Darío Castillejos: un creativo terco y crítico del poder
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Arte y Cultura

Darío Castillejos: un creativo terco y crítico del poder

Caricaturista, ilustrador y artista gráfico, Castillejos está entre los 100 mexicanos más creativos de la revista Forbes


Darío Castillejos: un creativo terco y crítico del poder | El Imparcial de Oaxaca

Iba a convertirse en abogado, pero la caricatura llegó a su vida. Y aunque esta lo ha vinculado al periodismo, Darío Castillejos Lázcares (Oaxaca, 1974) se piensa más como un artista que un periodista. Sin embargo, los constantes premios cosechados en 28 años de trayectoria lo muestran como un referente en la crítica al poder. Caricaturista, ilustrador y artista gráfico, Castillejos está entre los 100 mexicanos más creativos de la revista Forbes

Pero este no es el único reconocimiento cosechado en un año marcado por la pandemia de Covid-19. Antes, el colaborador de medios como EL IMPARCIAL y la revista Foreign Affairs Latinoamérica, ha sido Premio Nacional de Periodismo (2012, 2014 y 2015). Y en el actual año, galardonado en el World Press Cartoon y el Festival Internacional Ricardo Rendón.

En un país donde ejercer el periodismo conlleva altos riesgos y censuras, ¿qué representan estos premios o reconocimientos?

Es siempre un placer que mi trabajo se reconozca, pues el trabajo es nuestra carta de presentación. Y que sea reconocido en México o fuera es una gran satisfacción porque es una señal de que estamos haciendo lo correcto, es un indicador que deja ver eso y a la vez exige un compromiso mayor porque estar en esa lista de 100 creativos se asume de inmediato una responsabilidad.

Para Darío, México es un semillero de artistas y eso es palpable en su estado natal, Oaxaca, desde donde ha estado vinculado a la fotografía, a la gráfica o la pintura. Pero también envuelve una responsabilidad para la que espera “estar a la altura” y “seguir trabajando en lo que me apasiona”.

Sin embargo, empezar en el camino que ha forjado no siempre fue una ruta fácil. Primero tuvo que ir contra lo esperado por su padre, quien confiaba en que se forjara un trabajo en la abogacía. Con el apoyo de su madre, Darío optó por seguir sus sueños.

En tu profesión se combinan el arte y el periodismo, ¿de qué manera pueden encontrase una en la otra?

Desde luego están conectadas por la creatividad. La caricatura siempre la abordé desde el aspecto artístico. Yo me siento más un artista en el periódico que un periodista artista. Siento que se me ofrece una ventana espléndida en los periódicos y medios de información para expresar lo que quiero. 

Darío, quien comenzó su andar como caricaturista en 1992, cuenta que esta expresión la conoció en su juventud, mediante las revistas con la obra de Helioflores, Ríus y Naranjo. Aunque reconoce que su formación como abogado fue esencial para despertar el sentido crítico que imprime a cada cartón en donde lo mismo habla de conciencia ambiental, de libertad de expresión, de los vicios del poder o de la injusticia.

“Fue por ahí donde me enamoré de la caricatura, pero en mí siempre ha existido la necesidad de crear y de imprimir a lo que hago un toque especial. No me conformo con hacer la caricatura del día y abordar un tema. Me gusta enriquecerla, pensar que esa caricatura puede estar en un museo, en una galería o sala de una casa y que no se va a perder en los archivos”.

Aunque la diversidad de temas ha estado en su obra, la política es una manifestación del poder que desde sus inicios ha criticado, ya sea por su actuar o por las expresiones en su contra. En la primera mitad de los años 90, Darío creó dibujos relacionados con el Ejército Popular Revolucionario o la insurrección zapatista, que plasmó en la gaceta “La expresión de Oaxaca”.

Temas como Ayotzinapa, el autoritarismo, la injusticia, la conciencia ambiental, la violencia en contra de las mujeres o el legado de figuras como Francisco Toledo y de sus propios maestros de la caricatura son parte del sinfín de obras creadas en casi tres décadas. Algunas de ellas plasmadas en su libro Impresiones de un mundo desdibujado.

¿Cómo has vivido la censura hacia el periodismo o la libertad de expresión en un país como México?

No nos ha tocado vivir la censura como le tocó a los maestros que nos anteceden, pero sigue habiendo temas riesgosos. Desafortunadamente, el nivel de impunidad que tenemos en México no es garantía para el ejercicio del periodismo, todos los riesgos que lo rodean, derivado de la complicidad entre autoridades y delincuencia, nos exponen. Lo que sí ha existido es la autocensura; hay temas que se tienen que abordar con cuidado al no existir las garantías para ejercer nuestra profesión.

¿Cómo consideras que tu opinión, desde la caricatura, incide en las personas o les ayuda a explicarse cosas y tener otra perspectiva?

La caricatura es una especie de pimienta que le echas al lector y lo hace reaccionar. Incluso le genera lo que la pimienta, un estornudo. La reacción es primero de impacto y luego de risa porque la caricatura tiene al humor como ingrediente. Al final lo que se busca es que nos permita reflexionar. Es la idea de todos los dibujantes, a veces se logra y otras no. Me gusta pensar que somos una especie de agitadores de la conciencia. Sacudimos el avispero para que la gente siga cuestionando.

Has señalado que la crítica al poder es esencial en tu trabajo, ¿en dónde observas a este?

Todos los poderes fácticos son susceptibles de crítica. Cuando un poder se aísla de la crítica se vuelve una tiranía. Nuestra labor es criticar, cuestionar al poder en todas sus facetas: al poder religioso, al intelectual, al económico, empresarial, sindical… a todos los poderes y hacer la crítica también a la sociedad misma. 

En este año, Darío ha remarcado que la creatividad debe sobreponerse a la pandemia y toda circunstancia o amenaza. Pero también la propone como una vía para lograr una libertad que no siempre está en el trabajo cotidiano. Y eso es lo que él ha llevado a su vida tanto en el periodismo como en la gráfica, en donde se impulsa como creador, uno influido por el Taller de Gráfica Popular. O por el contexto que permea en Oaxaca, estado que ha ganado reconocimiento en esta disciplina.

Si hicieras una caricatura de tu vida, ¿qué elementos tendría esta?

No sé qué caricatura haría, pero seguramente tendría que ver con la terquedad. He sido terco y rebelde, en no tirar la toalla, aunque el panorama sea completamente adverso. Los inicios para un dibujante son difíciles, igual que para muchos que están trabajando en los periódicos. Pero creo que la terquedad lleva a un rumbo, que si bien no es paradisiaco sí es muy satisfactorio.


aa

 

Relacionadas: