Nagula Buaj recrea la memoria y la identidad
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Arte y Cultura

Nagula Buaj recrea la memoria y la identidad

La obra fue creada por el entonces niño de ocho años; ahora, a sus 13, es la elegida de Oaxaca para ser parte de la Muestra Nacional de Teatro Escolar


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“En la actualidad, los niños que vienen de comunidades indígenas no se sienten aceptados por la sociedad. La mayoría de ellos tienen una lengua propia y al llegar acá (a la ciudad) no la pueden usar porque les da pena. Entonces, con las generaciones, esto (la lengua) se va perdiendo”. Las palabras de Mateo López (Santa Cruz Xoxocotlán, 2006) se dicen en abril de 2016, en un video de ADN Arte y Cultura del Sureste. Y, sin embargo, se vuelven muy actuales, con la vuelta y permanencia de la obra de teatro de su autoría: De cómo se borra la memoria o de cómo Nagula Buaj se va a cielo, estrenada en 2015.

La obra fue escrita por Mateo entre los años 2014 y 2015, cuando contaba con ocho años de edad. Él ya era parte del grupo Bigüini Teatro, una iniciativa de teatro de calle que surge en el seno de ADN Arte y Cultura y que reúne a personas originarias de comunidades indígenas, pero que confluyen en la ciudad de Oaxaca.

Recientemente, su pieza fue elegida para representar al estado de Oaxaca en el Programa Nacional de Teatro Escolar, y con la cual desarrollará alrededor de 40 funciones a partir de enero de 2020.

La puesta en escena estará bajo la dirección de Alejandra Pérez Santiago, quien conoció a Mateo y su obra a través de la Casa de Barrio ADN (también de ADN Arte y Cultura). Aunque desde hace unos años se ha compartido en estados como Oaxaca y Morelos, la pieza se trabaja nuevamente con un equipo de bailarines, actores, músico, escenógrafo y demás personas que desde distintos grupos y áreas se han unido para llevar una nueva propuesta de la obra.

“Creemos que se puede realizar un trabajo multidisciplinario y que sí se puede trabajar porque las artes sean un punto de convergencia”, refiere.
Pérez Santiago relata que la decisión de llevar la pieza a las regiones Valles Centrales, Sierra Norte y Sierra Sur es para dejar a un lado la centralización de la oferta cultura, pues “la mayoría de los programas se oferta únicamente en la ciudad, en el centro”.

Se trata de “llevar el teatro a la comunidad y no la comunidad al teatro”, ahonda Pérez Santiago respecto a la pieza que aborda, desde la fantasía, una realidad en la que se sufre de discriminación, migración y pérdida de identidad.

La obra fue escrita por Mateo López, cuando tenía ocho años de edad. En ese entonces, el joven originario de Santa Cruz Xoxocotlán era parte del grupo Bigüini Teatro, a su vez parte de ADN Arte y Cultura.

“Trabajé con él en el grupo de teatro Bigüini, al que pertenece”, recuerda Alejandra, quien conoció la obra en entre 2014 y 2015 y le pareció “muy bonita en cuanto a esencia, pues habla sobre aspectos de la migración, es bilingüe (zapoteco-español) y sobre todo me llamó mucho la atención que debemos de ver a los niños que están haciendo teatro. (Como Bigüini Teatro) uno de nuestros objetivos es promover el teatro escrito por niños porque su visión y perspectiva es diferente a la de un adulto”.

Actualmente, Mateo tiene 13 años de edad y “está maravillado” porque su obra haya sido seleccionada para representar a Oaxaca en el Programa Nacional de Teatro Escolar. “A él lo que le interesa es compartir, es un niño muy noble. Como él dice, esta obra la escribe porque cree que todos somos una misma persona y porque los niños no deben de sufrir de discriminación. Está muy a gusto con esto, y el equipo y él ya tuvimos una plática”.

Para la temporada que tendrá en 2020, Nagula buaj reúne a poco más de una decena de actores, musicalizador, escenógrafo, director, entre otras personas involucradas en su montaje y ejecución.

“Es una obra libre de prejuicios, enfocada en el valor que debemos de darle a todos los niños, sobre todo a los hablantes de alguna lengua indígena”.

Lo que nos interesa es preservar estos idiomas, apunta Pérez, y que los niños y las personas que hablan una lengua de estas no se sientan avergonzadas por hacerlo o sean discriminadas, pues es algo que les da identidad. “Identidad que a nosotros que estamos más cerca de la ciudad quizá la estamos perdiendo”.


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