Blanca Suárez, una auténtica guerrera
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Blanca Suárez, una auténtica guerrera

A base de tenacidad Blanca ha podido librar distintos obstáculos que le ha presentado la vida


Blanca Suárez, una auténtica guerrera | El Imparcial de Oaxaca

“Luchen por sus sueños, superen todos los obstáculos que se presenten y verán que todo vale la pena si es por amor” es el mensaje de Blanca Suárez Aguilar, destacada artemarcialista oaxaqueña, entrenadora deportiva y sobre todo una madre ejemplar.

Blanca inició conoció el arte marcial en el año de 1998, en el programa “Aprender a ser” del DIF estatal, programa de talleres para niños de la calle.

“De ahí provengo, toda mi niñez trabaje vendiendo dulces en las calles y por eso no tuve la oportunidad de estudiar como un niño normal, tenía que ayudar a mis padres con los gastos de la casa y mi mayor motivación fue mi padre que me enseñó el gusto por las artes marciales”, indica la ahora profesionista y maestra de la escuela Team International Furia de Dragón.

Por medio de revistas y películas de karate y kungfu fue como se siguió enamorando de las artes marciales, cuando tenía 15 años.

“Apenas tenía un par de meses que empecé con las clases de wushu –artes marciales chinas- cuando mi padre falleció”, indica Suárez Aguilar, quien se levantó como una guerrera de aquella pérdida y ahora es todo un modelo de superación.

A raíz de esta disciplina, Blanca encontró un crecimiento personal, lo cual desarrollo en ella la capacidad de superar obstáculos y limitaciones que conlleva practicar un deporte exclusivo para varones.

Seguir por el sendero marcial no fue sencillo, ya que el machismo fue un rival que tuvo que vencer en distintas ocasiones.

“Mis propios maestros que no creían en mi capacidad”, comenta Blanquita al tiempo de ser cuestionada sobre los principales retos que ha enfrentado en su carrera deportiva.

Esa falta de confianza de sus mentores en vez de desanimarla, la impulsó a demostrar hasta dónde puede llegar una mujer.

La determinación y visión optimista convirtieron a Blanca en una atleta de alto rendimiento en wushu, campeona nacional, competidora en eventos internacionales e incluso logró certificarse en china.

El viaje al continente asiático lo realizó en el 2011 y eso la entusiasmo a seguir aprendiendo.

Posterior a esta aventura tuvo a Viviana Jaqueline, su hija de 15 años y con la que ahora comparte el amor por el arte marcial.

Al respecto, Suárez Aguilar admite que “su hija es su motor y su inspiración para seguir adelante”.

“Quiero dejarle un buen mensaje en mi hija, deseó demostrarle que no hay obstáculos en la vida que no se puedan superar”, afirma con la frente en alto la joven madre.

Toda la luz y determinación que le ha impregnado Viviana y sus familiares a su vida, ha llevado a Blanca Suárez a concluir desde hace unos años la Licenciatura en Entrenamiento Deportivo (LED), en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), especializándose en natación, como preparadora física en deportes de combate y como entrenadora de wushu.

La destacada artemarcialista asevera que eso es solo el principio de algunos proyectos que tiene por delante, con los cuales pretende impulsar el wushu en distintas comunidades de la entidad, como embajadora del deporte de la Asociación para el Fomento y Desarrollo de los Pueblos de Oaxaca (AFODEPO), cargo que tomó hace unas semanas.

UNA MAMÁ INCREÍBLE
Como una mamá “increíble” en todos los sentidos, describe Viviana Jaqueline a su mamá Blanca Suárez.

“Se siente increíble entrenar a su lado porque me enseña muchas cosas, de ella he aprendido mucho en lo deportivo y también valores como la disciplina, el respeto y el amor hacia el wushu.”, cuenta con una enorme sonrisa.

Vivi empezó a practicar artes marciales desde los cinco años, a raíz de ver el empeño que Blanca dejaba en cada entrenamiento y en cada competencia.

“Siempre me ha gustado verla, eso me llevó al wushu y la admiro por todo lo que ha logrado”, añade la heredera de la dinastía Suárez Aguilar.

Asimismo admite que su mamá como maestra es exigente y como madre es un amor.

Por último, le deja un mensaje con motivo de este 10 de mayo: “La quiero mucho, estoy muy orgullosa de ella y es un privilegio ser su hija”.


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