Alan Altamirano: Cambiar o morir, una necesidad artística
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Arte y Cultura

Alan Altamirano: Cambiar o morir, una necesidad artística

Con el título de Prueba y error, el grabador oaxaqueño expone 30 piezas en la galería Arte de Oaxaca


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Luego de casi siete años de trabajar el grabado en madera, especialmente en MDF, Alan Altamirano (MK Kabrito) sintió que era tiempo de “cambiar o morir”. Esa necesidad lo llevó a trabajar el grabado en metal, tanto en aguafuerte como en aguatinta; el resultado de sus experimentaciones son los que ahora comparte en la galería Arte de Oaxaca (Murguía 105, centro), bajo el título de Prueba y error.

Desde 2010, cuando salió de la Facultad de Bellas Artes (Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca) y hasta principios de 2017, “me dediqué a trabajar este año puro metal”, cuenta el artista que hace mes y medio obtuvo el tercer lugar en la edición 10 del Premio Kochi International Triennial Exhibition of Prints, en Japón.

La exposición se llama Prueba y error por la experimentación que realizó en el último año, y que le llevó a modificar algunos aparatos en el taller que tiene junto a otros artistas: La Chicharra. Asimismo, a imprimir o buscar ayuda en otros grabadores que conocen las técnicas de litografía y desarrollar escenas más apegadas al paisaje, en donde las protagonistas dejaban ver parte de sus vidas.

“El suyo es un espacio subjetivo, onírico, donde todo flota suspendido en el aire o sumergido en el agua”, escribe sobre la obra de Alan el crítico de arte Juan Bautista Peiró. Además de resaltar la apuesta del oaxaqueño —uno de los seleccionados en 2015 en la Bienal Internacional José Guadalupe Posada— por renovarse o morir. Y gracias a ello, añade Peiró, se perciben cambios notables en los soportes, técnicas, formatos y en el uso de color.

“Atrás han quedado —al menos de momento— los sorprendentes logros alcanzados con la xilografía (DM grafía, en palabras del autor), no solo por la impresión de estampas de considerable tamaño, sino también por un singular tratamiento de la imagen de una innegable personalidad”, añade el crítico.

Y recuerda que si bien permanecen las líneas que recorren y modelan las figuras como campos cargados de energía, el diálogo se amplía y las resonancias se multiplican: “hay mucho de ensayo en estas piezas, mucha investigación, mucha búsqueda, pero también hay mucha poesía, mucha intuición, mucho hallazgo”.

PROBAR LA RESISTENCIA Y NUEVOS MATERIALES

Para sus litografías, Alan cuenta que se ocupó un mismo ácido nítrico durante nueve meses para las piezas que se realizaron en aguafuerte. El proceso implicó aumentar el tiempo de quema de las placas. “Era ver cuánta durabilidad tiene el ácido nítrico para el zinc”, explica.

En el caso de aguatinta, se optó sustituir la colofonia (una resina peligrosa para el cuerpo) por aerosol. El proceso fue similar al del aguafuerte, pues dependiendo de la intensidad del color aumentaba el tiempo de “quema”.

La experimentación de Alan transitó también hacia la línea cromática, pues hay una serie en torno a la muerte que se trabajó a cuatro tintas y que se quemó con otros materiales, además de ser impresas en otros talleres y bajo la enseñanza de otros artistas como Marco Velasco y Enrique Flores.

UNA ESPECIE DE REALISMO MÁGICO

Gracias al grabado en metal, Alan piensa que tuvo mayores posibilidades de explorar el dibujo y generar escenas más realistas, teniendo como tema central y constante a la mujer.

“Lo espiritual en el arte para mí es la mujer, la base central, pero son diferentes mujeres y cada una representa una historia distinta (…), es como un realismo mágico, son cosas que a lo mejor están o no en la naturaleza”.

En sus piezas, MK Kabrito recurre a los elementos de la naturaleza: agua, tierra, aire y fuego. En algunas conjunta todos estos elementos o se inclina por motivos barrocos.

En el caso de la serie alusiva a la muerte, constituida por cuatro grabados, el artista retoma las flores de cempasúchil, el amor eterno entre una pareja de abuelos o la vela que simboliza la vida cuando está encendida y a la muerte cuando se apaga.

La exposición Prueba y error es la más reciente muestra del trabajo de Alan, en la galería Arte de Oaxaca, donde presentó Progresiones (en 2015) y otras series como Del seno de la oscuridad nacerá la luz (en alusión al autismo), en 2016.

En los últimos años, 2016 y 2017, sus obras se han exhibido en sitios como el Museo del Pueblo (Guanajuato) y el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (Mupag), en Guadalajara, Jalisco; así como el Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro y en el Vita Art Center, en Oakland, California.
En este año, participó en varias muestras colectivas, entre las que destacan: Visiones gráficas 3, que se realizó en mayo pasado en Belgrado, Serbia, en el marco de los festejos por los 70 años de relaciones diplomáticas entre México.

La obra de Alan Altamirano ha sido seleccionada en diversos certámenes internacionales, tales como el Guanlan International Print Biennal, a collection of print; la edición 12 de la International Biennal of engraving “Premio Acqui” Italia, y en la segunda Bienal Internacional José Guadalupe Posada (Aguascalientes, México).


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