Prueban que el más grande de los dinosaurios carnívoros vivió en el agua
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Prueban que el más grande de los dinosaurios carnívoros vivió en el agua

Son dinosaurios que vivieron hace 100 millones de años. El hallazgo fue realizado por científicos de Argentina, Estados Unidos, Reino Unido, Italia y Marruecos


Prueban que el más grande de los dinosaurios carnívoros vivió en el agua | El Imparcial de Oaxaca

La película Parque Jurásico de Steven Spielberg, estrenada en 1993, y sus secuelas consiguieron que el mundo le prestara más atención a los dinosaurios. Hubo más interés en conocer quiénes eran los grandes animales que habían habitado el planeta hace más de 65 millones de años. Impactó en una generación de niños y adolescentes que como el italiano Matteo Fabbri decidieron ser paleontólogos y desentrañar incógnitas que aún rodean a los dinosaurios: eran animales terrestres pero ¿se adaptaron a moverse en el agua?

Fabbri trabaja ahora en el Field Museum de Chicago, en los Estados Unidos. Junto con el argentino Diego Pol, del Museo Egidio Feruglio (MEF) de Trelew, en la provincia de Chubut, Guillermo Navalón, de la Universidad Autónoma de Madrid, España, y la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, y otros investigadores de Italia, Estados Unidos y Marruecos, descubrieron pruebas para afirmar que un grupo de dinosaurios sí habitó ambientes acuáticos hace 100 millones de años. Publicaron el hallazgo en la revista Nature.

Son los Spinosaurios, que fueron los dinosaurios carnívoros más grandes. Uno de ellos sobresale en la película Parque Jurásico III, cuando el animal devora a un especialista en armas y luego tiene una feroz pelea y mata a un Tiranosaurio rex. Los primeros restos fósiles de Spinosaurios se encontraron en Egipto en la década de 1910. Tenían cráneos largos y angostos como el de los cocodrilos de hoy, y se distinguían por sus espinas que formaban como una vela.

En el campo de los estudiosos de los dinosaurios también hay “grietas”. Durante la última década, hubo algunos investigadores que argumentaban que los Spinosaurios habían podido moverse en el agua. Pero también aparecían contrincantes que desaprobaban esas hipótesis.

En 2020, investigadores de Estados Unidos encontraron en el desierto del Sahara, en África, una cantidad enorme de dientes aislados de Spinosaurios en depósitos de ríos. “Al encontrar los restos, los investigadores dijeron que era improbable que se acumulen tantos dientes de un animal terrestre en un río, al tener en cuenta que los dientes de los cocodrilos y otros reptiles se caen normalmente al comer. Fue uno de los varios trabajos que salieron en años recientes que generaron un debate importante sobre si los Spinosaurios eran acuáticos”, contó a Infobae el doctor Diego Pol, investigador del Conicet.

También se encontró la cola de un Spinosaurus que era desconocida y que mostraba una forma parecida a la de los cocodrilos acuáticos que la usan para la locomoción en el agua. “Por cada uno de estos trabajos a favor de la hipótesis, salía una réplica de otros paleontólogos que rechazaban esta interpretación por diferentes motivos. Argumentaban que la acumulación de dientes podría haber ocurrido por casualidad porque el animal se alimentó en la costa del río, pero que no nadaba. O que la cola no tendría la capacidad hidrodinámica para impulsar a un animal tan grande. Pensemos que estamos hablando de un animal del tamaño cercano a un elefante actual”, comentó Pol.

El equipo de Fabbri, Pol y otros investigadores se pusieron a buscar respuestas. “La investigación comenzó a finales de 2015″, contó el doctor Fabbri desde los Estados Unidos en diálogo con Infobae. “Era una época en la que el debate sobre la ecología de los Spinosaurios empezaba a ser intenso: aunque un estudio publicado en Science dirigido por Nizar Ibrahim en 2014 mostraba varias transformaciones de las patas y la región pélvica de este animal que sugerían una ecología semiacuática, otros estudios sugerían un comportamiento vadeador para este animal. Esto significaba que la morfología por sí sola no era suficiente para entender la ecología de este dinosaurio y decidimos explorar otros indicadores, como la densidad ósea, para inferir la biología de Spinosaurio”.

De hecho, aclaró Fabbri, “Nos dimos cuenta de que incluso los animales anfibios, como los hipopótamos y los tapires modernos, muestran muy pocos cambios en su esqueleto, a pesar de pasar gran parte de su tiempo en el agua. Por lo tanto, nos preguntamos: ¿y si estamos subestimando la variabilidad ecológica entre los dinosaurios porque estamos tan centrados en la anatomía?”.

Esa inquietud los condujo a desarrollar la mayor base de datos de densidad ósea jamás construido. Cuenta con 380 observaciones y 297 especies de mamíferos y reptiles. “En los vertebrados terrestres, hubo más de 30 eventos de evolución hacia el medio acuático. Es decir que a partir de ancestros terrestres se evoluciona hacia animales acuáticos. Un ejemplo famoso son las ballenas y delfines que evolucionaron a partir de formas terrestres”, señaló el doctor Pol.

