Salir al mundo

El arte ha representado una puerta a múltiples posibilidades y una enorme oportunidad de transformación. Esto lo ha tenido muy claro Ana Pazos, una joven escritora de la Ciudad de México, que en 2010 publicó su primer libro de cuentos Parvada Blanca en la Ciudad, y desde entonces ha alternado con su papel como directora de la revista Bicaalú, que busca inspirar a sus lectores a hacer del arte y el conocimiento un impacto positivo para todas y todos. Recientemente, después de un largo caminar ha publicado bajo el sello de editorial Planeta, su primera novela titulada Salir al Mundo.

Esta ha sido la excusa perfecta para poder conversar con la joven autora, que entusiasta y con una mirada expectante y receptiva nos ha contado de lo emocionada que se encuentra porque su libro esté saliendo al mundo.

La novela nos narra la historia de Elisa, una adolescente que vive con Virginia, su madre, quien se aleja totalmente del modelo de mamá, pues tiene muchos problemas sin resolver, pasa su tiempo bebiendo, fumando y conociendo adanes por la vida; mientras que su hija intercambiando roles, se convierte en la que está al pendiente de ella, la que la regaña, la cuida y tiene que lidiar también con su rol de hija.

En este mundo caótico y esta peculiar relación parental, se desenvuelve la historia, la cual comienza a transformarse cuando un nuevo vecino llega al edificio, su nombre Vito, aunque es unos años mayor, ha pasado por situaciones similares a las de Elisa, por lo que rápidamente se ven identificados y comienzan un linda amistad en la que ambos aprenden mutuamente, que para ella tendrá un significado mucho más profundo.

Para Ana Pazos “Los roles nos limitan, nos predefinen y nos moldean”; sin embargo, reconoce que es algo natural en el comportamiento humano, pues todos tenemos que asumirlos, por eso era idóneo que en la novela estos personajes se conocieran y nos dice “se me ocurrió que Vito podía ser el amor platónico de Elisa y que ambos tuvieran este dilema de jugar roles que no les corresponden en sus casas, de sentir que su infancia se rompió de manera abrupta”.

No crea el lector que esta es otra historia de amor, no. Convencida de que el arte es una manera de sanación, Elisa toma sus problemas y preocupaciones de la álgida situación que vive al lado de su madre y con ayuda de grandes maestras que aparecen en la historia, los transforma en piezas de arte.

Entonces Salir al mundo es una novela que nos enseña que “las flores también crecen en el asfalto”, que siempre podemos vernos identificados, nos habla de las preocupaciones, de las responsabilidades, los roles sociales, la primera ilusión y sobre todo nos reitera el maravilloso y transformador poder que tiene el arte.

@Urieldejesús02