Ya huele a Guelaguetza
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Ya huele a Guelaguetza

Gigantes, niños, mujeres que llevan canastas de flores sobre sus cabezas y bailan el Jarabe del Valle se abren paso entre una multitud que ama la fiesta, la música y…


Ya huele a Guelaguetza | El Imparcial de Oaxaca

Gigantes, niños, mujeres que llevan canastas de flores sobre sus cabezas y bailan el Jarabe del Valle se abren paso entre una multitud que ama la fiesta, la música y el folclore.
La Cruz de Piedra es el punto de reunión de decenas de oaxaqueños que participan en el convite, prefestejo para alargar la fiesta máxima de los oaxaqueños: la Guelaguetza.
La música de las bandas participantes abre el telón, pone a bailar a los asistentes que celebran desde el primer día de julio la máxima tradición de Oaxaca.
Las ediciones de los Lunes del Cerro, que se llevarán a cabo los días 17 y24 de julio, se acercan al paso de las chinas oaxaqueñas, que portan orgullosas sus trajes.
Los bloqueos y las constantes movilizaciones de organizaciones sociales quedan atrás, lejanas a este sábado al que incluso dio tregua de lluvia para que oaxaqueños y visitantes disfruten de su ciudad, de su calle más emblemática: Macedonio Alcalá, e Andador Turístico.
Aprendiendo de las tradiciones, una delegación de niños carga los globos que identifican a las chinas, más atrás las mujeres de San Antonino Castillo Velasco lucen los tejidos de su población, al tiempo que zapatean con sus compañeros de baile.
Nada detiene la fiesta, ni siquiera la ausencia de los funcionarios públicos del Gobierno del Estado, mucho menos los bloques de cantera arrumbada que dan cuenta de la última obra de la banqueta tantas veces arreglada.
Las bandas tocan también Flor de piña y las chinas danzan en un constante ir y venir, el torito enciende los aplausos, la alegría hace pausa en comensales que apresurados corren a la terraza de los restaurantes y sacan sus teléfonos celulares para grabar o tomarse una selfie.
Propios se arremolinan en torno a una multitud deseosa de disfrutar la música, los sones del Valle y vibrar con cada uno de los bailes de los hijos de la Verde Antequera.
En las canastas de las chinas ya no hay quesillo en miniatura ni pequeñas porciones de chocolate, la crisis ha obligado a las delegaciones a aventar chicharrines y churritos.
Pero algo que no puede faltar en la fiesta de la Guelaguetza y sus convites es la bebida orgullo de Oaxaca, el mezcal.


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