El pasado lunes, en la Ciudad de México, Alejandra Frausto asumió la titularidad de la Secretaría de Cultura federal, dependencia para la cual fue propuesta desde diciembre de 2017. Aunque en junio pasado dio a conocer el documento “El poder de la cultura”, la funcionaria señaló que en la dependencia a su cargo trabaja para “desarrollar un programa justo y democrático que distribuya la riqueza cultural del país, donde el trabajo amplíe su esfera de acción a todas las comunidades de México”.

Ese mismo día, como parte de sus primeras acciones al frente de la dependencia creada en 2015 y en la que le antecedieron el fallecido Rafael Tovar y de Teresa y María Cristina García Cepeda, Frausto dio a conocer a parte del equipo que le acompañará en el sexenio, al frente de las dependencias del sector.

También, que como parte de los cambios el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), será adscrito a la Secretaría de Cultura, y al frente de tal organismo se propone a la historiadora Emma Yanes Rizo.

CON PLAN PENDIENTE

Sin precisar acciones, la titular sólo indicó que las líneas que marcarán su gestión serán la inclusión, la diversidad y las libertades. Asimismo, que “se fomentará el encuentro entre creadores, gestores, promotores, académicos y el sector privado”, y que se fortalecerá el derecho de las audiencias y la consolidación de la dependencia, acorde a lo que merece el país y en donde el eje lo marcarán la persona y la calidad de vida de la población.

“Trabajaremos por el cabal cumplimiento de los derechos culturales, porque la cultura tiene un poder transformador de la realidad”, señaló quien luego de la entrega-recepción de la dependencia señaló, sin especificar monto, que se cuenta con un presupuesto extraordinario para la reconstrucción del patrimonio dañado por los sismos.

En un país donde la cultura recibió 12 mil 428 millones de pesos en 2018, 3.9 por ciento más que en 2017 (pero que en comparación con el 2016 se redujo, pues en ese entonces fue de 15 mil 255 millones), Alejandra Frausto también subrayó que se ejercerá un gasto responsable y se acortará la ruta entre el origen del recurso y su destino.

LOS NOMBRAMIENTOS

El lunes, la titular dio a conocer a quienes estarán al frente de las dependencias del sector. La poeta Natalia Toledo (como subsecretaria de Diversidad Cultural), la gestora cultural Lucina Jiménez (al frente del Instituto Nacional de Bellas Artes, INBA) y el cineasta Édgar San Juan (como subsecretario de Desarrollo Cultural) se suman a la lista de nombres dados a conocer desde julio y que de acuerdo con la funcionaria responden a la nueva visión que “impulsa la redistribución de la riqueza cultural, la vinculación con las comunidades y el reconocimiento del potencial creativo de México”.

El arqueólogo Diego Prieto se mantiene en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), mientras que en la Dirección General de Culturas Populares asume la titularidad el periodista y poeta náhuatl Mardonio Carballo; en el Instituto Nacional de Cinematografía estará la realizadora María Novaro. Entre otros, el escritor Mario Bellatín se suma al frente del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y Pavel Granados, en la Fonoteca Nacional.

Antes de la difusión de los nombramientos, la poeta Natalia Toledo había señalado estos como tendientes una nueva visión, con miembros de las comunidades artísticas y culturales, y que no habían estado vinculados a la política o cuestiones administrativas. Ello, explicaba, abría la posibilidad para el cambio.

Entrevistada antes de su nombramiento, la originaria de Juchitán, Oaxaca, también señalaba como una de las prioridades la inclusión y enfoque hacia los pueblos indígenas, pues son los que “nos dan identidad, los que trabajan el campo, los que nos ha dado de comer, los que nos han dado muchísimo en el arte, todo eso que nos identifica como mexicanos”.