Cómo se ha curado el medio ambiente durante la contingencia del Covid-19
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Cómo se ha curado el medio ambiente durante la contingencia del Covid-19

Pese al difícil momento que atravesamos, la aparición de animales salvajes en plena calle acompañados de un inédito aire limpio son algunos motivos que nos da la naturaleza para sonreír.


Cómo se ha curado el medio ambiente durante la contingencia del Covid-19 | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Internet

Como nunca antes en la historia, la frenética actividad humana ha disminuido notablemente en el primer trimestre de 2020 debido a la pandemia de COVID-19.

El nuevo Coronavirus que se manifestó en China por primera vez y las consiguientes medidas de aislamiento social para detener su avance pusieron un alto al transporte, reduciendo los viajes en automóvil y vuelos por igual, la actividad de las industrias altamente contaminantes y el consumo cotidiano al mínimo.

Ahora mismo, más de un tercio del planeta –por recomendación de las autoridades sanitarias o por estado de excepción– está confinado en casa y en medio de malas noticias como la paralización de la actividad económica, el número de contagios al alza y las víctimas mortales de esta enfermedad, se asoma la única consecuencia positiva de esta pandemia: un respiro al medio ambiente.

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Los videos de delfines nadando en la costa de Cerdeña en Italia, un jabalí andando por las calles de Barcelona y hasta un oso pardo recorriendo un pueblo de Asturias son apenas una señal de que una pausa de la actividad humana resulta benéfica para la naturaleza.

Otros encuentros compartidos en redes sociales donde aparecen cabras, zorros, coyotes y distintos tipos de fauna que suele vivir alrededor de las ciudades caminando en plenas urbes demuestran que las medidas de aislamiento social no solamente son efectivas para mitigar los contagios, también y de manera indirecta, ayudan a regresar un poco de lo mucho que la naturaleza nos aporta cada día.

Los índices de disminución de la concentración de dióxido de nitrógeno, un gas contaminante de efecto invernadero que se emite a la atmósfera provocado por la actividad industrial y el transporte han registrado niveles tan bajos como no ocurría hace más de una década, especialmente en Italia, uno de los países más golpeados por el virus.

En China, principal emisor de dióxido de carbono a la atmósfera, los niveles de este gas se redujeron hasta 25% menos en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta tendencia a nivel global ha mejorado la calidad del aire en las principales ciudades del mundo en el último mes y las fotografías con un cielo impoluto y aves han sido una razón para sonreír en estos momentos difíciles.

No obstante, pese al optimismo detrás de un aire más limpio, con ríos que parecen recuperar su color y la aparición de animales imposibles de ver en circunstancias normales, esta no es la forma ideal de reducir el daño al medio ambiente ni tomar conciencia de ello.

A pesar de la reducción momentánea de contaminación y la disminución en la emisión de gases de efecto invernadero, los expertos señalan que para lograr un auténtico cambio, estas condiciones deberían de mantenerse durante un periodo sostenido.

A medida que la curva de contagios descienda, industrias, transportes y nuestros patrones de consumo volverán a la normalidad, provocando un nuevo repunte de los índices de contaminación en el medio ambiente.

En todo caso, la crisis sanitaria por la que atraviesa el mundo es una gran oportunidad para repensar nuestros hábitos de consumo, hacer conciencia sobre la huella de carbono que acarrea nuestro estilo de vida y pensar en la íntima conexión que guardamos con la naturaleza y los estragos de la contaminación y el cambio climático.


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