“El teatro dentro del periodismo, promotor de cultura en el Porfiriato”
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“El teatro dentro del periodismo, promotor de cultura en el Porfiriato”


“El teatro dentro del  periodismo, promotor de cultura en el Porfiriato” | El Imparcial de Oaxaca

Elizabeth Cruz Álvarez
Universidad del Mar, Huatulco

 

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, bajo el mandato del general Porfirio Díaz, Oaxaca era considerada una ciudad provinciana perteneciente a la zona sur del país, más conocida como la Ciudad Esmeralda (llamada así por el color del material piedra de cantera color verde, utilizado en la construcción de edificios y casas). La ciudad fue un importante sitio donde los procesos de modernidad tomaron un rumbo significativo.

Esta edificación de modernidad fue una colaboración entre los distintos grupos urbanos que pertenecían a élites gubernamentales, líderes eclesiásticos y ciudadanos acaudalados; los cuales influyeron en las costumbres y prácticas que caracterizaban el aspecto social, político y cultural de la ciudad. Esta transformación tenía como influencia la era porfiriana, la cual daba alusión a un contacto con la cultura y el capitalismo europeo.

Los ciudadanos oaxaqueños cimentaron la modernidad en conjunto a las nociones de tradición. Funcionó como una forma de autodefinición de lo que eran y lo que aspiraban convertirse, una ciudad digna de pertenecer al nuevo México moderno.

Evidentemente para hablar del Porfiriato y la participación del periodismo y la promoción del teatro en Oaxaca, particularmente, debemos revisar algunas nociones del Porfiriato. Como argumenta Moya (2008): “En el Porfiriato el gobierno se esfuerza por mostrar resultados concretos, pues de estos depende el triunfo de su legitimidad. Los resultados más notables, como ya vimos, fueron la instauración de la paz, del orden y del progreso y la creación de un espacio apropiado para la inversión extranjera”, p. 87.

Este gobierno se centraba en las decisiones y alianzas de Porfirio Díaz, así como de endosársele cualidades como la de ser un gobierno autoritario. Controló al pueblo,pero aportó grandes transformaciones culturales. De manera paulatina la oposición se fue fortaleciendo y paradójicamente, aprovechando los medios de comunicación como el periódico que, tuvo grandes transformaciones y avances.

 

Por su naturaleza, el periodismo de aquella época funcionó como instrumento masivo promotor de la cultura y a su vez, de discusión política y de lucro con los poderes, como refiere Ortiz (2010):“La prensa política era la más numerosa y residía principalmente en la ciudad de México, ya que el periodismo, sobre todo el independiente, fue instrumento de política y lucha de poder. El periodismo de este tipo tuvo por objeto, la crítica al poder público.”. p. 10

Ahora bien, en cuanto a la prensa mexicana en el periodo del Porfiriato. Es interesante observarlas grandes transformaciones que sufrieron gracias a cuestiones como la inclusión del desarrollo tecnológico, por ejemplo. Esos cambios estimularon en el incremento del tiraje, que los medios diseñaran un discurso acorde a los intereses del propio tiraje.

Uno de los periódicos que tuvo gran trascendencia en la vida política y cultural del país en el periodo del Porfiriato fue El Imparcial. En primer lugar, fue un periódico que alcanzaba grandes tirajes tanto en la Ciudad de México como en otras regiones del país como en Oaxaca. “El Imparcial logró tirajes de más de 100 mil ejemplares a un centavo el número, gracias a los cambios tecnológicos sucedidos en la imprenta y fue un periódico que tuvo una organización basada en el sistema norteamericano del diarismo con rotativas e impresión en linotivo”(Martínez, 1976).

Algo que resulta sumamente interesante es que dicho periódico fue uno de los primeros en usar las imágenes, y, además, se le consideró como el primer periódico de masas. Aquí se muestra una imagen del periódico en cuestión, que data del día 24 de febrero del año 1895.

A propósito del anuncio en la segunda imagen, donde se muestra al respecto a un evento relacionado con el teatro, hay que hacer algunas acotaciones respecto a dicho tópico. El teatro ha existido desde tiempos inmemorables como manifestación del hombre para expresar sus ideas, emociones y sentimientos; así como su visión con el mundo y su entorno.
En cuanto a las características del público al cuál se dirigían las actividades culturales, particularmente del teatro, Pérez (2003) menciona que: “lo que se comprendía específicamente como diversiones públicas eran más bien aquellos acontecimientos que podían romper con la tediosa cotidianidad y proporcionarles a los ciudadanos clasemedieros y bien acomodados algún momento de goce estético, esparcimiento o simplemente olvido de la rutina.”, p. 59.

Este tipo de actividades populares paulatinamente fueron compartidas a la sociedad de masas por disposición de las estrategias de política cultural y educativa del gobierno. Esto resulta interesante pues se fue pasando de un criterio elitista al de masas con el paso de los años.

El Teatro, como una de las expresiones culturales más importantes tuvo gran participación en Oaxaca, como sucedía en el resto del país. Para el Porfiriato era sumamente importante que por medio del teatro se “educara” y entretuviera a la sociedad. Era una postura de política cultural clave para el gobierno. Obras de teatro como “La Zarzuela”; un género musical escénico de origen español, era preferido por las familias oaxaqueñas; otro tipo de teatro fue la Opereta, que consistía en teatro musical animado y satírico.
Debemos notar en todo esto el binomio singular que se dio entre el periodismo cultural y el teatro. Se comprende que era parte de una política cultural claramente trazada. Lo interesante es observar al periódico como medio de difusión.