“Muchas veces esos hábitos de vida son muy difíciles de inferir en especies que desaparecieron hace millones de años y que son muy diferentes a las actuales. Existía una idea de que los huesos de los animales que se mueven debajo del agua son más densos que los de los animales terrestres, pero esto no había sido adecuadamente estudiado. Para hacer este trabajo compilamos una base de datos de más de 200 especies de animales terrestres y acuáticos para desarrollar un método estadístico que permite predecir si un animal es acuático o terrestre. Encontramos que se puede predecir con más del 90% de certeza. Así, podemos analizar los hábitos de vida de cualquier especie de vertebrado extinto con una certeza que no existía hasta el momento”, recalcó Pol.

Con respecto a los grandes dinosaurios, tuvieron gran diversidad de tamaños y formas y más de 150 millones de años de evolución. “Al aplicar el nuevo método estadístico, encontramos que el único grupo de dinosaurios que tiene una densidad ósea como la de los animales acuáticos eran los Spinosaurios. Esto significa que los Spinosaurios serían la excepción a la regla, porque todos los otros dinosaurios son netamente terrestres”, comentó Pol.

Si se movían en ambientes acuáticos, ¿los Spinosaurios estuvieron en ríos o en mares?, preguntó Infobae. “Los ancestros de los Spinosaurios son animales bípedos terrestres como todos los dinosaurios terópodos. Carnívoros famosos como el Allosaurus serían similares en apariencia a los ancestros de los Spinosaurios. Esta familia comenzó a adaptarse a hábitats acuáticos pero hasta donde sabemos de agua dulce, más que de ambientes de agua salada”, contestó Pol.

Hasta ahora los restos fósiles de Spinosaurios se han encontrado en África, pero no significa que no existan en otras regiones del mundo como América del Sur. “Aún no podemos asegurar que los Spinosaurios hayan estado en Argentina pero hay restos de la familia en Brasil. Pensamos que han estado en diversos lugares de Sudamérica pero por ahora los restos son incompletos y uno de los grandes objetivos en los próximos años es poder encontrar mejores restos de esta enigmática familia”, aseguró Pol.

Consultado por Infobae, Rodolfo Coria, investigador de dinosarios y del Museo Carmen Funes de Plaza Huincul, en Neuquén, comentó sobre el hallazgo publicado en Nature: “El trabajo está muy bueno ya que pretende interpretar el rol ecológico de un grupo muy enigmático de dinosaurios no avianos como lo son los spinosáuridos. Los posibles hábitos acuáticos, o en el mejor de los casos, anfibios de este grupo, han sido sospechados desde hace mucho tiempo, prácticamente desde el descubrimiento del primer Spinosaurus. No obstante, nunca se había elaborado un análisis tan meticuloso sobre la distribución de determinadas características, como el grosor de las paredes óseas de costillas y fémur, entre diversos tipos de vertebrados y su posible vinculación con hábitos acuáticos”.

También -remarcó Coria, quien no participó en el estudio- “es interesante que los autores propongan una secuencia de transformaciones en el esqueleto vinculadas a los hábitos acuáticos. Aparentemente, y en base a la hipótesis filogenética que proponen los autores, el cráneo se habría transformado primero y que luego le habrían seguido transformaciones en la columna vertebral. En resumen, el trabajo publicado da sustento empírico a una sospecha antigua sobre la ecología de los spinosáuridos”.

Tras el hallazgo, hay ahora mucho más´para investigar. “Una pregunta nueva es ¿qué pasó hace 100 millones de años para que este grupo de dinosaurios invadiera el medio acuático mientras que el resto de las familias de dinosaurios permanecieron terrestres durante más de 150 millones de años?”, señaló Pol.

“Otras preguntas surgen sobre sobre especies semiacuáticas: ¿cuán finamente podremos predecir sus hábitos con estos métodos? También merece ser estudiado si la adaptación al medio acuático en ríos o lagunas se da de manera diferente a las adaptaciones al mar. Sabemos que muchas cosas de la fisiología y de la regulación de la sal en el organismo deben cambiar, pero aún no sabemos de manera completa que diferentes modificaciones ocurren en el esqueleto si la adaptación es al medio de agua dulce o marina”, añadió.

Fabbri está feliz con el hallazgo: “Ahora sabemos que todo un grupo de dinosaurios, el de los espinosaúridos, era capaz de nadar bajo el agua. Se trata de un paso evidente para comprender mejor cómo evolucionaron los dinosaurios y se especializaron en diferentes nichos ecológicos. Esto también significa que probablemente estamos subestimando la diversidad de ecologías que caracterizan la evolución de los dinosaurios no avianos”, afirmó. El investigador volvió a su propio pasado y reconoció: “Ví Parque Jurásico y me enamoré de los dinosaurios. Formo parte de toda una generación que se inspiró en esa película y decidió seguir un camino en esta disciplina científica”.


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