Magda Tagtachian: “Una lucha por la memoria a través de la palabra”
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Arte y Cultura

Magda Tagtachian: “Una lucha por la memoria a través de la palabra”

Refiriéndose a las personas que han padecido la esclavitud, la premio nobel Toni Morrison dijo alguna vez que la generación que sufre calla, la siguiente generación lo oculta y la…


Magda Tagtachian: “Una lucha por la memoria a través de la palabra” | El Imparcial de Oaxaca

Refiriéndose a las personas que han padecido la esclavitud, la premio nobel Toni Morrison dijo alguna vez que la generación que sufre calla, la siguiente generación lo oculta y la tercera generación es la que descubre su pasado, le sorprende y lo recuerda. 

Así sucedió en el caso de la periodista Magda Tagtachian (Buenos Aires, 1967) que es la tercera generación de una familia de origen armenio radicado en la Argentina. Con una sólida carrera periodística de más de tres décadas en su país de nacimiento, realizó una cantidad enorme de preguntas y cada día en sus notas las respondía; no obstante, faltaban las más importantes, las que todo ser humano se hace en algún momento de su vida: las de su origen. 

En 2015, cuando se cumplieron 100 años del genocidio que los turcos perpetuaron contra el pueblo armenio entre 1915 y 1923, y que dejó más de un millón y medio de víctimas –siendo el primer genocidio del siglo XX– ella descubrió la historia de sus abuelos, la misma que escuchó a retazos en su infancia y que, sin embargo, fue silenciada. “Fue tanta la barbarie que vivieron, que mis abuelos no hablaban de eso”. Tras una investigación profunda publica su primer libro Nomeolvides Armenuhi, la historia de mi abuela armenia (2016); ahora se encuentra promocionando su segunda obra Alma Armenia (2019). 

Platicamos por video llamada con la autora. Su habla es rápido y decidido, a través de la frialdad que nos pudiera ofrecer una pantalla, se nota en su expresión la emoción que la embarga al hablar de Armenia y su genuino interés por la memoria: 

¿Por qué escribir sobre Armenia? 

—Escribir de Armenia es mi lucha, una lucha a través de mi obra que es por la memoria, por todos los que se callaron, por todos los que sufrieron, la mía es una lucha sin revancha, es pacífica; es para saber que allí donde se cocine o se escuche una danza armenia, es muestra para cualquier desplazado que todas las culturas valen y tienen que ser respetadas por igual.

Cuénteme de su nueva novela Alma Armenia…

—Después de escribir la historia de mi abuela y de ese primer viaje a Armenia que hice en 2016 me quedé con las ganas de escribir otra novela. Siempre había querido escribir una historia romántica, soy fanática de Lo que el viento se llevó, que era lo que a mis abuelas les gustaba, pero no se me había ocurrido y hubo una noche de inspiración y dije que quería escribir una historia de amor, pero situada en el conflicto que vive hoy Armenia, que es muy rica porque el pueblo armenio tiene 6,000 años de antigüedad en la Tierra. Toda esa historia, todo ese pasado y todo ese presente están en Alma Armenia.

¿Esta búsqueda de justicia que busca con el libro no es también una búsqueda de identidad? 

—Absolutamente, una vez un compañero del diario El clarín, donde yo trabajé durante 20 años, me dijo ‘Magda la identidad sale, en algún momento de la vida sale’, porque yo la había vivido con mis abuelos, con mis padres, las danzas, los libros y la historia de Armenia, y todo eso fue a parar en estas casi 600 páginas de la novela que narra la vida de una mujer que vive en Boston con origen armenio, se enamora de un fotógrafo en el diario donde trabaja, que además está casado, es hijo del dueño del diario y hace negocios con Turquía y Azerbaiyán –ósea que se enamora de quien no se debe de enamorar– y cuando se pelea con este señor se va a Armenia en busca de sus orígenes. 

¿Cómo mantiene el hilo narrativo para mezclar tantos temas en una novela romántica sin aburrir al lector?

—Oficio –dice elevando el tono de voz– yo tengo oficio. Tengo 30 años de escribir, yo viví 30 años de mi vida sentada en una redacción, todos los días escribiendo notas, el periodismo es lo que me dio y lo que me da la agilidad para investigar y mantener el hilo y la tención narrativa para integrar diferentes temas. Cuando escribo una novela no me siento sin un esquema, hago como si fuera un diario donde escribo de qué va a tratar cada capítulo. El hilo narrativo me parece fácil porque sé escribir una nota; yo tengo muy claro que al lector hay que tomarlo de la solapa y no soltarlo hasta el final, entonces esto es clave para una nota periodística de 14, de 30 líneas o de 300 páginas como una novela. 

¿Hubo algo en particular que la llevara a declinarse por el periodismo o naturalmente desde pequeña se fue dando?

—No, de chiquita quería ser meteoróloga; de hecho, empecé y casi terminé la carrera de Meteorología. Un día vino mi mamá y me dijo ‘Magda abrieron recién un curso de periodismo en la Universidad Católica Argentina ¿no quereís ir?’. Sí, le dije, e iba en la mañana a periodismo y en la tarde estudiando ciencias exactas y meteorología. En ese entonces tenía 23 años y se ampliaron los horizontes de mi vida, entonces creo que hay cierta conexión entre esa búsqueda que haces en la vida y que fue adquiriendo diferentes formas. De chica no pregunté, de joven empecé a estudiar meteorología porque quería entender la física y la atmósfera; más grande me surgió la curiosidad por el periodismo y fui siguiendo mi intuición, al grado que ya no rendí los finales de meteorología porque me ofrecieron ir a trabajar a una revista que era de las más vendidas en Argentina. El día que entré a una redacción ya no me fui, y mi mamá me quería matar porque quería que volviera a la universidad a recibirme (risas). Después de 30 años de irme nutriendo de la vida y creciendo en la profesión hasta que nació mi escritora porque para escribir hay que escuchar nuestra voz. 

Sin duda es esta faceta de escritora la que está respondiendo todas esas preguntas que se hizo…

—Sin duda, la literatura para mí –como autora– es un camino de sanación, de encuentro con mis ancestros y de lucha. Yo creo que uno en realidad se va encontrando con el propio deseo, yo no creo en el azar, creo que uno va buscando, despertando y a medida que uno va reconociendo las señales en el camino, va decidiendo qué senda tomar, porque uno elige en qué lugar situarse para dar una batalla, cualquiera sea. 

¿Está satisfecha con el camino y la lucha que ha seguido?

—Sí, es lo que da sentido a mi vida –responde segura y rotundamente. 

@UrieldeJesús02