En el 2022, la inflación de las familias de menores ingresos fue del 9.70 por ciento, debido a que la mayor parte de sus recursos se destinaron a la adquisición de productos alimentarios, que es donde se observó un mayor encarecimiento de precios, refirió el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
De ahí que la diferencia entre la tasa de inflación de los hogares de bajos ingresos y la enfrentada la de altos ingresos, de 7.72 por ciento, fue de 1.98 puntos porcentuales.
En el último mes del 2021, las familias con menores ingresos enfrentaron una inflación de 7.99 por ciento, es decir que había una brecha de 0.87 puntos porcentuales con aquellos de recursos más altos, los cuales enfrentaban un aumento en precios de 7.12 por ciento.
Comentó que esto se debió principalmente a que los hogares con ingresos más bajos dedican la mitad de sus gastos totales a la compra de alimentos, bebidas y tabaco, mientras que los hogares de altos ingresos dedican sólo 28 por ciento a la compra de estos bienes.
“Aunque la inflación mostró desaceleración a finales del año pasado, persiste la carestía en productos alimentarios, lo que ha provocado que el poder adquisitivo de los hogares de menores ingresos sea afectado en mayor medida”, apuntó el Imco en el estudio ¿Cómo afecta la inflación a los hogares?
Por ejemplo, detalló, un hogar con un ingreso promedio mensual de tres mil pesos, que forma parte del primer decil, destinó más de 10 por ciento de su gasto a la compra de pan, tortillas y cereales.
En tanto que, un hogar con ingresos mensuales superiores a 54 mil pesos, el decil 10, gastó menos de 3 por ciento en la adquisición de dichos productos.
Por ende, la inflación superior a 12 por ciento que han mantenido estos productos en 2022 afectó en mayor medida el poder adquisitivo de quienes dedican una fracción mayor de su ingreso para adquirir esos productos alimenticios.
