Artista oaxaqueño expone en el Bosque de Chapultepec

Se trata de “El Lago de las Típulas” que está integrada por ocho esculturas de bronce en gran formato, las cuales fueron inauguradas esta Semana Santa como parte del Festival Insecta.
Integradas al Jardín Botánico del Bosque de Chapultepec, zancudos y chapulines permanecerán en el lugar para que los ciudadanos puedan admirarlas cada que así lo deseen.
Al hablar sobre la inspiración de estos insectos monumentales, el maestro Amador Montes precisa que estas “Vienen de un cuento que hice cuando era chavo en Oaxaca, con unos zancudos que llegaban después de un día de lluvia: zancudos grandes, de patas muy largas; después supe que se llamaban típulas, pero en mi imaginación eran zancudos que llegaban a ayudar a una comunidad que había pasado por una tormenta que yo mismo había creado”.
Periódicos que se editan en la Ciudad de México dieron buen recibimiento a esta exposición y ahora se han interesado por la obra de este artista oaxaqueño, cuya fama comienza a acrecentarse.
Pero, ¿quién es Amador Montes?
Amador Montes nace en la ciudad de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, el 16 de junio de 1975. Sus estudios de licenciatura en Diseño Gráfico hicieron que el artista cambiara su residencia a la ciudad de Puebla y, posteriormente, con motivo de una exposición, tuvo la oportunidad de vivir en la ciudad de Seúl, capital de Corea del Sur. Sin embargo, sus raíces lo trajeron de vuelta a la Verde Antequera para consolidar su obra y, como el mismo lo confiesa, “disfrutar caminar entre sus calles”.
Además que ha expuesto en diversos países del mundo, su obra sobre Benito Juárez que es en gran formato (técnica mixta, óleo con encáustica), forma parte del acervo de la Organización de las Naciones Unidas, en su sede en Nueva York.
Ha sido incluido entre los 100 mexicanos más creativos en el mundo por la revista Forbes México en 2018.
“Me considero un oaxaqueño muy oaxaqueño. Vengo de una familia religiosa, muy de pueblo; todo eso se me quedó impregnado y lo saco conforme voy creciendo. Toda la relación que tengo con Oaxaca es clave: la he homenajeado en su comida, en sus leyendas, en sus cuentos, en sus colores”, ha señalado Amador Montes.