DANIELA EDBURG: La fotografía, perfecta para contar ficciones
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Arte y Cultura

DANIELA EDBURG: La fotografía, perfecta para contar ficciones

Analiza a la imagen como una manera de exagerar la realidad, pero que en esa búsqueda y concreción los resultados pueden estar más cerca de la imaginación


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Cuando le preguntan qué es, Daniela Edburg se define como artista visual, pues aunque trabaja la fotografía, a esta la considera “como un medio perfecto para contar ficciones”. La fotografía, que se suele asociar a la captura de un momento o parte de la realidad, pero también como una manera de representación de ella, es de gran importancia por su efectividad “en la puesta en escena”, por “su valor teatral”.

“Se parece a lo que nosotros creemos que es como se ve la realidad”, apunta la autora méxico-estadounidense, quien en una revisión de 16 años de trayectoria reflexiona y comparte sus respuestas en torno a la fotografía y la creación textil con que recrea sus preocupaciones. Pero también sobre la migración, la celebración de los desastres, la identidad, las artes, la belleza y otros temas desarrollados en 11 series, y cuya muestra, Del sobresalto al hallazgo, 2001-2017, se comparte desde el 24 de enero en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo. La curaduría corre a cargo de Irving Domínguez.

UNA FORMA DE EXAGERAR LA REALIDAD

De su obra, Edburg (1975) analiza a la imagen como una manera de exagerar la realidad, pero que en esa búsqueda y concreción los resultados pueden estar más cerca de la imaginación.

“Lo que me gusta es la atención entre dos cosas que podrían parecer opuestas, pero que se conectan. Para mí eso es la creatividad humana, que puede llegar a un punto donde se vuelve destructiva. Encontrar la medida exacta es imposible para el ser humano, pareciera que nos gustan los extremos”, señala. Ejemplo de ello es una imagen en la que se celebra a la energía atómica, que aunque para Edburg podría serlo, abre también la posibilidad a lo contrario, a una tragedia que estaría lejos de aplaudirse, como ha ocurrido en el último siglo con las guerras mundiales.

UN MEDIO PARA EXPLORAR LA MIGRACIÓN

Con los pies entre México y Estados Unidos, los países en los que tiene sus raíces, la fotografía se ha convertido en un medio para explorar la migración, un tema que aunque realizó como respuesta a una invitación, le hizo plantearse temas como la identidad. En especial cuando entre los artistas convocados era la única nacida en Estados Unidos y criada en México. Los demás habían nacido en este último país.

“Habiendo crecido siempre sintiendo que no eres de un lado completamente ni del otro, eso te da cierta objetividad para aceptar ese tipo de situaciones y ser un poquito menos duro para juzgar al otro, pues al final tú siempre eres el otro”, relata Edburg sobre este trabajo en torno a la migración, que tituló Desarraigado.

LAS ADECUACIONES

Para el curador de la exposición, Irving Domínguez, esta exposición se basa en una primera revisión hecha en 2018 para la muestra en el Museo de Arte de Querétaro. En el CFMAB, explica que hubo que hacer adecuaciones para tener más de 70 piezas, entre imágenes y textiles. Además de mostrar un aspecto que aunque la autora trabaja no se conoce tan bien, el de la creación escultórica.

Daniela “tiene toda una trayectoria escultórica realizando una técnica textil, el tejido a gancho, que no es tan sencillo ni presente en el arte contemporáneo, y que está asociado con el universo doméstico”, refiere Domínguez respecto a un trabajo que “ya no es hacer un objeto con un fin decorativo o catártico, sino un problema de estructura, de cómo se va a resolver”.

INVITACIÓN A ACERCARSE

Para Daniela, el objeto tejido invita a acercarse, ver la textura, tocar los materiales, mientras que las imágenes aparecieran sugerir la distancia para ser observadas de mejor manera. A la par de ello, integrar el elemento textil hizo que el proceso creativo se volviera más rico. “Por eso me interesa incluir algunos objetos en las salas, también para invitar a analizar el valor de lo hecho con las manos, porque para mí ha sido clave convertir el trabajo en algo más balanceado y completo”.

Y ese proceso, apunta, también plantearse preguntas sobre ella, a dudar de sí, de la idea, del por qué es artista y qué está haciendo en el mundo.