Roma: la niñez, el amor y el trabajo doméstico
Antes de su estreno en cines seleccionados y de su lanzamiento en la plataforma Netflix, el filme de Alfonso Cuarón se presenta en Oaxaca, de donde son originarias dos de sus actrices
En Venecia, se coronó con el León de Oro por mejor película, pero Roma, la película que como crónica de su infancia presenta el mexicano Alfonso Cuarón, se conduce con paso firme hacia los Oscar y los Goya, premios para los que ha sido elegida para representar al país en las categorías de mejor película extranjera y mejor película iberoamericana, respectivamente.
Y en ese camino, el estreno de la cinta sigue dejando a varias salas comerciales fuera del circuito, pues solo algunos recintos o iniciativas independientes se han incluido en sus funciones programadas a partir del próximo 21 de noviembre.
Netflix, la plataforma de streaming y productora de la cinta, aguardará hasta el 14 de diciembre para incluirla en su catálogo de producciones originales.
Oaxaca, el estado de donde son originarias las actrices Yalitza Aparicio y Nancy García, se ha alzado con un triunfo en esta aventura cinematográfica (aunque antes lo ha hecho a través de la lengua mixteca, que se incluye en la cinta). El filme ha sido parte de las proyecciones del séptimo aniversario de la asociación civil OaxacaCine, la noche de este jueves, en el teatro Macedonio Alcalá.
La función consiguió también la visita de Yalitza y Nancy, originarias de la región Mixteca y quienes dan vida a Cleo y Adela, respectivamente; la primera en el papel de la nana a quien Cuarón conoció en su infancia, en los años 70. A través de ella, el director de Gravedad y Niños del hombre ofrece esa “carta de amor” hacia quienes se han dedicado al trabajo doméstico. Además de abordar las coyunturas políticas de esos años en México y temas relacionados con la familia, la discriminación, las mujeres, entre otros, que incluso se van desvelando poco a poco ante sus actrices.
La vida, esa para la cual se carece de un guion, es el eje de la película para la cual Yalitza y Nancy se aventuraron a ser parte hace poco más de dos años. Por mucho tiempo, los únicos datos que tuvieron eran que se trataba de un proyecto personal y que involucraba el recuerdo sobre la nana del realizador. Incluso, esto último orilló a Yalitza a desistir del proyecto para el cual ni siquiera pensaba hacer casting.
“Era una responsabilidad muy grande interpretar a una persona de ese nivel y tenía miedo de no llegar a darle este homenaje que realmente necesitaba”, narra Aparicio, quien recientemente fue premiada como “Nueva actriz de Hollywood” por esta película.
Tanto ella como Nancy y los demás actores se fueron adentrando en la historia conforme avanzaba el rodaje, pues esta se fue grabando de forma cronológica. “Ninguno de los actores obtuvo el guion. Poco a poco ibas descubriendo lo que iba pasando, era como la vida, nadie sabe lo que le va a pasar mañana, no tenemos un guion. Simplemente nos dejábamos llevar”, apunta Aparicio.
El punto de vista de la nana, el papel que miles de mujeres de comunidades indígenas (como la madre y otras conocidas de Yalitza y Aparcio), emerge en la producción donde Nancy García reconoce varios mensajes, entre ellos los estereotipos y prejuicios a los que se enfrentan mujeres como ellas, a quienes se las relegan a ciertas labores o condiciones, ya sea por su color de piel u orígenes.
“(Si) eres morenita, eres bajita, perteneces a aquí, no puedes salir de tu zona de confort, no puedes ir y pedir algo más porque… ya hay una clasificación”, ahonda García mientras confía en que la sociedad haga comunidad, se lleve un buen mensaje del filme, reflexione y valore a las personas por lo que son, independientemente de sus diferencias.
