El taller Rufino Tamayo celebra sus 45 años
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El taller Rufino Tamayo celebra sus 45 años

En el último lustro se ha intentado abrir más las puertas del taller para que estudiantes de todas partes tengan cabida


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El Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo nació en un momento de ruptura con la Escuela de Bellas Artes, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Hasta 1974, era esta la única a la que se podía aspirar para aprender tales conocimientos, y bajo un sistema riguroso que desde 1972 intentó flexibilizar Roberto Donis (entonces a cargo de la dirección de artes plásticas e invitado por Francisco Toledo para residir en Oaxaca). A 45 años de su fundación, el recinto que evoca a uno de los máximos exponentes del arte mexicano y de quien tuvo un gran apoyo, ha pasado a otra etapa, una más abierta para quien quiera formarse en sus seis áreas. Sin embargo, mantiene un sistema no escolarizado, al que se suma la horizontalidad del aprendizaje.

SUS DIRECCIONES

A este espacio sin reconocimiento oficial, “se viene a aprender en la práctica, en la experimentación”, relata Moisés García Nava, su director desde 2013, y quien coordina la exposición de aniversario que se inaugura este 14 de febrero. Con casi medio siglo de vida, el taller ha funcionado en la calle de Murguía 306, luego en avenida Juárez 514 y desde mediados de 2016 en San Felipe del Agua 912. En este último, un sitio en el que los talleres han encontrado espacios propios, lo que se ha buscado es ampliar “la idea de compartir conocimientos” y que se aprenda entre alumnos, no solo de los docentes”. A la par, ser una opción entre las otras surgidas en las últimas décadas para aprender el arte.

Las ideas de Donis, al que un grupo de estudiantes de Bellas Artes siguió para fundar el taller el 15 de febrero de 1974 (fecha que recoge la tesis de Mercedes Caso Valdés), han cambiado. De impulsar a poco más de una decena de jóvenes se ha apostado por democratizar la enseñanza. García Nava expone que en el principio se pudo apostar solo por unos 10 y 15 estudiantes que tuvieron el apoyo del gobierno. Si la fórmula se repitiera, no se vería “tan democrático” cerrar el taller a todos los demás y gestionar exposiciones solo para ese grupo.

En sus inicios y como fue planteado, el taller tuvo resultados satisfactorios, en los que incluso la venta de obra de los estudiantes iba a un fondo común para el sostenimiento del espacio. Pero el camino no podía seguir así, subraya García, quien intenta continuar y reconfigurar el trabajo hecho por los directores que le antecedieron (Roberto Donis, de 1974 a 1984; Atanasio García Tapia, de 1984 a 1990; Orlando Hernández Montes y Gonzalo Bautista Carreño, de 1990 a 1992; Juan Alcázar, de 1993 a 2005; Mariano Pineda Matus, de 2005 a 2010, y Luis Hampshire, de 2011 a 2013).

En el último lustro, su gestión ha intentado abrir más las puertas del Tamayo, para que estudiantes de todas partes tengan cabida, lo cual en un inicio era prácticamente lo contrario, pues solo había oaxaqueños o alumnos radicados toda su vida en el estado.

OFERTA EDUCATIVA Y POSIBILIDADES

El contexto para las artes plástica en Oaxaca es distinto; de una sola escuela (Bellas Artes), se pasó a otras. Primero, con el Taller Tamayo, que dio pie a la creación de otras instituciones, por ejemplo: el Centro de las Artes de San Agustín, La Curtiduría y los talleres independientes que han surgido principalmente en la capital del estado.

Entre ello, “el Tamayo sigue teniendo una oferta única”, destaca Nava, ya que parte de la razón del espacio es complementar la enseñanza de quienes han egresado de otras instituciones o quieren entrar a una escuela. “Lo que hace (el Tamayo) es fortalecer la escena de Oaxaca y que los chicos puedan tener una formación más a la carta”, además de especializarse en áreas como la gráfica, con los docentes Oswaldo Ramírez y Abraham Torres.

A esa oferta, Maximino Javier (alumno de la primera generación) suma las facilidades para conocer el arte de otras latitudes. “Ya los chavos ven mucho a través de los medios, la situación económica es muy diferente a la que había cuando entré al Tamayo. Hay más facilidades para ver pinturas, museos, hay más información. Antes no teníamos más que lo que nos platicaba el maestro y de pronto veíamos el periódico”.

LA VUELTA A LAS COMUNIDADES

En sus orígenes, el Taller Tamayo fue semillero de artistas provenientes de diversas partes del estado, como Filemón Santiago o Maximino Javier. La casona de Murguía sirvió incluso como hogar para los estudiantes.

De esa etapa, Maximino Javier recuerda su por “accidente”. “Me entrevisté con Roberto Donis, le enseñé algunos dibujos y me aceptó. Después me dieron una pequeña beca, con la cual me sostuve un buen rato y me la pasaba pintando. Aprendí muchas cosas, muchas experiencias, conocí un poco la técnica de pintar al óleo”. Pero, añade el artista oriundo de Valle Nacional, su paso por el taller “fue muy rápido”. No así la amistad que ha seguido con Ariel Mendoza, Cecilio Sánchez, Filemón Santiago y Abelardo López, todos ellos “compañeros de esa primera generación”.

Así como él, otro que siguió su camino fue Filemón Santiago, quien en 2017, como parte de una retrospectiva de su obra presentada en el Museo de los Pintores Oaxaqueños, señalaba la necesidad de cada estudiante por abrirse camino, por tomar un rumbo.

Desde hace varios años, la conexión de Tamayo con las comunidades, de quienes venían la mayoría de sus estudiantes, ha cambiado. Con los 20 talleres comunitarios (que incluyen a los infantiles y juveniles), se trabaja principalmente de Valles Centrales y de las regiones Costa, Istmo, Mixteca y Sierra Norte.

 

EL FUTURO DEL TAMAYO

 

Por ahora, el taller ha llegado a un equipamiento acorde a las condiciones del espacio en que opera, expone García Nava, aunque podrían implementarse mejoras para impulsar las áreas o la enseñanza. Con ello se podría visualizar un crecimiento que se ha visto detenido por la suspensión de los apoyos federales. Al actual director le ha tocado una etapa marcada por dos sexenios. El primero, de Gabino Cué Monteagudo, en el que la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca ha tenido desde 2013 a varios encargados o titulares: Emilio de Leo Blanco, Francisco Martínez Neri, Alonso Aguilar Orihuela, Ana Vásquez Colmenares, Ignacio Toscano Jarquín y actualmente Adriana Aguilar Escobar.

 

PARA SABER

 

Actualmente, el taller cuenta con seis talleres (cerámica, dibujo, grabado, pintura, litografía, escultura), con igual número de docentes.

El primer sitio en que empezó a funcionar el taller fue una casa ubicada en la calle Murguía 306, esquina con Avenida Juárez. Posteriormente, pasó a un inmueble de avenida Juárez, en el número 514. Desde mediados de 2016, el taller opera en la calzada San Felipe del Agua 912, en la agencia del mismo nombre.

Sus directores han sido: Roberto Donís, Atanasio García Tapia, Orlando Hernández Montes, Gonzalo Bautista Carreño, Juan Alcázar Mariano Pineda Matus y Luis Hampshire. Desde 2013, es dirigido por Moisés García Nava.


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