Artesanos de Monte Albán viven gradual recuperación
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Arte y Cultura

Artesanos de Monte Albán viven gradual recuperación

En las últimas semanas, derivado del proceso de vacunación contra Covid-19, observan un mayor auge de visitantes


Artesanos de Monte Albán viven gradual recuperación | El Imparcial de Oaxaca

Artesanos de la zona arqueológica de Monte Albán mantienen una labor escalonada y restringida, pues aún con el indicador de riesgo de contagio de Covid-19 no pueden acudir la totalidad o mayoría de ellos. 

Entre los aproximadamente 120 artesanos de los dos grupos que han laborado en los estacionamientos del sitio, solo alrededor de 20 trabajan por día, ofreciendo collares, pulseras, playeras, artículos de decoración, sombreros y otros “recuerdos” de su visita.

En el interior, son cinco o poco más los que ofrecen sus creaciones de cerámica y madera a los visitantes que pasan junto a ellos. El uso de cubrebocas, la sana distancia y el lavado de manos son parte de las medidas que han tenido que seguir artesanos como Filadelfo y Ángela.

La recuperación –coinciden– es lenta. Aunque en el caso de la artesana, esta se ha empezado a percibir a raíz de la vacunación contra Covid-19, pues ha propiciado la llegada de más visitantes y, por ende, de más oportunidades para que adquieran su trabajo. Con miras a la próxima temporada vacacional, confían en que ahora sí haya un repunte de ventas.

Entre los 22 puestos del estacionamiento para particulares, la señora Ángela Amalia Cruz Nava ofrece sus creaciones y trata de llamar la atención de los visitantes. Vecina de la colonia Monte Albán, cuenta que en el grupo del que es parte generalmente les toca trabajar cada ocho días; en algunos casos, si algún compañero no acude, toman ese espacio para aprovechar la afluencia.

Originario de San Antonio Arrazola, de Xoxocotlán, hace 30 años que Filadelfo sube a la zona arqueológica para vender sus creaciones hechas en madera y cerámica. Además de trabajar la artesanía, se dedica al campo, al cultivo de maíz y frijol. Antes de la pandemia, recuerda que las ventas “eran buenas”. Pero la emergencia sanitaria acabó con esa racha.

“Esta pandemia directamente nos vinos a perjudicar a los que vivimos del turismo”, cuenta Filadelfo, quien por ocho meses no pudo vender sus artesanías, debido al cierre de la zona. Fue hasta noviembre cuando regresó a trabajar, pero con restricciones y medidas sanitarias. 

Como él, al menos otros cuatro artesanos están al interior de la zona ofreciendo al público las figuras de madera o de cerámica y otros materiales, en las que se evocan elementos ancestrales como máscaras o animales. “No podemos estar todos, un día sí y otro no”, señala.

Aunque el gobierno estatal ya anunció que las fiestas de Guelaguetza vivirán nuevamente una edición virtual, entre los artesanos de Monte Albán aún está la esperanza porque las vacaciones de julio sean de mayores oportunidades. “Nosotros vivimos del turismo, pero si no hay, no hay (ingresos) para la casa”.