrestado ese mismo año. Sin embargo, poco duró en prisión, mientras le sentenciaban, Ali escapó de la prisión.

La realidad es que Ali Agca ya tenía la intención de asesinar al Papa desde tres años antes del suceso. En 1979, Juan Pablo visitó Turquía, en ese entonces, Agca aprovechó para enviarle un mensaje a su víctima. El mensaje era un aviso previo a lo que sucedería en el 81; una clara amenaza de muerte que fue atendida por la seguridad turca inmediatamente.

El Papa sobrevive al atentado y perdona a su agresor.
Horas después del atentado, para ser exactos, 24, el Papa tuvo la fortaleza para reunirse con su equipo de colaboradores y expresar un mensaje de agradecimiento total ante las infinitas muestras de solidaridad del mundo entero. Algo que nadie se esperaba aquel día, era el sincero perdón de Juan Pablo a Ali Agca, afirmando comprenderlo.

Dos años después del suceso, Juan Pablo II solicitó reunirse con Ali Agca, quien había sido condenado a cadena perpetua en Rebibbia, una prisión italiana de máxima seguridad. Llegó el 27 de diciembre de 1983 y ambos personajes tuvieron su encuentro.

Este histórico suceso sin precedentes duró aproximadamente 20 minutos, en lo que fue interpretado como una confesión. Ali Agca se arrodilló ante Juan Pablo y le besó la mano. El Papa, como de acuerdo con su previa pronunciación, perdonó a su agresor, dando muestra de sus valores católicos ante el mundo.

El 13 de junio del 2000, Ali Agca fue indultado en Italia. Pasó 19 años en prisión y de ahí fue enviado a su natal Turquía. Sin embargo, distintos cargos delictivos que acumulaba en su país, lo hicieron volver a prisión inmediatamente. Fue en 2010 en que salió al mundo libre nuevamente.

En 2014, Ali Agca volvió a Italia, de manera precisa al Vaticano, para dejar flores blancas en la tumba de Juan Pablo II, a quien llamó su “hermano espiritual” y por quien rezó desde la cárcel cuando este último enfermó en 2005. Poco duró su estancia en el país, ya que las autoridades, al darse cuenta de su presencia, decidieron expulsarle.


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