Ventana Fotográfica: 1X300
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Arte y Cultura

Ventana Fotográfica: 1X300

Segunda entrega de la serie Ventana Fotográfica: 1×300 que consiste en un recorrido texto-visual a través de la fotografía artística actual, realizada hoy en día en Oaxaca por fotógrafos locales o radicados en la ciudad.


Ventana Fotográfica: 1X300 | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Extention Time / Fotógrafo: Hugo Canseco©

Alessandra Galimberti propone un acercamiento a cada fotografía a partir de un texto libre que cuenta exactamente con 300 palabras a modo de guiño lúdico al zoom de 300 milímetros que los profesionales del lente utilizan eventualmente para captar sus imágenes.

 

El dragón ha despertado en la cima de la montaña. Reposa tranquilamente sobre la geología del tiempo y con su lengua lame las rocas antiguas que conforman su extenso cuerpo: quita asperezas, pule las puntas afiladas y bruñe rugosidades para cobijar las briznas de hierba y de algún que otro arbusto, de este lado, protegidas del barranco.

Somnoliento todavía, se incorpora, estira hacia arriba el cuello y hoza el cielo con su hocico. Se detiene a escudriñar de par en par sus dominios, desde el norte, donde aparece en la noche la estrella primigenia, hasta el oeste donde nacen los vientos que llegan ahora a tropel acarreando huestes de nubes. Vienen de lejos, atiborradas de furia y de lluvia. Traen ganas de abandonarse y desplomar todo su peso hacia abajo, al amparo del señor del peñón. Pero habrán de serenarse y esperar la debida señal antes de verter el agua sobre las tierras del sur, ávidas de perlas y granos. Hace tiempo que los campos mutaron en mapas de surcos, estrías y terrones, envueltos en espesas capas de polvo. Tienen sed, mucha sed.

Mas el viejo dragón de alas replegadas aguarda a lo alto en sus aposentos. Espera el refuerzo de otros tantos nubarrones para dar inicio a la arenga y transformarlos en ríos, en lagos, en manglares y convertirlos al credo de la abundancia.

Mientras hace el acopio de las fuerzas necesarias para irrigar vidas y cosechas del mundo nuestro, el sabio y cansado dragón hace repaso de los estragos de la sequía: el ganado no sabe de pasto, la semilla endurecida asemeja un guijarro y los ojos, sin lágrimas, olvidaron el llanto.

Por fin… ahí viene otra bandada aguerrida de nimbos. La tropa está casi completa. Ve, rápido, agarra el impermeable que hoy, verás, va a llover a raudales.