“La maternidad, un asunto de libertad”: Esmeralda Aragón
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Arte y Cultura

“La maternidad, un asunto de libertad”: Esmeralda Aragón

La actriz y dramaturga reflexiona sobre su quehacer en el teatro, en el ser madre de Tao, un menor de casi tres años, y sobre la maternidad


“La maternidad, un asunto de libertad”: Esmeralda Aragón | El Imparcial de Oaxaca

Antes del terremoto de septiembre de 2017, Tavo y Esme habían recorrido varias comunidades de Oaxaca llevando su propuesta teatral desde la compañía fundada e integrada por ambos: Pelo de gato, un ojo al gato y otro al garabato. Pero la pausa obligada a raíz del sismo los hizo permanecer en casa, en donde crearon títeres, pero también resultaron embarazados. Para Esmeralda Aragón, madre del menor de casi tres años, aquel fue el momento preciso. Y ahora, cual lema de su compañía, la atención debe estar tanto en el nuevo ser como en su trabajo artístico.

“Salimos embarazados y no por eso dejamos de trabajar, nos esforzamos más porque ahora no solo íbamos a ser dos en el grupo sino tres”, cuenta Aragón, actriz y dramaturga originaria de El Coyul, Huamelula (1988) sobre la espera de un nuevo ser. Ella, que trabajó en la gira de su nueva pieza teatral hasta los ocho meses de gestación, recuerda cómo la maternidad ha cambiado su percepción de la vida y del teatro mismo. 

Autora de la obra “El Coyul”, que a manera de monólogo recrea la cotidianidad, personas, alegrías y tristezas de su comunidad de origen, Aragón recuerda que la maternidad significó el nacimiento de su hijo: Tao. Pero también de la misma obra con que volvió a recorrer varias poblaciones del estado para hablar del sismo, del mercado, del beisbol, del feminicidio.

Pero al reflexionar sobre la maternidad, apunta que esta debería ser una cuestión de libertad, de decisión.

Esmeralda Aragón es una actriz y dramaturga oaxaqueña que se adentró en el teatro en el año 2006, cuando estudiaba la licenciatura en comunicación en la Universidad del Mar. “Ahí tuve mi primer encuentro con el teatro, me gustó lo que pasó en mí, lo que sentí, lo que era enfrentarse a los miedos del escenario, de la presencia”, recuerda. 

Después emigró a la ciudad de Oaxaca, en donde buscó compaginar su formación académica con el interés teatral, mediante seminarios y talles. “Poco a poco me fui metiendo, me interesó tanto que empecé a descuidar la carrera, porque prefería ir a ver teatro, tener talleres”, recuerda Aragón, para quien varios años después el teatro es una posibilidad de “vestir distintas pieles”.

Al considerarlo un “arte bastante humano”, la autora de la obra “El Coyul” señala que el teatro le permite “vivir, conocer, sentir y empatizar con muchas realidades”, pero también escapar de la propia, al imaginar y crear otros mundos. 

Esmeralda ha personificado así a diversos personajes: una prostituta, una pepenadora, una mujer indígena. “Al final de cuentas todo es un reflejo de lo que somos como sociedad, pienso que mi vida es como si viviera en un gran edificio y el teatro ha sido muchas ventanas en las que me puedo asomar, sumergirme en esas realidades y regresar a la mía cuando quiero, que es casi siempre”, comenta.

En esa, su realidad, Aragón es madre de Tao, un bebé de casi tres años. La maternidad no era algo que hasta hace años estuviera en sus planes; sin embargo, se ha convertido en una decisión que la llevó a romper con algunas ideas. “Eso es lo divertido de la vida, poder decir ahora sí y mañana, no”, confiesa sobre los años en los que, entre giras y pausa dio vida a su bebé y a la obra “El Coyul”.

“Tao es quien se suma a nuestra vida y le tocó vivir esta vida de locura, de realidades distintas todo el tiempo, y parece que le gusta porque además suma al proyecto porque se adapta a los lugares a los que vamos, además ya es un contador de historias”, comparte sobre la manera en que ha vivido el ser madre y la manera en que aquel ser de dos años y nueve meses crea sus propias historias a partir de las que ha visto con sus padres.

Dejar de ser artistas, el sueño que tanto ella como su esposo han tenido y que les ha unido, no era una opción. “Así que decidimos que podíamos con más sueños, así que incluimos a Tao en este viaje”, confiesa Esmeralda, madre y artista oaxaqueña que piensa en la maternidad como algo que debe ser deseado o no será.