Mauricio Toro-Goya: Fotografía, política y género
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Arte y Cultura

Mauricio Toro-Goya: Fotografía, política y género

El autor de la serie Apócrifo reflexiona sobre las contradicciones de Latinoamérica


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Fotos: Jaciel B. CRUZ/Mauricio Toro-Goya/Lisbeth MEJÍA

Consciente de que el tema de género es poco visto en su obra, el fotógrafo chileno Mauricio Toro-Goya dice que esto se debe a que habitualmente se distingue cuando se trata de una autora, no un autor. Además de que su narrativa se entiende desde lo político, lo estético, la religión o la violencia.

“De ahí está mirado como que no hago trabajo de género porque no hago un trabajo de género porque no armo un discurso sobre eso, pero la verdad es que en mis fotografías todas las heroínas son mujeres y todas las que cargan la historia y centran el diálogo o son parte del desarrollo son mujeres, y si no son mujeres son travestis, transgénero, transexuales, muxes”, comenta.

Para el autor de la serie Apócrifo, se trata de algo intencional, ya que cree que cuando el discurso se transforma en político lo que hace es trabajar sobre lo postergado, en este caso de quienes son reprimidos y perseguidos.

“Y habitualmente los primeros en la lista son las mujeres y los transgéneros, el mundo lésbico y gay; somos una sociedad de una irreprochable moral hacia la moral”, refiere quien también cree que la civilización mundial está en decadencia y que muestra de ello son las condiciones sociales, políticas y económicas que se perciben en imágenes como Purgatorio, una de las 11 que conforman su serie Apócrifo.

El autor dice que “estamos en un punto de tensión complejo y si uno lo tuviera que llevar a estas etapas de que si existe lo terrenal o lo celestial, estamos en el Purgatorio. Estamos pagando culpas, por eso nos salen y eligen líderes como los que hay hoy en día”.

¿Cómo Trump?-“Como Trump”, responde el fotógrafo que el 19 de agosto inauguró su exposición en la galería Resplandor (Constitución 100-A, centro de la ciudad de Oaxaca). Del político norteamericano, Toro-Goya añade que hay un rechazo, pues la estructura neoliberal tiene lógicas controladoras.

El autor que reflexiona sobre las contradicciones de Latinoamérica refiere quela figura de Donald Trump “choca más porque constituye algo completamente opuesto a lo que estamos acostumbrados a ver dentro de una figura de poder […] ligadas de una u otra manera a la Iglesia, a la moral”.

Y que si algo nos hace convivir con esta “tragedia” es la fe, aunque él no esté de acuerdo, pues no la ve como solución a sus problemas.

Nacido en Vallenar en 1970 y especializado en arte, diseño y fotografía, Mauricio dice no creer en el fanatismo religioso, porque al final Latinoamérica es una dualidad. Y es que, “de la misma forma que cree, de la misma forma no acepta, no vive las condiciones que le dicta el creer en algo”.

En su obra, el considerado uno de los fotógrafos chilenos con mayor proyección internacional también aborda otras temáticas, como la de la serie Gólgota, en conmemoración del 40 aniversario del Golpe de Estado en Chile.
“Todo mi trabajo es político y cuando hice Gólgota tenía que ver con esta idea de darle imagen a algo que no tenía imágenes, sólo relato”, detalla.

El autor de un promedio de 16 libros cuenta que lo político va más allá de esa serie, pues trabaja en función del arte como una plataforma para construir discursos políticos y hacer acción social.

“No veo el arte solamente desde el goce estético, porque el goce estético es neoliberal, yo estoy en contra de ese modelo. Entonces, un tema que en Chile sigue siendo un controversial y que no tenía imágenes es lo que pasó con los detenidos desaparecidos de mi país por la dictadura militar”, comparte.

En Oaxaca, ciudad en la que expone y a la que viene cada año desde hace un tiempo, Mauricio desarrolló la serie Milagreros, que se presentó en 2015 en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca y realizó un cortometraje.

Para él, la entidad está en sus imágenes, pero no de forma evidente, sino construyendo relatos.

Mauricio conoce de la fotografía desde pequeño y es algo que desarrolló después como fotoperiodista. Sin embargo, dejó lo último para enfocarse en el arte, principalmente con la técnica del ambrotipo, una elección que también relaciona con lo político.

“La idea mía era producir placas fotográficas de manera autónoma, sin depender de la industria de la fotografía”, explica sobre lo que considera negocio. De ahí que el ambrotipo (una técnica con auge entre 1852 y 1865) sea un elemento estético y un discurso político.

Contra lo digital dice no tener nada en contra, sino más bien contra el mercado. Aunque expresa que la saturación de imágenes en redes sociales puede ser verdad y mentira a la vez, y usarse a favor o en contra de uno mismo. Por ello la necesidad e importancia de espacios como en el que ahora expone, pues su trabajo necesita más tiempo de contemplación del que permiten las redes sociales.

“Hay que contemplar, hay que leer, yo juego otros tiempos, no solamente los de la producción de obra, sino también los tiempos que le pido al espectador que esté frente a la obra”, agrega.

Apócrifo se compone de imágenes hechas de 2010 a 2017, todas ellas de diferentes series e inéditas o muy poco difundidas. Se trata de una propuesta que aborda desde la problemática de género a la política y la historia, en la que Mauricio cuenta historias y cruza las temporalidades, pues lo que quiere es “mostrar a la gente que las cosas se repiten, que la historia es cíclica”.


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