A ocho columnas: Poder y fake news en el periodismo

A ocho columnas, obra de Salvador Novo escrita en los años 50, cobra vigencia en tiempos como el actual, en el que las noticias falsas o fake news distraen o redirigen la atención de las personas. En medio de la contingencia sanitaria por Covid-19, la pieza en la que un joven reportero ingresa a un medio y comienza a descubrir la inexistencia de valores o cómo el poder se ejerce desde diversos frentes, se presenta como una manera para reflexionar sobre lo que parece seguir a pesar de los años.

REPENSAR LA INFORMACIÓN

También para repensar las maneras en que se están informando las sociedades, comenta Fernando Bonilla, director de la obra que, ante la suspensión de actividades por la epidemia en el país, recurre a las redes sociales para mantener el contacto con el público. Y aunque el contexto se muestre adverso en términos monetarios para la comunidad artística, considera que es una opción pertinente para contribuir a la discusión y el buen ánimo en la sociedad.

“A generar ventanas de diversión para que sea más llevadero el encierro. Por supuesto nuestro afán es sumar a que las medidas que nos proponen las autoridades se cumplan, que nos quedemos en casa”, refiere.

Minutos antes de las 20:30 horas de este sábado, una grabación de A ocho columnas se compartirá en la cuenta de Instagram de perfil Próspero Teatro (@prosperomx).

SOBRE LA OBRA

En ella, el público que pueda conectarse conocerá la historia de un joven reportero que ingresa a El Mundo, “el mejor periódico de México”. Inmerso en el mundo de la prensa de los años 50, el protagonista “tendrá que elegir entre una carrera próspera y su integridad ética, entre el amor y el poder, entre la riqueza y el honor; pero ésta deberá ser una decisión rápida, porque tras él hay otros dispuestos a aceptar la oferta”.

La pieza iba a comenzar su tercera temporada el 1 de abril en el Teatro Helénico, en Ciudad de México. Sin embargo, la contingencia sanitaria llevó al elenco y producción a suspenderla.

TEMA VIGENTE

Fernando Bonilla, director y responsable de la adaptación del guion, relata que al principio no se contempló la posibilidad de publicar el video de la misma, en tanto que el teatro grabado no es teatro, pues ni actores ni públicos comparten la actividad en donde debiera ser. “Pero lo que nos motivó a hacerlo fue la serie de acontecimientos sucedidos en las recientes semanas, la extraordinaria atención respecto al periodismo y lo grave que hoy por hoy significa la difusión de noticias falsas. Eso nos llevó a comentar sobre la vigencia y pertinencia de nuestra obra”.

Durante 24 horas luego de la publicación del video, el público podrá conocer los pormenores de la pieza en que participa un elenco conformado por Luis Miguel Lombana, Sophie Alexander-Katz, Pedro de Tavira Egurrola, José Carriedo, Alondra Hidalgo y Arnoldo Picazo.

DISCUSIÓN ACTUAL

Con el diseño a cargo de Elizabeth Álvarez, la iluminación por parte de Tenzing Ortega y el diseño de vestuario de Estela Fagoaga, la propuesta espera “contribuir a la discusión sobre un tema crucial en esto momentos: la ética en el periodismo, los mecanismos que han construido el periodismo mexicano y en una era de transformación en la que es importantísimo poner el dedo sobre este renglón”.

La pieza ganadora a Mejor Obra en la pasada edición de los Premios ACPT 2019 es para Bonilla una manera en la que también se reflexiona sobre un mar de medios, plataformas y opciones que no siempre son confiables. Y de cómo las personas creen estar informadas “sólo por leer un titular en Twitter”. Pero también en cómo el periodismo se encuentra en un momento de reconversión ante el internet, en donde hay muchos canales para la difusión de mentiras.

Como director y responsable en la adaptación del texto de Salvador Novo, Bonilla dice que fue un gran reto, al ser una obra “que se siente muy vieja” y que podría parecer pasada de moda. Pero en la que la apuesta, en lugar de actualizar algo, consistió en sumergirse en la época y los elementos que pudieran construir una especie de nostalgia para el espectador.