Tequevi: la leyenda histórica hecha arte
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Arte y Cultura

Tequevi: la leyenda histórica hecha arte

El artista plástico Francisco Hernández González plasmó el combate entre el rey Atonaltzin de Coixtlahuaca con el principal rey de Tequevi


TEXTO: JOEL F. GÁLVEZ VIVAR
FOTOS: KAROL JOSEPH GÁLVEZ LÓPEZ

La culebra de un bocado devoró al indefenso sapo, sin saber que era su fatal derrota en la lucha por el agua para su territorio Coixtlahuaca. Al reventar las entrañas de la culebra, el sapo victorioso regresó al reinado de Tequevi con gigantesco mar del vital líquido.

Bajo este precepto en el muro del foro denominado “Prof: Juan Reyes Mayoral”, el artista plástico Francisco Hernández González, plasmó ahí el combate sostenido entre el rey Atonaltzin de Coixtlahuaca con el principal rey de Tequevi (Tamazulápam), una impresionante obra de arte hecha explícitamente para fomentar en la conciencia de los nativos el amor al terruño, además de conservar intacta sus leyendas y tradiciones.

Cuenta el autor de la obra, Francisco Hernández González, que en Tamazulápam persisten muchas leyendas, pero la más sobresaliente es la lucha entre la culebra y el sapo, en tal virtud con la finalidad de mantener viva la leyenda histórica de los nativos, optó por plasmar como fondo del auditorio abierto de la Escuela Primaria Estatal Gregorio Torres Quintero, una monumental pintura símbolo de este suelo mixteco-chocholteco.

LA LEYENDA

Indicó que la leyenda cuenta que en aquellos tiempos el rey Atonaltzin de Coixtlahuaca (llano de culebra), partió a las siempre venerables y sagradas tierras de Santiago Apoala, cuna de la civilización indígena en la Mixteca oaxaqueña, en busca del vital líquido para satisfacer las necesidades de sus habitantes, pero da el caso de que en la laguna subterránea de las montañas de Apoala (río que arranca), se encontró con el señorío de Tequevi (Tamazulápam tierra de sapos), con quienes comenzó la disputa por el vital líquido.

En feroz combate sostenido entre ambos reinados, a Atonaltzin se le ocurrió convertirse en culebra y así pensó con mayor facilidad ganar la batalla contra Tequevi, quien al instante y de manera inteligente se convirtió en un indefenso sapo, es cuando de un bocado el primero se tragó al segundo, sintiendo que ya había obtenido el triunfo, pero cuando se disponía a llevarse el mar de agua para su reinado, de repente sintió dolor en sus entrañas.

El sapo, en el intestino la culebra o serpiente, comenzó a hincharse hasta más no poder, arriesgando así mismo su propia vida, al hincharse en exceso podía también reventar y morir aún al interior de la culebra. Pero aplicando su estrategia alcanzó el objetivo, pudo reventar las entrañas de la culebra y así apoderarse del vital líquido para su reinado Tequevi.

Leyenda llena de colorido y candor de los hombres del tiempo y siglo pasado-presente, en la jurisdicción de Tamazulápam, en donde quiera brotan sulfurosas aguas cristalinas, cuyos habitantes se dan el lujo de disfrutar, cuando la región de Coixtlahuaca, un llano árido hasta el grado de que algunos pueblos de alrededor han cavado ollas en la tierra (cuevas), en donde se meten para trabajar la palma, por el alto grado de sequía que prevalece en la zona.

Así surge la leyenda de Tequevi hecha obra de arte, que propios y extraños admiran con devoción y esmero, la pintura conduce a investigar el origen de este poblado de Tequevi, puesto que de manera impresionante cuenta con mucha agua en todo su territorio, que es una riqueza natural de los nativos que se apresuran a conservar, por los siglos de los siglos. Gracias al valor y sagacidad de su reinado Tequevi.