Conoce la historia de Maribel Bautista y cómo venció al cáncer
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Conoce la historia de Maribel Bautista y cómo venció al cáncer

En la sala de espera del área de Oncología del IMSS, Maribel Bautista conoció a otras siete mujeres con el mismo PADECIMIENTO; de las 8 que formaron un grupo y una gran amistad, seis PERDIERON la batalla


Conoce la historia de Maribel Bautista y cómo venció al cáncer | El Imparcial de Oaxaca

Por Yadira Sosa.- El 13 de enero de 2015, Maribel Bautista empezó a escribir entre lágrimas sobre su cama. Tres meses antes había sido diagnosticada con cáncer de mama, que invadió sus ganglios axilares a la edad de 38 años.

Primera en su familia con este padecimiento, la mujer originaria de Santa Catarina Juquila que radica en San Antonio de la Cal desde los 12 años de edad, no puede contener las lágrimas cuando recuerda aquel día en que sentía sueño y cansancio en horarios de trabajo.

Un año antes el ultrasonido al que se sometió no detectó ninguna irregularidad en alguno de sus senos, donde tampoco sintió alguna “bolita”.

Ella asegura que el cáncer llegó “así de repente”, porque “nunca sintió” algún síntoma que advirtiera que algo no andaba bien.

“Fue hasta que el cáncer estaba a punto de explotar que me di cuenta. A mí no me dieron los síntomas que tanto anuncian en la tele; yo me sentía muy débil y todo el tiempo me sentía cansada, pensé que era por el trabajo, pero el cáncer ya estaba”.

Cuando decidió ir a consulta de manera particular, la trabajadora de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) recibió la noticia que no esperaba. El médico le advirtió de inmediato que por el color de su piel en el pecho, se trataba del cáncer de mama: segunda causa de muerte entre las oaxaqueñas.

El dictamen médico fue preciso y duro. Sola, sin alguien que la sostuviera del brazo o mantuviera su espalda firme, Maribel enfrentó la noticia ese día y varias semanas más, sin el conocimiento de su familia.

Acudió nuevamente al IMSS solo para solicitar los estudios correspondientes que confirmaran o descartaran tal aseveración médica. Los resultados estarían en tres semanas y no podía esperar sentada; durante ese tiempo, acudió a 17 médicos particulares, que no le dieron otra opinión distinta a la del primer especialista.

Inicia el tratamiento

Desconfiada y dolida porque el ultrasonido que se realizó en la institución de salud no reveló que tenía cáncer, Maribel inició el tratamiento con un oncólogo particular, pero acudía al IMSS para la consulta y control médico. Por esta decisión, gastó al menos 300 mil pesos.

En la sala de espera del área de Oncología, Maribel conoció a otras siete mujeres con el mismo cáncer; de las 8 que formaron un grupo y una gran amistad, seis no ganaron la batalla. Ellas se sumaron a las más de 200 defunciones que registró Oaxaca en los últimos dos años, de acuerdo a los registros de los Servicios de Salud del Estado.

De la primera, Maribel se atrevió a preguntar al especialista en turno por qué ya no la veía llegar. La respuesta fue contundente: “Si ya sabes para qué preguntas”. Desde ese día ya no volvió a indagar, pero advertía el desenlace de cada una de las mujeres que ya no llegaba a las citas.

 

Mis amigas fueron abandonadas

Cuando la familia de Maribel se enteró del cáncer de mama, no dudó en apoyarla durante el tratamiento que la hacía vomitar en el interior del coche en repetidas ocasiones, y que la hacía dudar si amanecería al día siguiente.

Maribel recuerda bien a las seis mujeres que murieron sin despedirse de ella. Algunas eran rechazadas por sus parejas y otras apenas eran acompañadas por un familiar; otras más recibían reproches de quienes les daban dinero para viajar al Hospital general, además de acudir con “acompañantes” que cobraban un sueldo por hacerlo.

Las lágrimas vuelven a recorrer las mejillas cuando de nuevo recuerda el día en que el oncólogo le dice que sí es cáncer de mama, pero de nivel 4 A y de posible metástasis. Y que, efectivamente, había invadido los ganglios.

El primero en enterarse de este cáncer fue su hijo a la edad de 13 años; después fueron sus hermanos, hermanas y padres, que fortalecieron lazos y la acompañaron en todo momento.

Dejó de trabajar 24 meses, pero la quincena, dice, le llegaba íntegra; los directivos decidieron no descontarle y recibirla nuevamente cuando estuviera lista. Tan solo en 2018, Oaxaca lleva 160 nuevos casos, sobre todo en etapas avanzadas.

El mejor regalo “El tiempo vuela, y el piloto eres tú Maribel. Hoy serás tú ese piloto y esa mujer que emprenderá el vuelo. No siento morir, al contrario, siento una nueva vida”, son las líneas que lee de la primera hoja del cuaderno donde decidió escribir, para convertirlo pronto en un libro de 38 capítulos titulado: El mejor regalo que dios me ha dado es el cáncer.

Soy una sobreviviente

Maribel festeja que sea una sobreviviente. A ello atribuye tres aspectos fundamentales: la fe, el apoyo familiar y la medicina.

En la sala de su casa, sentada en uno de los sillones, lanza un suspiro y su mirada queda perdida por algunos segundos: “Ella estaba sentada donde está usted ahora y me dijo que se iba a morir”.

Después de un largo silencio, recuerda a la última amiga que “se dejó morir cuando estaba a punto de vencer el cáncer”, porque no contó con el apoyo del esposo ni del resto de los familiares.

“Mis hermanas ya se cansaron, mi esposo no me da dinero…ya no puedo”, le confesó a Maribel antes de partir a su pueblo natal en la Costa, donde murió por la metástasis que alcanzó el pulmón y el vaso.

En la quinta quimioterapia Maribel recibió una noticia: “el cáncer ya está encapsulado”. En marzo de 2016, sintió que lo había vencido. Y lo venció.


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