¿Qué es la nutrición preventiva?

Hacer deporte y llevar una alimentación sana y equilibrada: esas son las claves fundamentales para mejorar nuestra salud y obtener el peso ideal. De hecho, las dietas son muy aburridas y, de un tiempo a esta parte, parece que nos preocupamos más por nuestra salud y estamos haciendo lo posible para adoptar nuevos hábitos de alimentación que se ajusten a nosotros.

La nutrición preventiva es un nuevo concepto que está asociado a la alimentación del futuro y te ayudará a cuidar tu salud para que te encuentres bien el día de mañana. ¿Quieres saber en qué consiste? En este artículo vamos a descubrir qué es la nutrición preventiva para que la conozcas en profundidad, ¡atento/a!

¿En qué consiste la nutrición preventiva?

La nutrición preventiva sirve para prevenir la aparición de algunas enfermedades asociadas a malos hábitos de alimentación. Se trata de educar a las personas para que lleven a cabo mejores costumbres basadas en el ejercicio y en la ingesta de alimentos más saludables.

En realidad, forma parte de un estilo de vida que promueve la salud para sentirnos bien, tanto por dentro, como por fuera. Nunca es tarde para acceder a los conocimientos de la nutrición preventiva y reeducarnos, aunque lo ideal es que niños y jóvenes adquieran hábitos saludables tan pronto sea posible.

La nutrición preventiva, por tanto, nos ofrece herramientas para asegurar el aporte calórico ideal según las necesidades y desgaste de cada persona. Además, con respecto a la alimentación, la idea es reforzar nuestro sistema inmunológico y aportar vitaminas para evitar enfermedades.

¿Cuáles son los beneficios de la alimentación preventiva?

La alimentación preventiva diseña dietas en función de cada persona, sea niño, joven o adulto. Para que el organismo funcione correctamente, es preciso ingerir alimentos de acuerdo a los nutrientes que necesita el cuerpo.

Con ayuda de la nutrición preventiva, es posible obtener los siguientes beneficios:

• Prevenir problemas sanguíneos como el caso de la anemia.
• Solucionar problemas digestivos como estreñimiento, flatulencias, acidez, intolerancias alimentarias o mala digestión.
• Reducir problemas de sueño o insomnio.
• Mejorar los problemas asociados a la ansiedad o el estrés.
• Demorar tanto como sea posible las patologías de carácter óseo como la osteoporosis.
• Evitar la obesidad y otras enfermedades como la diabetes.
• Prevenir cánceres como el de colon.
• Contribuir en la prevención de enfermedades degenerativas y cardiovasculares como hipertensión o colesterol.

Cómo llevar a cabo la nutrición preventiva

Las necesidades nutricionales no son las mismas para un niño que para un adulto. Según vamos pasando de una etapa a otra, vamos necesitando aportes diferentes. Eso es algo que deben tener en cuenta los especialistas en nutrición y dietética, aunque también deben estudiar los hábitos alimenticios y síntomas de cada paciente para conocer sus problemas e intolerancias.

En cuanto a la nutrición preventiva, no se precisa ningún cuidado concreto. El objetivo es recibir una educación nutricional óptima que acompañe al paciente en su día a día. Un especialista cualificado te ayudará a elegir los alimentos correctos y conocerás de su mano las propiedades nutricionales que necesita tu organismo.

Como es natural, toda buena nutrición que se precie debe ir acompañada de actividad física regular, un buen descanso nocturno y de la eliminación de hábitos que resultan perjudiciales para la salud como, por ejemplo, fumar.