3 razas de perros ideales para vivir en un departamento pequeño
No todas las razas de perros pueden vivir en espacios pequeñas pues puede ser perjudicial para su calidad de vida
No hay dudas que los perros ocupan un significativo lugar en nuestros corazones, pero muchas veces tenemos que prescindir de ellos por vivir en lugares pequeños y, en ocasiones, sin patio ni balcón. Es por ello que te recomendaremos las 3 mejores razas de perros para vivir en un apartamento, ya que estas mascotas se adaptan a este tipo de viviendas.
Habitualmente, cuanto más pequeño es el perro, mejor se adapta a la vida en un apartamento, aunque no hay que olvidar que necesitan salir al aire libre con regularidad, para hacer ejercicio y hacer sus necesidades. Un buen paseo una o dos veces al día, dependiendo de las razas de perros y también de su edad, será imprescindible.
Los perros más pequeños generalmente pueden ser una buena opción para quienes viven en casas más pequeñas, pero no se debe cometer el error de pensar que estas razas requieren menos ejercicio y estimulación. Es que tener mascotas es una gran decisión, por lo que los posibles propietarios siempre deben investigar a fondo qué raza podría ser la más adecuada para ellos y su estilo de vida.
Las dos principales razas de perros recomendadas por especialistas para vivir en un apartamento son la bichón habanero y bichón maltés. El primero se caracteriza por ser vivo, cariñoso e inteligente, y puede ser feliz en un piso o una casa pequeña. Les encanta estar con sus dueños y será la raza perfecta para gente que trabaje desde casa o pueda dedicarles tiempo. Mientras que las segundas mascotas son muy juguetonas, tienen relativamente poca energía y 30 minutos al día de ejercicio serán suficientes para él.
Finalmente, para tener estas mascotas en apartamentos, los galgos representan una de las razas de perros que mejor se adaptan a estos lugares. Esto genera sorpresa por el tamaño de dichos perros, pero a pesar de la creencia general, tienen bajos niveles de energía y prefieren acurrucarse en el sofá al lado de su propietario, aunque se vuelven hiperactivos y destructivos si no se satisfacen sus necesidades de ejercicio diario.
