Sonámbulos: el teatro va domicilio a través de las pantallas 
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Arte y Cultura

Sonámbulos: el teatro va domicilio a través de las pantallas 

La pieza del dramaturgo y director Reynolds Robledo se presenta hasta las primeras horas del viernes a través de la web de La Teatrería


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En momentos de contingencia como la actual, en el que muchas familias se han visto orilladas u obligadas a pasar tiempo juntas, el dramaturgo y director de teatro Reynolds Robledo, considera pertinente una historia sobre las vivencias y heridas de una familia marcada por el pasado. Una historia que obliga a sus personajes a estar en un encierro más allá del emocional y de lo mental en una familia, pues sus integrantes han vivido un suceso traumático, trágico, que la marca y a la distancia les plantea, ¿qué tanto nos reconocemos en el dolor del otro a pesar de que hallamos pasado la misma situación y esta es contada desde cinco puntos de vista distintos?

DISPONIBLE EN INTERNET

La obra Sonámbulos, de la compañía Lobo Producciones, propone ese acercamiento y cuestionamiento. Pero a diferencia de un llamado a asistir al teatro, lleva su propuesta hasta los hogares del público, el que se queda en casa debido a la contingencia por Covid-19. Hasta las primeras horas del viernes, la pieza se podrá ver en el siguiente enlace: https://lateatreria.com/obras/sonambulos.php.

A un año de su estreno, Reynolds cuenta que llegar a través de las pantallas es la posibilidad para que artistas como él puedan seguir activos, pese a que los teatros han cerrado como medida de prevención de la enfermedad. Aunque también anhela el día de reencontrarse con el público.

De la obra que ya puede verse en la web, el director cuenta que el tema de la familia cobra valor al tratarse de un núcleo en el que se puede ir de un sentimiento de amor a actitudes de enojo. “Incluso nos podemos desquitar y no importa lo que les digamos, que los odiamos o no los queremos ver, y al día siguiente podemos juntarnos a la mesa a desayunar y comer, y aparentemente aguantamos cualquier tipo de situación solamente por el bien de la familia”.

En este caso, “la familia en Sonámbulos es una que se quiere mucho, pero no sabe cómo quererse porque sus miembros están arraigados en su propio dolor. No se reconocen entre ellos y han asumido que mientras no hablen del tema todo está bien, todo está mejor. Pero lo que plantea la historia es qué pasa cuando Nora, la madre, anuncia que a un año de distancia escribió un libro sobre el suceso y de que existe la posibilidad de que sea publicado. Y eso hace que la familia se voltee a ver y diga que no ha superado nada”.

SOBRE SONÁNBULOS

En esta, su segunda obra de teatro que escribe, luego de Lobos por corderos, Reynolds quiso hablar de la familia; sin embargo, no tenía claro a partir de qué. Una nota en el periódico, que hablaba de un asaltante de camiones de pasajeros abatido por un usuario, le dio la pauta.

“Lo que contaban de él en redes sociales es que era un héroe, que se hizo justicia por su propia mano. Empecé a pensar en cómo se sentía este hombre y los trasladé a una familia que mata por salvarse y sin embargo sus integrantes no se sienten héroes; al contrario, es algo que los marca mucho”, relata el dramaturgo. En Sonámbulos, la escritura se vuelve en un pretexto de catarsis, en la vía para decir algo y sanar. Y para el autor, que desde el teatro ejerce la escritura, ese fue el canal de encuentro. En el que se apoyó de las actuaciones de Pablo Perroni, Pablo de la Rosa, Macaria, Monserrat Monzón y Verónica Merchán.

En la pieza, Elías, el padre, es un escritor y novelista con la creatividad bloqueada por ese pasado en común. No puede hablar ni escribir sobre eso, a pesar de que sus historias son trágicas y violentas, y de que no escribe de amor, cuenta Reynolds. Caso contrario es el de su esposa, Nora, una madre de familia que deja el trabajo para dedicarse a la casa, pero que poco a poco empieza a escribir esta novela inspirada en el suceso que les marcó.

El hijo menor, Luis, parece haber perdido el habla en todo un año, pero la familia se ha acostumbrado ya a su silencio y a que, cuando quiere, se comunique a través de la escritura.

TEATRO EN TIEMPOS DE COVID

Definitivamente, la prueba es que como creadores, como teatreros estamos imposibilitados, no podemos hacer teatro como queremos, señala el director. “Necesitamos 100 por ciento al público”. Por el momento, como otros creadores y artistas, él y sus colegas de la compañía se apoyan en las tecnologías para llegar al público. Para esto, La Teatrería y Lobo Producciones ponen al alcance de usuarios una función grabada de la obra, la que no tenía más fin que el registro o testimonio de su labor, pero que ahora es la manera de mostrarse. Si las personas no pueden ir al teatro, le llevamos el teatro a sus casas, apunta el creador.

Y hasta el momento, señala que ha funcionado, pues con otra pieza de la compañía han notado que el público, atraído por actores que ha visto en el cine o la televisión, se ha animado a ver las piezas desde sus computadoras.

Hay un público que está consumiendo, refiere, aun habiendo cientos o miles de opciones en plataformas digitales. Y por ello espera que pasando la contingencia confía en que se dé el encuentro con el público, pero con los actores en el escenario y los asistentes en las butacas del teatro.