Tamaño corporal incide en la esperanza de vida de las mujeres
Un estudio observó características físicas y hábitos de hombres y mujeres para determinar su esperanza de vida.
Vivir hasta los 90 años puede depender del tamaño de su cuerpo, altura y peso, y su nivel de actividad física, y parece influir en la vida de una mujer más de lo que lo hace en un hombre, según un nuevo estudio publicado en la revista médica BMJ.
El estudio encontró que las mujeres que vivían hasta los 90 años eran, en promedio, más altas y habían aumentado de peso desde los 20 años en comparación con las mujeres que eran más cortas y pesadas. No se vio tal asociación para los hombres. Sin embargo, los hombres vieron más beneficios en la actividad física que las mujeres.
“Si bien el estudio es observacional y no puede establecer la causa, los hallazgos “proporcionan indicios interesantes de que la salud de hombres y mujeres podría responder de manera diferente al IMC, estatura y ejercicio”, dijo el epidemiólogo David Carslake, investigador asociado de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, que no participó en el estudio. El IMC, que representa el índice de masa corporal, es una medida de la grasa corporal basada en el cálculo de la altura y el peso.
Un gran estudio longitudinal
En 1986, investigadores preguntaron a más de siete mil hombres y mujeres noruegos entre 55 y 69 años acerca de su estatura, peso actual y peso a los 20 años. Ambos sexos también informaron a los investigadores sobre su actividad física actual, que incluía jardinería, trabajos en el hogar, caminar o ir en bicicleta al trabajo y hacer deportes. Los hombres y las mujeres se clasificaron en cuotas de actividad diarias: menos de 30 minutos, 30 a 60 minutos y 90 minutos o más.
Los grupos fueron monitoreados hasta que murieron o alcanzaron la edad de 90 años; de los siete mil 807 participantes, 433 hombres y 994 mujeres vivían hasta esa edad. También se tomaron en cuenta los problemas que podrían afectar la longevidad, como el tabaquismo actual o pasado y el nivel de consumo de alcohol.
Hombres y mujeres en el estudio tuvieron un desempeño muy diferente en lo que respecta al impacto del tamaño corporal y el ejercicio.
Las mujeres que pesaban menos a los 20 años y pesaban menos con los años eran más propensas a vivir más tiempo que las mujeres más pesadas. La altura desempeñó un importante factor: el estudio encontró que las mujeres que medían más de 1,75 m tenían 31 % más probabilidades de vivir hasta los 90 que las mujeres que tenían menos de 1,63 m.
Ni la altura ni el peso parecían tener en cuenta si los hombres alcanzaron los 90, pero sí el nivel de actividad. Los hombres que pasaron 90 minutos al día o más siendo activos tenían 39% más de probabilidad de vivir hasta los 90, que los hombres que estuvieron físicamente activos durante menos de 30 minutos. Además, por cada 30 minutos diarios que los hombres estuvieron activos, tenían 5% más de posibilidades de alcanzar esa edad.
Sin embargo, las mujeres que estuvieron físicamente activas durante más de 60 minutos al día tenían solo 21% más de probabilidad de vivir hasta los 90 que aquellas que lo hicieron 30 minutos o menos. Y a diferencia de los hombres, no había una bonificación por el aumento de la actividad. De hecho, el estudio encontró que el nivel óptimo de actividad para las mujeres era de 60 minutos por día.
Una desaceleración de la esperanza de vida
La expectativa de vida promedio ha aumentado para la mayoría del mundo, pero estudios recientes muestran una desaceleración de esa tendencia en algunas naciones desarrolladas. En Estados Unidos, por ejemplo, la esperanza de vida ha disminuido en los últimos años. Las sobredosis de drogas y los suicidios son los culpables de la disminución más reciente, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, pero las principales causas de muerte siguen siendo las mismas. Las enfermedades cardíacas, el cáncer y los accidentes cerebrovasculares, tres de los principales factores de mortalidad entre los estadounidenses, se ven afectados por el aumento de peso y la falta de ejercicio.
“Ahora está muy claro que el sobrepeso, la obesidad y los estilos de vida sedentarios son perjudiciales para la salud”, dijo Carslake. “Estudios como este, que examinan la forma de las asociaciones, y preguntan si son las mismas en diferentes grupos… serán cada vez más importantes”.
