Diablos que encierran terror e historia
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Diablos que encierran terror e historia

A través de un documental, Estefanía Luna Montero se adentra en las representaciones del diablo, vistas en una danza de Collantes


Diablos que encierran terror e historia | El Imparcial de Oaxaca

El diablo “encierra misticismo, terror”, pero esta figura, que se supone sale por las noches, cuando “no se ve”, implica también un juego de significados entre lo que es la noche, lo que no se ve y lo que no se conoce o no se percibe. La antropóloga Estefanía Luna Montero señala que en torno a él hay “muchos rituales y representaciones de orden dancístico-simbólico”. En ellos, los personajes de diablos representan a los capataces negros” de tiempos de la Colonia, algunos de los cuales tuvieron gran presencia en la región Costa de Oaxaca, así como en Guerrero.

Tanto la figura del diablo como la representación y expresiones de los pueblos afrodescendientes de Oaxaca son plasmadas en un documental de la investigadora. Mi cuerpo de diablo reúne el trabajo de la autora en la región Costa de Oaxaca, en la comunidad de Collantes, Pinotepa Nacional.

El cortometraje se basa en el trabajo de campo hecho en 2012, para su tesis de maestría. Asimismo, tiene sus antecedentes en el interés de la docente por estudiar las fiestas de Guelaguetza de Oaxaca, que “nos venden como la máxima expresión de la identidad oaxaqueña”, pero que hasta hace unos años no incluía a las comunidades afromexicanas.

Grabado en Collantes, el documental se remite a una de las danzas que comparten los “pueblos negros” de la Costa chica de Oaxaca y Oaxaca. En esa zona (que se extiende de Acapulco, Guerrero, a Puerto Ángel, Oaxaca) habita gran parte de las más de un millón 300 mil personas que se identifican como afrodescendientes o afromexicanos (Inegi, 2015).

En estas comunidades, una de las cuales es Collantes, existen danzas como la de Los diablos, “que puede entenderse como alegoría histórica, sobre todo colonial, de su llegada y establecimiento en la zona”.

A partir de esta expresión, Luna Montero produjo y dirigió el documental Mi cuerpo de diablo, que se basa en su tesis de maestría (que se publicó como el libro Aproximación al estudio del ritual encarnado: los diablos de Collantes, la Guelaguetza en Oaxaca y otros cuerpos dialógicos). La investigación fue en 2012, pero las grabaciones para el documental comenzaron un año después, y se extendieron hasta 2018.

Los cinco años de trabajo fueron plasmados en el material que inicialmente abarcaba 50 minutos, pero que se redujo a 30. En ese tiempo, Mi cuerpo de diablo no sólo habla de la identidad e historia afromexicana en Collantes, sino que también invita a pensar en “dónde estamos parados” y qué “dialogamos con los demás sobre nuestras diferencias étnicas, raciales, políticas, sociales, económicas, en qué puede ayudar un material de este tipo, en términos de representación”.

Egresada como maestra en antropología visual por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Ecuador, Luna Montero se desempeña como profesora investigadora en la Universidad del mar, campus Huatulco.

La realización del documenta le implicó varios retos, entre ellos trabajar con hombres, siendo una mujer y externa a la comunidad, además de replantear su papel como antrpopóloga. “En la facultad nos decían que los antropólogos vamos a observar y a ser observados; yo fui a ser observada porque era diferente a ellos. No fui esa autoridad discursiva que se supone tenía que haber sido”, señala la investigadora.


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