Benjamín Fernández, creador de Black Coffee Gallery: El coleccionista y promotor de arte más importante de México
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Benjamín Fernández, creador de Black Coffee Gallery: El coleccionista y promotor de arte más importante de México

Benjamín está considerado uno de los mejores coleccionistas de México. Tiene en su acervo obras de más de 500 artistas, destacando obras de Rufino Tamayo, Maximino Javier, Rafael Coronel y Francisco Toledo


Benjamín Fernández, creador de Black Coffee Gallery: El coleccionista y promotor de arte más importante de México | El Imparcial de Oaxaca

Gabriel Ibarra Bourjac / Conciencia Pública

“¡Ya te fregaste, de aquí para adelante no vas a parar!”

Esas palabras salieron de los labios de su tía cuando Benjamín Fernández Galindo hizo la primera compra de una obra de arte en Oaxaca. Fue un cuadro del pintor Rolando Rojas.

“Tuvo razón, la verdad fue y es un vicio”, expresa Benjamín al evocar cómo inició su colección allá por 1998 y que hoy está considerada de las más voluminosas, valiosas y variadas del país. 

“La verdad nunca me imaginé, nunca pensé hasta dónde llegaría en el mundo del arte, es una pasión, no me he hecho rico con los libros, pero cómo gozo, cómo lo disfruto, porque me ha permitido conocer el mundo de los artistas que es fascinante”.

“Es lo mejor que me pudo pasar en la vida”, asienta.

“En Oaxaca me llevé con muchos artistas cuando comencé a coleccionar. Un día le dije a mi tía que quería conocer a los artistas, ver qué pintan, cómo le hacen, cómo viven, dónde están sus talleres. Y empecé con el tour cultural”. 

Esa pasión lo ha llevado precisamente a meterse de lleno al arte con la creación de la Fundación Black Coffee Gallery desde hace 13 años y la construcción del Museo Internacional de Arte que levanta en Zapopan, Jalisco desde 2017, cuya obra física está a un 95% de su conclusión.

 

“Se me hizo un vicio”

“Se me ha hecho un vicio muy bonito, la verdad es divertido y toda la riqueza que tiene México en estos artistas y lamentablemente muy poca gente los apoya, sólo la gente que le gusta la obra de arte”, comenta en entrevista con el Semanario Conciencia Pública al invitarnos a dar un tour por el museo que construye y cuya obra física prácticamente está concluida. Falta lo más importante, el equipamiento y su vestimenta.

Hoy Benjamín está considerado uno de los mejores coleccionistas de México. Tiene en su acervo obras de más de 500 artistas, destacando obras del maestro Rufino Tamayo y de Maximino Javier que son las más completas que tenga un coleccionista, así como de Rafael Coronel y Francisco Toledo.

La sencillez es el signo de la personalidad de Benjamín. De nacimiento oaxaqueño, el destino lo trajo a Guadalajara, ciudad de la que se enamoró y la causante es una tapatía, madre de sus tres hijas. Benjamín se distingue por ser en el país uno de los principales promotores del arte, junto con un grupo de personas afines.

Black Coffee Gallery, es el espacio donde se da impulso a los valores del arte de México.

Benjamín niega ser un mecenas, como se le reconoce en muchos lados. “Me preguntas si me considero mecenas; mecenas importantes son los Sforza y los Médici que encargaban grandes obras, mi equipo y tu servidor desde nuestra trinchera, sin buscar un lucro, tratamos de hacer algo junto con las muy pocas personas que les interesa el arte, y poco a poco unimos las piezas del rompecabezas que en un futuro será un legado para las generaciones venideras”.

 

Así fue el principio

Así lo recuerda Benjamín el nacimiento de una pasión que en poco más de dos décadas lo ha llevado a estar entre los principales coleccionistas de obras de arte del país, como lo considera el experto en la materia, Alejandro Rodríguez.

“Mi tía tenía una galería de arte en Oaxaca y cuando ellos empezaron le manejaban la obra a Rufino Tamayo, Rodolfo Morales, Francisco Toledo, los artistas que en esa época eran los más representativo de México”.

