¿Cómo afrontar el dolor por la pérdida del bebé?
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¿Cómo afrontar el dolor por la pérdida del bebé?

Hablamos del duelo perinatal, gestacional y fetal, aquel que se inicia por la muerte del bebé


¿Cómo afrontar el dolor por la pérdida del bebé? | El Imparcial de Oaxaca

¿Sabías que una de cada cuatro mujeres pierde a su hijo durante el primer trimestre de embarazo? Son cifras que duelen leer, y que dan miedo, pero es una realidad que no podemos obviar, y que debemos aprender a acompañar como sociedad.

Hablamos del duelo perinatal, gestacional y fetal, aquel que se inicia por la muerte del bebé entre la semana 22 del embarazo y pocas semanas después del nacimiento.

Solo para aclarar términos, la muerte gestacional o fetal ocurre cuando el feto tiene más de 22 semanas en el vientre de la madre; cuando alcanza las 28 semanas, o después de nacer y superar la primera semana de vida, hablamos de muerte perinatal.

Sin embargo, en este artículo nos centraremos, de forma genérica, en el duelo perinatal, para visibilizar esta pérdida independientemente de la fase o semana de embarazo, ya que el dolor no entiende de números o etapas.

Describimos las características de este duelo particular y explicamos por qué es un duelo invisibilizado y desautorizado y cómo podemos afrontar esta pérdida tan dolorosa. Y también, cómo podemos acompañar a alguien que pasa por esta experiencia.

El dolor por la pérdida de un hijo

Hablamos de una realidad a la que deben enfrentarse muchas mujeres, y también sus parejas, con todos los tabúes arraigados que aún siguen existiendo en torno a este tema.

Vivir una muerte perinatal genera mucho dolor, al que se le suma la falta de empatía e incomprensión por parte de la sociedad, algo que dificulta aún más este proceso de duelo particular.

¿Cómo sobrevivir a la pérdida de un hijo y qué características tiene este tipo de duelo?

El duelo perinatal: un duelo particular

Según expertos como la psicóloga Sílvia López Urrutia, el duelo perinatal tiene tres características que lo hacen especial:

  • Es un duelo negado, para el que no hay un ritual, y que muchas personas llevan de forma íntima.
  • Es complejo, porque estás preparándote para recibir vida y llega la muerte.
  • Es desautorizado socialmente, porque carece de reconocimiento.
Estás preparándote para recibir vida y llega la muerte: así es vivir un duelo perinatal.

Un duelo desautorizado

Según la experta, la sociedad desautoriza este tipo de duelo porque en realidad, no lo comprende. Además, es muy difícil empatizar con las familias que han perdido a su bebé si uno no ha pasado por lo mismo.

Y por otro lado, intentar empatizar y conectar con su pérdida tampoco es fácil, ya que esto conlleva exponernos a nuestros propios miedos (y más si estamos en la búsqueda de un embarazo, por ejemplo).

Otras características del duelo perinatal

Otras características que hacen de este tipo de duelo, un duelo especial, son las siguientes:

  • Muchas veces, aunque no siempre, conlleva el primer contacto con la muerte, debido a la juventud de los progenitores. Esto implica una falta de experiencia emocional que puede dificultar el proceso.
  • Es un duelo que se vive con mucha soledad.
  • La madre siente que ha perdido una parte de sí misma.
  • La maternidad llega mucho antes del parto, con la relación con el hijo que estamos gestando.
  • Existe una fragilidad en las redes sociales para poder compartir el dolor y hablar del hijo fallecido.
  • Existe una gran contraposición entre el apoyo social durante el embarazo, y la falta del mismo durante la pérdida.
  • Es un duelo difícil de expresar en público, por su silenciación y su desautorización social, como ya hemos comentado.

Permítete vivir el duelo

Como en todo proceso de duelo, será imprescindible que te permitas transitarlo, aunque sea doloroso.

Es un momento complejo y delicado, donde la mujer puede sentir que su futuro se desvanece, y con ello, todas las expectativas que había depositado en esta nueva vida con su bebé.

Se genera un enorme vacío difícil de soportar, pero con el que conviene convivir un tiempo. Así, para poder transitar todo esto, el primer paso será permitirse vivirlo, aceptar las emociones y validarlas.