Las nieves oaxaqueñas
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Las nieves oaxaqueñas

¡Pásele hay lugares!, de que va a querer tenemos de leche quemada, de tuna, limón, nuez ¡Pásele!


¿Quién no ha escuchado alguna vez es te melodioso grito? ¿Quién no ha disfrutado de una nieve oaxaqueña?, este exquisito postre llegó al estado durante la época virreinal en el siglo XVI y aunque en un principio fueron reservadas únicamente para la aristocracia, después de la guerra de independencia la receta se popularizó y hoy es un manjar que disfrutamos cotidianamente.
Zaachila es un gran ejemplo de ello, en este pueblo tradicional ubicado a unos kilómetros de la capital se pueden encontrar las tradicionales nieves que se han vuelto un postre obligado al visitar la comunidad.
Platicamos con el señor Paulino González Martínez, propietario de la nevería típica Reyna Siboney, que acaba de celebrar 30 años de encontrarse establecida frente al palacio municipal.
Atento con su clientela y siempre con la mejor sonrisa fue como nos recibió en su local don Paulino, quien desde el cuarto año de primaria se ha involucrado con la elaboración de nieves, pues como nos cuenta es un trabajo representativo de la villa de Zaachila.
Consciente de que su familia se ha dedicado al oficio generación tras generación recuerda a su bisabuela, matriarca de la familia que acuñó el nombre al negocio y su madre la señora Inocencia Martínez, quien a su vez transmitió los conocimientos su hijo heredándole el puesto tras su retiro.
“Uno lo que hace es continuar con la tradición de generaciones de antaño” es lo que expresa orgullosamente el oriundo de Zaachila, entre la charla y la clientela que no dejaba de llegar recordó que en sus inicios sólo se elaboraban los seis sabores tradicionales: leche quemada, tuna, limón, nuez, vainilla y melón con leche; hoy en día ofrece al público más de 50 especiales, las cuales preparan desde las 6 de la mañana hora en que abren el local para poner hielo a los barriles y preparar las nieves de la forma tradicional (con hilo y sal).
A su local han llegado personas de todo el mundo para disfrutar las deliciosas nieves que por lo general se venden en mayor cantidad durante los periodos vacacionales y la semana santa.
Los días pasan y afortunadamente esta tradición se mantiene a pesar de que el tiempo pase y aseguran seguirá presente pues más que un trabajo familiar es una pasión de antaño.