“Ella me invitaba a las exposiciones de arte que organizaban y poquito a poquito me empezó a gustar las pinturas”.

“Me acuerdo muy bien de una exposición que tuvo de Rolando Rojas, me gustó una pieza y le pregunté”:

Oye tía, cuánto cuesta este cuadro.

– Era un cuadro de 1.5 metros por 1 metro.

Veinticinco mil pesos -me respondió-.

Y le dije: a poco viene gente a comprar esto, es mucho dinero.

Sí hay mucha gente que le interesa y compra.

Creo que me vio muy interesado, porque me quedé viendo mucho tiempo esa pieza y me dijo:

Llévatela.

Cómo cree tía, no tengo para pagarla.

-Era cuando apenas empezaba a trabajar en un despacho.

Total, me convenció y me dijo: “págame cuando quieras”.

Tardé un año en pagarle.

 

Vivir el arte en Oaxaca

Al hablar de su pasión por el arte a Benjamín se le iluminan los ojos. “Oaxaca siempre ha sido un estado reconocido por sus expresiones artísticas y el arte conceptual. La mexicanidad del arte allí se expresa, las artesanías, quizá eso es lo que me generó ese gusto tan grande”.

“Esta pasión me ha permitido conocer a los artistas, ves cómo son, cómo viven, cómo piensan, ves otras cosas de ellos. Por ejemplo, he convivido mucho con el maestro Maximino Javier, que es de mi tierra, Oaxaca. Llego a mi tierra, le llamo y me dice, andas en Oaxaca, vente a echarnos unas chelas, unos mezcales”.

Maximino Javier es considerado el artista vivo más importante de México. “El maestro es muy sencillo. Tiene dos casas en Oaxaca, una de campo. La última vez que lo vi, antes de la pandemia, me invitó a esta última, no tenía sillas, en una piedra nos sentamos. Sacó una botella de mezcal, llevamos una botana oaxaqueña, quesillo, chapulines y todo lo demás. El maestro encantado de vernos a nosotros, platicamos todo lo que estamos haciendo, el museo”.

 

Le apasiona Maximino Javier

¿Cuál es tu artista preferido?

“Me apasiona Maximino Javier, es el artista vivo más importante de México. Está también Sergio Hernández, pero se me hace muy político. Maximino es muy sencillo y la verdad me encanta su obra y la colección de Tamayo.

Dice que le gusta mucho la obra de Amador Montes. “Empecé a coleccionarla y hoy es de los artistas más reconocidos. En el medio artístico le vende mucho a artistas de Televisa, me ha contado que ha ido a casa de Adela Micha, López Dóriga, ya está en Grandes Ligas”.

Benjamín tiene bastantes colecciones, pero la que más le apasiona es la de Rufino Tamayo.

 

Fiscalista, empresario, mecenas cultural…

“Tengo la dicha de tener buenos amigos en la cultura, muchos artistas, la verdad es que no soy restaurantero ni sé nada de café, pero me llamó mucho la atención que la gente conozca a los artistas mexicanos que son importantes. De no haber sido por el arte, no tendría sentido mi vida. Cada año hacemos las ediciones, son libros bien hechos, de buena calidad”.

 

¿Vale la pena invertir en arte?

“Sí, es una inversión sabiendo por dónde, tienes que conocer la trayectoria del artista, lo que está haciendo, dónde se mueve, si tiene una galería que lo represente, su currículum. Son libros de buena calidad, el artista sale beneficiado. Tengo muchos amigos artistas, de Oaxaca, México, Nayarit, artistas importantes. Lo que quiero hacer es que la gente conozca de arte”.

 

El arte te abre todas las puertas…

“Sí, todas. Mucha gente está metida en eso, a través de los cafés tratamos que la gente entienda, porque muchas veces la gente se cohíbe o le da pena ir a un museo por su desconocimiento y les dirán que son ignorantes, pero nunca es tarde para aprender de arte”.

 

Eres el coleccionista número uno del país…

“Hay otros nombres, pero sí todo lo que se ha logrado con los artistas tiene mérito. Además, me apasiona, está muy ligado a todo lo que se ha hecho. Es lo poquito que podemos hacer nosotros con todo esto, compramos en Oaxaca directo a los productores, luego apoyamos a los artistas como se puede y deriva en la fundación”.

