Los Happy Hunter, en la memoria de los oaxaqueños
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Los Happy Hunter, en la memoria de los oaxaqueños

En memoria de Miguel Álvarez Figueroa quien impulsó un esfuerzo musical genuino en Oaxaca, recordamos esta experiencia de artistas oaxaqueños


Los Happy Hunter, en la memoria de los oaxaqueños | El Imparcial de Oaxaca
En 1968 tocaban Miguel Álvarez, Jacobo Aragón, Armando Álvarez “El Mirinda”, Víctor Martínez, y Jorge lozano “El Borox”

Los hermanos Álvarez Figueroa y los Aragón Torres iniciaron la propuesta musical en esos años de la irrupción de la beatlemania y la música pop cuando la espontaneidad creativa cambió la sensación musical del mundo.

La feliz asociación musical de cinco amigos que se complementaban con la actualización de su repertorio hizo posible la creación de Los Happy Hunters, ellos incitaban al baile y su proyecto musical buscó en el blues su identidad. En aquellos tiempos ellos cursaban la secundaria e iniciaron a cantar lo que se escuchaba entre 1965 y 1969.

Los Happy Hunters fueron una experiencia creativa. De sus personajes originales hay recuerdos animosos en la sociedad que les conoció en sus inicios y en la fugaz presencia de su talento. Tres de ellos ahora ya no están con nosotros.

 

Armando Álvarez Figueroa (1951-2003)

Con la voz, era el más notable y propositivo de este grupo, su anaranjada melena le propinó el sobrenombre de “El Mirinda”. Posteriormente, en 1969 se va a la universidad Iberoamericana, y en agosto del 2003 al irse, en vida dejó una obra poética inédita y pendiente.

 

Jorge Lozano Corres, “El Borox” (1949 -2016)

Fue el quinto elemento de los Happy Hunter. Conjuntó un sonido profesional para tocar el blues, su aporte guitarrístico al concepto musical fue sobresaliente. En 1970 llegó al Conservatorio Nacional de Música. Murió en parís en 2016 y durante 20 años fue director de la Orquesta Sinfónica de la UNESCO, un año antes dio tres conciertos en la ciudad de Oaxaca.

 

Miguel Ángel Álvarez Figueroa (1952-2021)

Con el órgano se encargaba de las texturas y el color, cantaba y en 1969 se avocó a componer canciones. Un tiempo después buscó caminos de la difusión televisiva en el DF, Guadalajara, Denver EUA, hasta su lamentable deceso el 14 de junio del 2021. Dejó una producción discográfica inédita original, que terminó en 2018.

 

Jacobo Aragón Torres

Dotó al grupo de ritmo, su batería marcaba el tiempo y amarraba la sonoridad de la agrupación musical. Estudió en el Conservatorio Nacional de Música. Actualmente es maestro en Estados Unidos, además sigue tocando con el guitarrista del otrora grupo EPÍLOGO con el que abrió el festival de Avandaro.

 

Víctor Martínez

Tocaba el bajo, seguía la línea de los Beatles o del grupo Cream que regresó el Blues a la palestra musical. Estudió ingeniería en la UNAM y durante 25 años participó en la música popular contemporánea e independiente del país. Hoy es un compositor de canciones, reconocido y de amplia trayectoria artística.

 

Fausto Calvo Underwood y Miguel Álvarez en una prueba de sonido en 1965 / Se reunían para ensayar Miguel Álvarez Figueroa y Jorge Lozano Corres

 

El último concierto de Los Happy Hunters

Fue el 26 julio del 2010 cuando lograron estar juntos nuevamente en Oaxaca y fue cuando realizaron el último concierto de Los Happy Hunters. Miguel Álvarez Figueroa vivía en Estados Unidos, al igual que Jacobo Aragón Torres, mientras que Jorge Lozano Corres vivía en parís Francia, por su parte Víctor Martínez residía en Oaxaca de Juárez.

La cita era a las 6:00 de la tarde. Lo recordaba el anuncio del periódico El Imparcial que fue excelente en el apoyo.

Se hace la tercera llamada y la voz del presentador se escucha y nombra a cada Happy Hunter: Jacobo Aragón Torres, Víctor Martínez y Miguel Álvarez Figueroa. Además de dos invitados muy especiales: Ornel Jiménez y Héctor Díaz, refuerzos de lujo. Jorge Lozano no pudo incorporarse y “El Mirinda” (+) ya no estaba.

Se devela el escenario, aún no tocan y ya todos estamos prendidos. En eso la locura explotó con “Ligh my fire”. Allá al otro lado del teatro un señor bailando como cuando chavo. Las escaleras están ocupadas por gente que ya no encontró butaca, pues el teatro estaba lleno y feliz. Así sonó el blues, “Strange brew” matiz y cadencia sensual del rock. “Mr. Tambourine man” para no olvidar al poeta Bob Dylan y a Lennon y MaCartney con “Hey Jude”. Para el rock, Héctor Díaz está prendidísimo, el bajista, Ornel Jiménez es magnífico.

En el escenario invitaron a Cuauhtémoc Aragón a cantar “El surf del pájaro”. Víctor sigue tocando y Miguel Álvarez más suelto hace un solo con sentimiento, sobre todo en “La tierra de las mil danzas”, en versión muy especial de los “felices cazadores”, donde cantaron abrazados “Somos las Happy Hunters” un funk que usaban a manera de identidad rítmica.

La gente afirmaba, por dos eran libres como en los 60s. Los que vivieron esa época y los que sí lo hicieron, eran conducidos por los Happy Hunters a la alegría y la nostalgia. Mediante el vehículo de la música se remontaba por pasajes vitales, recuerdos amorosos y antiguas filosofías personales. Más de uno movía el pie al pulso de la batería y coreaba las canciones. La gente se mostraba animada y expectante.

Al finalizar ya en el camerino llegan las felicitaciones. Todos los convidados vinieron con sus expectativas y fueron superadas.

El teatro está atiborrado y afuera, gente boleto en mano se ha molestado, pero no se ha ido, las ovaciones son continuas. A la salida todos hablan del buen sonido y de la buena onda de los Happy Hunters. Bailan familias en la entrada del teatro Juárez pasitos roqueros.

La gente les coreaba y aplaudía, el culto personal estaba satisfecho. Al ir con la banda a los camerinos estaban rebosantes. La remolina contagió a todo el escenario. Así es cuando la pasión invade haciendo lo que amamos hacer. Víctor Martínez, Jacobo Aragón, Miguel Álvarez y Armando Álvarez (+) eran otra vez los Happy Hunters.


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