 

El mecenas

“No me considero mecenas, con el tiempo a lo mejor hice muy bonitas amistades con los artistas, porque me apasiona su arte y a veces llegamos a un convenio de las obras que les compraba, por ejemplo, libros que hicimos en Black Coffe, llevamos 12 ediciones, cada año hacemos una, en el 2020 no pudimos sacarla, las condiciones económicas que se vivieron en el país no lo permitieron por la crisis de Covid-19.

“Así es como hemos dado a conocer a los artistas, cada vez que salen los libros, le mando uno a los museos importantes de México y de Estados Unidos”.

 

Los libros

Durante los 13 años de vida de Black Coffee, se han editado 12 libros sobre las obras de los artistas. “Cada año sacamos una; estoy viendo si vamos a seguir con esas impresiones de libros, son caras, su costo es superior al millón de pesos, sacamos una edición grande de 3 mil ejemplares. Así es como hemos dado a conocer a los artistas”.

 “Tengo varias cartas del maestro Francisco Toledo cuando le mandaba los libros y me decía: “Muchas gracias Benjamín, bonitos libros de arte”.

Para la elaboración de los libros participan varios escritores y los hacen de varias colecciones, no sólo de su acervo y en esta empresa Paty Montelongo ha hecho un gran trabajo, ya que ha elaborado 10 de los 12 libros.

Benjamín, aparte de las ediciones de Black Coffee ha apoyado 30 ediciones más, ya sea comprándole a artistas libros o patrocinándolo con la compra de un cuadro para que ellos puedan pagar la producción del libro.

Cita el apoyo que brindó para la elaboración del libro del maestro Ismael Vargas que sacó una edición muy bonita de cerca de 400 páginas.

“Los artistas venden los libros, pero en México a muy pocas personas les gusta comprar libros. Leemos poco y menos libros de arte”.

“No nos hacemos ricos con estas ediciones, pero moralmente sí porque estamos dando a conocer a los artistas”.

 

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El nacimiento de Black Coffee Gallery

 

El parteaguas en la vida de Benjamín Fernández fue la creación de la Fundación Black Coffee Gallery en 2008.

Al principio nuestro personaje coleccionaba obras de pintores oaxaqueños. Y solía convivir con ellos. Estar en largas tertulias, hablando de arte.

“En 2007 nace mi primera hija. Vivía frente a un Starbucks que estaba frente a mi departamento, a donde me iba a trabajar con mi laptop. Veía mucha afluencia de personas en el café”.

“Pensé, sí a mí me gusta el arte, por qué no crear un café galería y exponer obras de artistas”.

“Un día fui a Oaxaca e invité a mis amigos (…) Oigan, voy a hacer esto, que les parece, cada quien empezó a opinar”.

“Amador Montes planteó poner una escultura en cada café. Allí mismo se puso a hacer el diseño, una taza que se convirtió en el ícono de Black Coffee. Tenemos una en cada café, es una escultura de resina por 2.5 de alto”.

Cada uno de los artistas fueron dando sus ideas y Amador Montes me dijo: “Vamos a abrirlo, pero vamos haciendo un libro”.

“Oye, pero falta un mes -le dije-“.

“Ya lo sacas después -me respondió. Y así fue. Son 12 libros los que hemos editado

“Ahora tengo cerca de 40 tazas hechas por los artistas. En un futuro voy a hacer un libro dedicado a las tazas. Hay mucho por hacer en el campo del arte para poder plasmarlo en libros, lo malo es que el dinero es limitado y el gobierno muy pocas veces te apoya”.

El primer café que se abrió fue el de Cordilleras y Patria en Zapopan.

“Y así me nació la idea de sacar un libro cada año y dar a conocer a ciertos artistas, para ellos es muy difícil hacer esto, promoverse, hacer un libro, para que la gente pueda conocer su obra, zapatero a tus zapatos”.

En la primera edición apareció la obra de Amador Montes. Agarramos el hilo y este 2021 se cumplieron 13 años con Black Coffee y quiero sacar una edición conmemorativa”.